Larissa, puertorriqueña de 23 años y comunicadora con perspectiva de género, y Nazareth, zamorana de 25 años e ilustradora especializada en contenido erótico y LGTBI, comenzaron su proyecto “Sola Me Gusto” hace casi un año en la ciudad de Barcelona. A través de él buscaban normalizar algo tan extrañamente desconocido como la masturbación femenina, todo desde un trato cercano y con la confianza de quien no tiene nada que esconder. Desde entonces ya cuentan con más de 13.000 seguidores en Instagram, tienen un canal de YouTube en constante crecimiento y han publicado su propio libro. Hemos hablado con ellas para que nos cuenten cómo ha sido llegar hasta aquí.
¿Cómo os conocisteis y qué os llevó a trabajar juntas?
Nazareth: Esto lo cuenta Larissa que es la experta en contar esta parte
Larissa: (Risas) Pues en realidad nos conocimos porque somos compañeras de piso. Cuando yo llegué a Barcelona caí en ese piso fabuloso, pequeño, súper de estudiantes… Entonces pues claro, me da la sorpresa de que mi compañera de piso es Naza que todo el tiempo lo pasaba viendo entrevistas y vídeos sobre sexualidad femenina y ocurrió eso de que terminas de ver un vídeo y empiezas a comentarlo y como que ahí empezamos a hablar y un día le dije: “Acho loca, pues yo tengo 22 años y me masturbé por primera vez a los 21”. Y para mi sorpresa a Naza le pasó exactamente igual. Naza tenía 24 y se masturbó por primera vez a los 23 y de ahí dijimos: “Espérate, aquí pasa algo”. Porque ella es de España y yo soy de Puerto Rico, venimos de literalmente el otro lado del mundo y cómo es posible que exista este tabú sobre la masturbación femenina y así comenzamos el proyecto de Sola Me Gusto.
Entonces, supongo que siempre tuvisteis muy claro el enfoque que queríais darle al proyecto
N: Sí, lo tuvimos muy claro desde el principio porque todo esto surgió porque Larissa tenía que hacer un trabajo final de máster que estaba haciendo aquí en Barcelona de Género y Comunicación y ella quería hacer algo que de verdad sirviera, no entregar un trabajo y ya está. Y entonces bueno, como ha dicho Larissa creamos un vínculo entre las dos, nos creamos una confianza que a mi no me había pasado con nadie. Conocernos desde hacía un mes escaso y contarnos nuestras cosas. Entonces, siempre tuvimos muy claro cómo enfocar el proyecto porque lo que nos faltaba a nosotras, la carencia que veíamos que habíamos tenido es que no habíamos tenido un círculo que nos diera la confianza para hablar de este tema, o que nos dieran unas primeras nociones y que ya nosotras pudiéramos descubrirnos por nosotras mismas.
Entonces, tuvimos claro que lo que hace falta en la sociedad en general para hablar de la sexualidad de la mujer y de la masturbación en concreto es un pequeño paso que aporte a todas las mujeres confianza y sobre todo, transmitir esa cercanía porque la gente no nos conoce, no es nuestra amiga, pero se queda con la confianza de que sí que les transmitimos esa confianza, ese poder hablar con nosotras y poder hablar del tema.
Y con eso comenzasteis el canal de YouTube hace prácticamente un año. ¿Cómo fue la acogida del público?
L: Pues en realidad súper bien. Al principio tuvimos un poco de miedo porque ¿cómo le decíamos a nuestras familias que íbamos a comenzar un proyecto de masturbación femenina? (Risas) Y que para colmo, nuestro primer vídeo fue “Me masturbo en San Valentín” (Risas) Como que fuimos ‘on fire’ y teníamos mucho miedo de las críticas, de qué iban a pensar de nosotras… Como que, a pesar de todo, estábamos comenzando este proyecto que no sabíamos donde nos iba a llevar. Y estuvo bien brutal porque en realidad fue todo lo contrario. Tuvimos muchísimo apoyo, muchísimas buenas respuestas… Se notaba que hacía falta que alguien comenzara a hablar de este tema y yo creo que también como que algo que nos sumó un montón de puntos, en sentido de cercanía hasta la gente, es el tono que hemos usado, siendo muy cercanas, no paramos de ser nosotras en ningún momento. Como que quizás, está el imaginario de que una persona que habla de sexualidad viste súper sexy y tienes quizás ciertas ideas que, luegonos ves a nosotras, que somos súper pinky brillo ¿sabes? Como súper “amiguis”. Y creo que eso ha ayudado a abrir un debate sobre sexualidad y que otras chicas puedan explorarse al poder simpatizar un poco más con nosotras.
