Un año más, como ya viene siendo tradición desde hace cinco veranos, Cabo de Plata ha llegado a su fin, en esta ocasión con más de 30.000 asistentes diarios, tal y como han informado desde la organización.
Cuatro días de música en los que solamente ha habido breves pausas mañaneras para que los caboplateros pudieran disfrutar de las impresionantes playas de Barbate y de su gente, que les han recibido con los brazos abiertos.
La fiesta comenzó el miércoles cuando, a medida que llegaban los más puntuales, los conciertos seguían su curso de manos de DJ Shema; Byamont Bross y Estela Amaya; Walls y Hard GZ, que con su rap gallego logró aglutinar a todo el festival, y lo hizo literalmente, dividiendo al público en dos mitades y haciéndoles saltar hasta convertirse en uno. La noche continuó con el rock de Mafalda y los inmortales O’Funkillo, y cerró con Paint Animals, unos habituales en los
festivales de todo el país por ser la juerga garantizada.
El jueves despertó con la llegada de los campistas más rezagados y con la instalación definitiva de los tres escenarios: Idealista, Deperados y Brugal. Desde las 18.00 horas no dejaron de producirse los conciertos y ni el calor ni la falta de siesta pudieron evitar que los caboplateros se dejaran la voz con las letras de Machete en Boca, saltaran con La Regadera y se enamoraran de Muerdo. A lo largo de la tarde siguió desarrollándose la marea de estilos, con una mención especial a Nach que, a pesar de ser ya un veterano en el rap, sigue teniendo un público increíblemente fiel y entregado. Y a Rels B, FernandoCosta, “fernandito”y Nikone, que en contraposición demostraron que tampoco hacen falta años para mover masas, tan solo esencia y ganas de pasarlo bien. Mientras tanto, en el Escenario Brugal, Lola Indigo reunió bajo su ‘Ya no
quiero ná’ tanto a fans de OT como a gente que nunca había visto el programa, pero que se habían enganchado por su carisma. A última hora de la noche, los chicos de Talco recordaron porqué son unos referentes internacionales en el ska; y Foreign Beggars y General Levy terminaron por agotar a todos los que se resignaban a dormir.
El viernes amaneció con calor mientras que los convalecientes de la noche anterior buscaban un poco de aire fresco en la brisa de la playa, abarrotada, como era de esperar. Las primeras horas de la tarde pertenecieron a Antílopez, Muyayo Rif y Ms Nina, esta precedida por Arce que, a pesar del calor que aún bañaba el recinto, sirvió de reclamo para los caboplateros ansiosos de este rap llegado directamente de la otra punta del país. El Canijo de Jerez apareció en el escenario vestido de novia y, como tal, enamoró a los miles de corazones que se reunieron para recordar al Migue, para revivir a Los Delinqüentes y para entregarle toda su voz al Canijo.
Siguiendo con los homenajes llegó el gran beodo, el maestro Sho-Hai, con los clásicos temas de Violadores del Verso, otros de su propia cosecha e incluso con el aclamado ‘Viejos Ciegos’, de ‘El Círculo’ de Kase.O. Hacia la otra punta del festival, una hora más tarde, comenzaron a dirigirse personas de todas las edades y procedencias, era el momento de Orishas y los tres cubanos cumplieron con las expectativas que se les habían puesto. Boikot puso la nota punkera a la
noche con su famosa versión del tema ‘Hasta Siempre’ al Che Guevara y con ‘Bajo el Suelo’ subieron a las mujeres de sus vidas al escenario para entonar con todo el público este canto feminista. Maikel de la Calle, Rapsusklei y Foyone fueron otros de los más aclamados de la noche y este último demostró que como lleva prometiendo “pal’ año 2020, Foyone presidente”.
Y finalmente llegó el sábado, el día más esperado del festival. Mr. Kilombo, Mario Díaz y Todo el Rato recibieron a los miles de personas que empezaron la fiesta desde bien temprano, seguidos de Juancho Marqués, El Niño de la Hipoteca e Isseo & Dodosound, que cerraron el principio del que sería un día inolvidable. Y llegaron ‘Los Héroes del Sábado’, La M.O.D.A saltó al escenario con la fuerza que les caracteriza y aunaron voces e instrumentos para que el público fuera uno solo. Un cambio de horario alternó las actuaciones de Bad Gyal y Natos y Waor, pero ambos consiguieron reunir a miles de personas bajo sus pies. La Pegatina, como siempre, hizo de su concierto un corro de pogos en el que los asistentes no dejaron de saltar y cantar al ritmo de ‘Olivia’, ‘Lloverá y yo veré’ y, cómo no, ‘Maricarmen’.
En el escenario Desperados, Eskorzo logró continuar lo que sus antecesores habían organizado (cabe señalar que entre el público algunos vimos a la propia Pegatina bailar al son de los granadinos), mientras en el Idealista el son canario llegó de la mano de Locoplaya, dos horas de concierto en los que no faltaron ni ‘Contando Lunares’ ni ‘Crazy’, con los que terminaron la noche.
Y para cerrar, Pendulum hizo las delicias de los amantes de la electrónica y de todos aquellos que despidieron, como se merece, esta última edición del que se está consolidando como el festival por excelencia de la provincia de Cádiz.