Nacida en Piedras Blancas (Asturias), Adriana Proenza es una artista en pleno proceso de reinvención. La cantante, compositora, arreglista, productora y actriz de 24 años comenzó su carrera en 2014 y pegó el pelotazo en 2018 con el single Can We Kiss Forever?, junto a Kina. Actualmente, la canción supera los 600 millones de reproducciones en Spotify. Casi nada. Un éxito tan masivo a tan corta edad puede ser una bendición, pero también una maldición. Seis años de búsqueda y una lucha personal contra la depresión han llevado a Proenza a dar un significativo cambio en su arte.
Inspirada en los sonidos de la industria estadounidense y centrada en relucir su lado más experimental y auténtico, Proenza ha lanzado SALUT, producida por ella misma junto a Roy Borland, Marcos Terrones (ODDLIQUOR) y Khotton Palm. El corte, que mezcla el inglés y el español, ejemplifica a la perfección el crecimiento musical al que se ha sometido la artista, mezclando hip hop experimental con glitch, soul y pop en un tema totalmente inclasificable que no entiende de géneros cuadriculados. Ya disponible en todas las plataformas.
Acabas de sacar SALUT. ¿Qué tal el recibimiento?
Bueno, no me quejo. Bastante bien. No me puedo esperar que toda mi fan base esté loquísima, porque es muy diferente a lo que había hecho hasta ahora, pero bien. Estoy contenta.
Antes de lanzar VOLVER, hacía mucho que no sacaba nada. ¿En qué momento de tu carrera estás ahora mismo?
Cuando empecé a sacar música, que saqué un montón, me fue bien y luego paré porque sentí que estaba en otro momento de mi vida en el que necesitaba aprender. Me metí al conservatorio y ahora estoy otra vez retomando. Ahora tengo que hacer un «rebranding». Ya tengo más o menos las herramientas que estaba buscando hace unos cuantos años para volver a sacar música. Entre ellas, saber producir, que es una cosa que sentía que me faltaba mucho, así que estoy en el momento de empezar otra vez a sacar música y a ponerme como muy en serio en cuanto a quién soy yo artísticamente.
¿Todavía lo estás buscando?
A ver, ¿Quién no? O sea, es verdad que hay gente que lo tiene más claro que yo. La verdad es que a mí como artista siempre me ha costado mucho elegir entre estilos, tanto musicales como de ropa, como cinematógrafos. Me cuesta mucho elegir. Entonces, buscarse y encontrarse, no sé si es una cosa que suceda muy a menudo. Estás constantemente buscándote.
¿Pero estás, al menos, cómoda?
Esa es una pregunta en la que puedo ser un poco más clara contestándote. Pues sí, estoy cómoda, sobre todo porque estoy como poco a poco cumpliendo lo que llevo todos estos años queriendo cumplir, que es precisamente lo que me acabas de decir, estar cómoda con lo que estoy sacando y que me represente de alguna forma. Sobre todo, lo que yo escucho y lo que a mí me gusta, que no quiere decir que todo lo primero que saqué no esté bien, sino que he escuchado a muchísimos artistas en estos años y me ha cambiado muchísimo el gusto.
O sea, que este rebranding del que estabas hablando va más por esta música más experimental, más cambiante.
Efectivamente, tú lo has dicho, experimental, porque tampoco quiero que se me ponga la etiqueta de que hago hip hop, o de que hago pop o de lo que sea, pero sí de que no tengo una intención de hacer música comercial. Si sale algo comercial será porque estoy contenta con el proceso de esa canción y ha salido así.
¿Cómo has decidido que esto era el camino que querías seguir? Quiero decir, ¿solo es por la música que te gusta?
