La nueva etapa de DC se ha llevado más tristezas que alegrías. Salvo la aclamada Wonder Woman, el resto han sido atacadas sin piedad. La dirección de James Wan en Aquaman parecía ser un éxito asegurado, aunque ya no se puede dar nada por sentado después del chasco que nos llevamos con Escuadrón suicida.
Aquaman cuenta la historia de Arthur Curry que, cuando descubre que es mitad humano y mitad atlante, emprenderá el viaje de su vida en una aventura que le llevará a enfrentarse a quién es en realidad y a descubrir si es signo de cumplir con su destino de ser rey y convertirse en Aquaman.
James Wan parece ser un sello sobre seguro. Nos regaló la mejor entrega de Fast & Furious y ahora hace lo mismo con Aquaman, que supera a Wonder Woman. La cinta protagonizada por Jason Momoa cuenta con un diseño visual único y apabullante, unas escenas de acción explosivas y unos actores que pegan mucho en su papel.
Está lejos de ser perfecta, pero consigue entretener y sorprender con sus escenas de acción, algo más que suficiente en este tipo de cintas. En un año donde todo parecen ser elogios para Black Panther o Vengadores: Infinity War, DC demuestra que no todo es Marvel, una compañía que cada día está más sobrevalorada.
Valoración: 3/5
Lo mejor: Su prólogo y sus escenas de acción
Lo peor: Que da la sensación de que DC no termina de despegar