¿Habéis sentido una evolución por vuestra parte en cuanto al proyecto? Es decir, en el momento de abriros ante la cámara, expresaros, etc.
N: Sí, es una pregunta muy importante y yo creo que nadie nos la ha hecho, pero lo hablamos mucho porque cuando empezamos el proyecto, que en el primer vídeo de YouTube salimos hablando de masturbación femenina y a mi me daba hasta vergüenza pronunciar la palabra. Pero luego obviamente en el vídeo no se ve porque te quedas con los mejores momentos de esa conversación y era como: “Jobar, todavía me da un poco de reparo hablar de esto incluso con mis amigas, pero aquí estamos abriéndonos al mundo para hablar de esto”.
Entonces, yo sí que noto cien por cien que las dos hemos crecido muchísimo a la par que el proyecto y eso es lo bonito porque no empezamos desde un conocimiento, ni desde una postura en la que te puedes sentir superior porque sabes más que otras personas o que las personas que te van a seguir, no. Es que al final lo que mostramos es la humildad de alguien que se está abriendo y que lo hace como los niños y las niñas que te dicen la verdad, desde la ignorancia de no haberse explorado lo suficiente pero con honradez y con humildad. Creo que hemos crecido mucho y que esto nos ha dado la posibilidad de ser nosotras mismas ya que reconocemos que el tema de la sexualidad, como a la mayoría de las personas, nos atrae mucho y no sabíamos como tratarlo de una manera normalizada en nuestra vida. Entonces, ahora de pasar de no masturbarnos por miedo, por inseguridad, por asco, porque pensábamos que era malo, a poder decir y gritar abiertamente un 8M, con miles de mujeres a nuestro alrededor que nos masturbamos, que las mujeres se masturban y que es bueno y que es necesario, pues sí creo que ha habido un cambio muy grande y para muchísimo mejor.
Y nosotras vamos, súper agradecidas porque gracias a la gente confiamos cada vez más en nosotras y en nuestro proyecto.
L: Sí y además hemos logrado sacar lo que nosotras hacemos en la cama, en la intimidad y eso nos ha ayudado a ser mujeres más seguras, a saber qué nos gusta, a poder hablar con claridad. Y yo creo que cuando rompes ciertas barreras, ciertos tabús en la sociedad, te sientes un poco invencible también.
Supongo que vuestro propio empoderamiento os habrá hecho sufrir mucha censura en redes sociales. ¿Cómo lidiáis con ello?
L: Pues en realidad la primera vez que nos censuraron, censuraron casi un mes de contenido y nos borraron un montón de fotos (risas) entonces como que claro, nos impresionó un montón y despertó una furia en nosotras que no habíamos experimentado antes. Nos dio una impotencia que nos molestó mucho y que nos llevó a decir: “Mira, nosotras no podemos desconectar de nuestra lucha y pensar que solo somos activistas en redes sociales, tenemos que llevar las cosas más allá”. Y dijimos: “¿Sabes qué? Fuck it, nosotras vamos a pintar un mural en el medio de Barcelona que sea reivindicativo sobre la masturbación femenina y que paren la fucking censura en las redes”.
N: Sí, al final como que conseguimos reírnos un poco de la censura.
L: Sí, pero vivimos con el miedo de que nos cierren Instagram ¿sabes? Entonces como que es un poco complicado porque a veces hacemos fotos preciosas o tenemos una idea brutal y saber que automáticamente vas a autocensurarte duele mucho porque en realidad es otra manera de tratar de callarnos, pero nosotras no nos dejamos. Y a la vez creo que hemos desarrollado otro sentido con el que entregar el mensaje sin que nos borren el contenido.