De pronto yo escuché un par de álbumes en cierto año que cambiaron completamente mi perspectiva sobre la música. Es cierto que yo siempre he querido estudiar jazz. Es lo que estoy haciendo. Más o menos, siempre ha tenido medio claro que me gustaba el soul. A partir de ahí, pues bueno, es un campo muy grande. Que te guste el soul puede significar un montón de cosas. Entonces, también eso es parte de esta búsqueda. ¿Qué narices es que me guste el soul? ¿Quiere decir que tengo que hacer R&B? No. Hay muchos artistas ahora mismo en España que están haciendo R&B cerrado. Yo tampoco quiero hacer eso. Es como que tiene que ser un género cerrado. R&B, pop, hip hop, yo qué sé, y yo no me identifico con ninguna de esas etiquetas por completo, sé que es una cosa muy cliché decir esto, pero por eso lo que dijiste de experimental está muy bien dicho.
¿Cuáles son los dos discos que te cambiaron la vida?
‘IGOR’ de Tyler, the Creator y ‘Choose Your Weapon’ de Hiatus Kaiyote.
Entonces, ‘SALUT’, ¿la has producido tú?
Tiene cositas de postproducción, pero el tema está producido por mí. Yo había intentado trabajar con unos cuantos productores y no estaba del todo contenta. O sea, sí, guay, el trato guay y tal, pero al final, la verdad es que tengo demasiadas ideas en la cabeza y a veces no sé cómo transmitírselas a un productor, no quiere decir que el productor sea malo o que no sepa hacerlo, sino que a veces es mejor y más sencillo hacerte tu maqueta completa, lo más desarrollada posible, hasta el punto de que llega a ser prácticamente una producción, y ahí vas a estar más contento o contenta.
Pues creo que hay que hacer algún cambio en la nota de prensa, porque se habla de Khotton Palm y de Roy Borland, pero no pone que tú lo produces.
Mira que insistí. Me está tocando las narices. Es lo más importante del tema. O sea, que tampoco es como que yo tenga que demostrar que soy productora, pero tal y como está el panorama ahora mismo español, es bastante importante. Entonces, joder, parece como que España quiere que las mujeres solo sean cantantes.
¿Cómo ves el panorama?
No hay productoras españolas. O sea, las que hay son muy pocas y que se conozcan, ya ni te cuento. Y las hay buenísimas. Pero no sé qué es lo que pasa. A mí me fastidia, la verdad.
¿Hay machismo en la industria?
Uf, muchísimo. Las mujeres escriben letras, cantan y hacen topless, pero producir… Es verdad que se está abriendo una veda de gente que mola y que no es retrógrada. Pero, aunque haya eso, no sé si en algún momento va a cambiar lo de la falta de productoras.
¿Qué mas ha salido de estas sesiones experimentales?
Yo he estado trabajando sobre todo con Roy durante unos cuantos meses, lo que pasa es que el workflow de este grupo determinado de gente que son Roy y otros chicos, no es tanto «Vamos a hacer un tema para sacarlo», sino «Vamos a hacer un tema porque necesitamos hacer un tema ahora mismo, porque nuestro cuerpo lo necesita». Pero es que, a lo mejor, luego ya no nos apetece sacarlo porque ya no nos representa. Es un workflow muy diferente a lo que la industria está demandando, de alguna forma, y ahí hay bastante frustración también. Porque dices «Joder, quiero sacar este proyecto, pero, ¿realmente tiene algún sentido que yo saque este proyecto ahora mismo?». He hecho un montón de música en estos años, muchísima, y he desechado casi toda. ¿Es bueno, es malo? Pues no sé, pero sé que tiene que ver con que pasa un mes y yo ya he cambiado.
¿A ti te gusta trabajar así?
Estoy intentando encontrar un punto medio en el que pueda sacar algo que es de hace tiempo y me sienta contenta. Esta canción la hice hace mucho tiempo, un año y pico. Estoy forzándome a hacer eso, porque hay un punto en el que deja de ser sano. Ojalá pudiera hacer una canción y que mañana estuviera subida, pero no funcionan así las cosas. Te toca esperar dos meses a que te hagan el mix, otros dos a que te hagan el máster, y otro año a que te hagan el vídeo. Es que, por desgracia, lo que a mí me gustaría que fuera no es por cómo son las cosas.
Respecto a la industria, ¿te has sentido frustrada durante estos años con la realidad que pensabas que era y al final no es?
Muchísimo. Hasta unos niveles ya de volverme loca. Porque, además, yo recuerdo cuando empecé a hacer música que la industria no tenía mucho que ver con la industria de ahora. No hace tanto de eso, cinco o seis años. Había muchos menos artistas. Por tanto, la prensa, las plataformas digitales, las redes sociales tenían más espacio y los productos que se sacaban tenían un poco más de tiempo de producción. Ahora, para que tu proyecto destaque un poco, o haces algo súper comercial, o haces algo súper raro.
Básicamente el consejo que te dieron Roy y tu equipo fue: «Tú hazlo y luego ya pensarás en toda la mierda», ¿no?
Sí, tú hazlo porque te nazca. Es que para mí es muy difícil ignorar el hecho de que tenemos que comer. No puedo ignorarlo y acabar debajo de un puente. Pero sí, es muy difícil, es muy difícil ignorar eso. Como persona espiritual que soy, creo que estoy constantemente trabajando para hacer mi mejor versión y espero que esa versión sea una en la que pueda hacer balance entre ser honesta conmigo misma y ganarme la vida de la música.
¿En tus primeros temas eras honesta?
Sí, lo era. Ahora los escucho y digo «Ay, mi madre», no me gustan. Pero estaba haciendo lo que me salía, lo que me apetecía, estaba hablando de lo que me pasaba en ese momento sin pensar en las reproducciones ni nada. Y luego, por lo que fuese, tuve suerte, pero creo que también el hecho de tener tanta suerte me ha hecho tener expectativas altísimas.
Es que vaya pelotazo con ‘Can We Kiss Forever?’, ¿eh?
Sí, yo después de ese tema dejé de sacar música. Yo no supe gestionar eso.
Justo te iba a preguntar cómo lo gestionaste.
No lo hice. Pasé. Y ahora, pues tengo que gestionarlo ahora, porque yo me quiero dedicar a esto. Entonces, no puedo dejar absolutamente de hacer cosas. Pero sí, en su momento dije: «No entiendo nada». No solo a nivel artístico, sino también a nivel legal. Muchas movidas de decidir autorías, que a día de hoy acabo de tener una reunión con un abogado sobre esto, para que te hagas una idea. Una artista que no está firmada, que tiene un pelotazo así, de repente, es muy raro.
¿Lo sacaste de independiente?
Yo firmé un contrato con el productor, que es el artista principal. Firmé un contrato de que yo no me iba a llevar royalties de la canción. Él me pagaba como si fuera cantante de oficio.
O sea, pillaste un salario.
Sí, y muchos años después me enteré de que tenía autoría, porque claro, yo tenía 18 años. ¿Qué coño voy a saber yo de derechos de autor?
Ya en 2020, en la pandemia, ahí también paraste de hacer temas.
Sí, yo estaba a tope con estudiar. Producción, música, técnica vocal… Sentía que necesitaba una preparación enorme para poder volver a hacer música.
Has hablado de que el proceso creativo entre esa época y la creación de SALUT fue frustrante, pero divertido.
Sí, yo no sabía producir del todo. Entonces, me encontraba con muchísimas dificultades técnicas y eso me frustraba. También estaba el tema del que habla la canción. Yo he tenido depresión varias veces a lo largo de mi vida. Es una cosa normal en el mundo en el que vivimos. Cuando la había pasado, a lo mejor estaba enfadada con haberme regocijado en la tristeza, y eso me frustraba. De eso va la canción. También hubo momento de pasárselo bien, porque cuando te das cuenta de que has hecho un tema sola y que no tienes que depender de nadie…
¿Qué planes tienes para 2024?
Voy a intentar sacar más música, un montón. Voy a intentar quitarme el bloqueo que he tenido durante estos años y sacar todo lo que estoy haciendo. Que se lo coma la gente si le gusta o no. Esto es lo que yo soy. Ahora hago mis canciones en mi ordenador y hay un poco de todo.