N: Además es que da mucha rabia porque nosotras mostramos un desnudo femenino que, como todo lo que hacemos, va con la intención de educar y lo que menos estamos haciendo es sexualizar el cuerpo de la mujer. Queremos educar, informar y que se nos deje de tratar como a objetos sexuales. Da rabia porque nosotras mismas tenemos que censurar nuestras fotos, nuestros pezones, nuestros culos, porque Instagram los va a sexualizar. Hace poco lo decíamos en una entrevista y es que hemos llegado hasta tal punto de mostrar de una manera natural e informativa nuestra sexualidad, que mostramos todo el rato nuestro cuerpo desnudo y tenemos un 98 por ciento de seguidores que son mujeres.
Además recientemente publicasteis vuestro libro, me gustaría que me explicarais cómo fue el proceso de creación y quiénes participaron.
L: El proyecto de Sola Me Gusto comienza por el libro. Nosotras teníamos muy claro que nuestro proyecto iba a ser tener un libro sobre sexualidad y cuando escogimos el nombre, el oficial del libro, es: “Sola me gusto, me escucho, me veo, me huelo y sola me toco”, que serían los cinco sentidos y que son los cinco capítulos del libro.
Sentíamos que para realmente gustarte tienes que conectar con tus cinco sentidos y le fuimos dando la vuelta para ver cómo entre nosotras, yo en el área de escritura y Naza en el área de ilustración, podíamos hacer un diario que fuera muy cercano y que hiciera que las chicas pudieran empatizar con historias que, aunque en realidad no fueran de sexualidad como tal, al final todo se fuera relacionando hasta llegar a ser una persona más segura y con mayor autoestima y paralelo a esto estaban las entrevistas. Queríamos saber si éramos las únicas mujeres que habían esperado tanto para masturbarse y de ser así, por qué. Ahí formulamos cuatro preguntas y fuimos entrevistando durante casi seis meses sin parar a más de 60 mujeres alrededor del mundo, ya que también teníamos muy claro que al yo ser de Puerto Rico y Naza ser del colectivo LGTBI, no queríamos una visión europea, blanca, cis. Queríamos ver en realidad qué pasaba con las mujeres negras, latinas, trans… Y fue súper interesante porque logramos contactar con mujeres mayores, con madres… Y fue precioso porque llegamos a conocer a gente espectacular, que nunca habíamos visto y que en media hora nos habían contado su intimidad y habían hablado por primera vez sobre masturbación femenina con dos extrañas. Fue muy lindo.
N: El objetivo para el máster de Larissa era entregar como TFM el libro que lo íbamos a presentar a las editoriales y lo que hicimos nosotras fue hacerlo, maquetarlo, diseñarlo… Estaba listo para que la gente lo pudiera leer, pero el proceso de publicación fue muy desesperanzador. Creo que fue la parte más difícil y en la que más tocamos fondo en nuestro recorrido en Sola Me Gusto porque sentíamos que teníamos un buen trabajo entre manos y las editoriales nos rechazaban por hablar de masturbación femenina. Claro, el libro llamaba mucho la atención porque lo primero que enseñábamos eran las ilustraciones y estas no son algo explícito con mujeres tocándose y demás, porque queríamos huir precisamente del tópico de relacionar la masturbación con mujeres muy sexualizadas. Las ilustraciones son más de mujeres vergonzosas, otras más atrevidas y eso llamaba mucho la atención. Pero cuando nos preguntaban de qué iba nosotras veíamos que la cosa cambiaba y que las caras cambiaban también para mal.
Y da rabia e impotencia que hayamos hecho esto con todo nuestro amor y con el saber de que hace falta y que es necesario, siendo conscientes del problema social y mundial que hay, y que las editoriales te rechacen proyectos así porque te pases de “mala mujer” y de feminista. Porque claro quieren que seas feminista pero cumpliendo las normas y: “Uy no, no, no, en mi editorial no vamos a hablar de eso que se ve como de guarras o atrevidas”.
Por lo que al final dijimos: “El 14 de febrero de 2019 vamos a hacer un año de Sola Me Gusto, así que sí o sí ese día nuestro libro sale”. Nos buscamos nosotras todo para poder autopublicarlo y finalmente lo publicamos. Así que el proyecto es totalmente autogestionado, con todo lo malo y todo lo bueno de que sea así.
¿Contáis con el apoyo de algún otro colectivo feminista que o ayude a sacar el proyecto adelante?
N: Apoyo como tal con dinero, no. Pero sí que notamos que tenemos mucha suerte de vivir en Barcelona, en el momento que estamos viviendo, porque aquí hay una red de mujeres artistas, de mujeres feministas, interesadas en el tema que desde su conocimiento y desde su perspectiva te apoyan. Es una red sorora.
Da miedo salir de las redes y humanizar a las personas que hay detrás de los proyectos pero una vez que lo haces te das cuenta de que hay muchísimo apoyo y yo creo que si no nos hubiéramos movido y si no hubiera cada vez más mujeres interesadas en sacar proyectos así de necesarios adelante, tendríamos mucha menos visibilidad e incluso creo que menos ganas de seguir adelante.
L: Sí bueno y por parte de Puerto Rico también. Nos ha impresionado un montón y a mi se me infla el corazón al ver el apoyo desde allí. Llevo dos años fuera de Puerto Rico y el proyecto nació aquí en Barcelona, pero aún así ves que todas las páginas feministas, todas mis amigas y todas las personas interesadas en la sexualidad femenina nos están apoyando demasiado.
Ya para terminar, me gustaría saber cómo tenéis pensado continuar con Sola Me Gusto. Algún proyecto, alguna idea o algo que queráis contar.
N: Como vivimos juntas no paramos de pensar y maquinar ideas, pero sí tenemos muchas ganas de seguir adelante. Al final la idea del libro es solo una escusa para empezar con este proyecto, un gran proyecto que tiene que evolucionar. Entonces, no te podemos decir de aquí a tres años qué estaremos haciendo, pero también es lo bonito de un proyecto así, que no sabes qué sorpresas te vas a llevar. De momento a lo que sí le vemos mucho partido es al tema de los murales sororos porque no se, nos humanizan más y se vive de verdad la sororidad, por eso los llamamos así. Somos mujeres que nos acompañamos y que en uno o dos días tenemos el proyecto de acabar un mural, que encima nos está visibilizando y está visibilizando opresiones con las que tenemos que luchar. Vamos a usar los pinceles como herramientas y como armas para unirnos todas y acabar con todas estas injusticias.
L: Y tenemos un nuevo proyecto que es la tienda “Sola Me Gusto Shop” y con ella lo que queremos es también hacer que este proyecto siga, que nosotras podamos seguir dedicándonos a él ya que desde que comenzamos no hemos ganado ni un euro y en realidad queremos hacer cosas con mucha conciencia, con buenos mensajes… Queremos seguir fomentando el amor propio en todos los aspectos, queremos seguir avanzando en temas de masturbación y al final seguir educándonos porque creo que eso es algo en lo que nunca vamos a parar. No sabemos dónde vamos a llegar pero de momento con lo que tenemos estamos consiguiendo cosas preciosas.
N: Lo que queremos transmitir es que si lo personal es político también vamos a empezar a hablar de amor propio en las calles y eso es lo que nosotras ofrecemos. Estamos normalizando esto y haciendo que las mujeres que compran nuestros productos también lo hagan. En realidad te estás comprando una camiseta de amor propio y de sexualidad que durante años nos ha sido censurado y es también un acto muy valiente por parte de las mujeres que nos apoyan en este sentido. También, poco a poco tenemos que concienciar a las personas de que el feminismo no es solo europeo y que todos los actos que hagas en tu día a día como mujer están repercutiendo en otras mujeres que no tienen tus mismas salidas o que no tienen voz. Entonces, el hecho de apostar por proyectos feministas como el nuestro, que se trata de un producto que diseñamos nosotras y que creamos de principio a fin, no está explotando a mujeres que viven en países subdesarrollados y que se encuentran en situaciones precarias laborales. Es apoyar el comercio local frente a esto.
Bueno chicas pues enhorabuena por haber creado un proyecto tan necesario y muchas gracias por darnos esta entrevista.
L y N: ¡Muchas gracias a ti!
N: Y hablamos pronto, un beso.