Si me preguntaran cuál sería para mí un ejemplo de poesía política, respondería: la que escribe Francisco Barajas (Granada, 1956). El poeta ha publicado un nuevo poemario que sigue la línea de su anterior obra. Improbables tierras y dudosos mares (Editorial Quaestio, 2021) concentra poemas de amor (de pareja, de padres a hijos…), desengaños, política y una crítica feroz a las guerras y al dinero. También explora el pasado y la memoria.
Barajas no deja títere con cabeza. Su poesía es un puño en alto que reivindica y lucha, pero nunca golpea más que la mente del lector para hacerlo despertar. Estos versos también son una oda a Andalucía y a su ciudad natal: Granada. Hay historias increíbles como la que narra en forma de verso en el capítulo quinto. Imágenes vívidas, en definitiva, que se dirigen a un interlocutor que no advierte o imagina que es el receptor de todos estos poemas.
La poesía de Barajas tiene un fuerte contenido político y de crítica, así que decidimos preguntarle por ello. En Nostromo Magazine hemos hablados con él, y este ha sido el resultado:
¿Definirías tu obra como «poesía política»?
Mi poesía, mi obra, es prosa poetizada. Y abarca todas las facetas de los seres humanos: el amor, el desamor, el trabajo, la economía, lo social, lo religioso, la cultura, la política, la amistad, las ciencias, las artes, la mentira y la verdad, objetivándolas en las parcelas de lo personal y colectivo. Mi poesía es escribir de todo lo que es humano, y sin reservas de ningún tipo. La poesía no es escribir bellos y oníricos lances o situaciones. Es escribir de todo lo que puede ocurrirles a los seres humanos y en la relación íntima y pública con todos los seres y cosas de la naturaleza. Desgraciadamente, a la política los partidos políticos la entienden como la explotación del pueblo soberano. Y no como la buena gestión de los políticos, esos a los que elegimos democráticamente para que nos administren y gobiernen. Ellos y ellas administran y gobiernan para ellos y ellas mismos y sus allegados, simpatizantes y votantes.
¿Estás desencantado con la democracia española actual?
No estoy desencantado, estoy horrorizado y defraudado con casi todo lo que acontece en España y en el resto del mundo con la política. El hombre no ha aprendido nada bueno para aplicarlo en el hombre. Solo ha aprendido que la fuerza, la violencia y la corrupción son los medios para dominar al hombre. Logramos en España salir de una dictadura asesina y feroz, y hemos convertido a la democracia en partidocracia con unos índices de corrupción inusitados. Tenemos un modelo de Estado que está corrompido. Yo abogo por la llegada, mediante un referéndum, de la III República Española que sea honesta, decente, democrática y responsable.
Cuando escribes esta poesía crítica con la política actual, ¿sientes rabia o desahogo?
Nunca siento rabia ni desahogo escribiendo porque mi poesía sea crítica, es lo que han realizado casi todos los escritores y poetas de este mundanal, caótico y decadente mundo que han sido honestos y comprometidos. Siento que es mi deber de denuncia y compromiso con los más desfavorecidos y los más débiles. Los pesebres de oro no se han hecho para mí. Yo no me dedico a pasarle las manos por la humanidad de los políticos, los caciques y los poderosos. Ni tampoco por la sexualidad de nadie. Lo que siento es demasiada pena y horror por los seres humanos que se dedican a explotar a los demás, y me gustaría muchísimo que desaparecieran para siempre.
Un poema dice: «Todo el horror humano llegó con el invento dinerario». ¿El dinero es el causante de todos los males de la humanidad? ¿Pero el dinero en sí o la forma de trueque que ha existido siempre?
El dinero no es el mal en sí, el mal está concentrado en su pésima, interesada y desigual distribución entre todos los seres humanos. La remuneración económica del trabajo no es justa ni equitativa, lo que hace que demasiados hombres mueran de hambre, enfermedades y situaciones de exclusión porque están desfavorecidos por el sistema capitalista y su libre mercado. Sí, en toda la historia humana podemos observar que el avance de la humanidad ha estado fomentado por el dinero muy mal distribuido, lo que ha dado como aceptado el primer mundo, el segundo, el tercero y el cuarto. El marxismo y mi poesía son dos formas de crítica constructiva al capitalismo. Aunque hay que entender que a mi poesía se la pasa el capitalismo por el forro testicular, al igual que el marxismo.
Dedicas una estrofa a García Lorca sin citarlo directamente. ¿Qué significa el poeta granadino para ti?
Poeta en Nueva York es uno de los mejores poemarios del siglo XX. Y por tanto, García Lorca es uno de los mejores poetas del mismo siglo. Mi admiración por García Lorca me llevó a escribir un poemario que titulé Los túneles del metro de Nueva York, publicado por la editorial Dauro, y que es un homenaje a Poeta en Nueva York. Federico García Lorca es inmortal, no así todo lo que lo rodea en la actualidad, y que es mercantil, mortal, corrupto y decadente. Algo que no merece García Lorca ni por asomo. Contar de nuevo su muerte y las envidias y maldades de sus enemigos fascistas ahora no viene a cuento porque casi todo el mundo ya las conoce.
¿Te consideras alguien pesimista?
Yo no soy pesimista. Los pesimistas nunca pueden tener un sentido crítico ni positivo de nada que sea optimista y positivista, ya que su pesimismo es la fatalidad para ellos mismos y para todo lo que observan. Lo que estoy es desencantado, desengañado, decepcionado y algo desilusionado con el ser humano, un depredador caníbal de su propia especie. La solidaridad, el mestizaje, la concordia, la fraternidad y el respeto por lo diferente ha desaparecido o nunca fueron virtudes de los seres humanos que son egoístas y políticamente unos fascistas de asesinas intenciones con los demás. Estoy cabreado con los seres humanos negativos, aunque amo a los que no lo son, y que abundan para mi sosiego.
¿Tienes fe en el futuro de la humanidad?
En qué futuro de la humanidad se puede creer, cuando el hombre es capaz de destruir su casa común, la casa de todos, el planeta Tierra, y sin poder dominar su egoísmo, su barbarie y su estupidez. En qué futuro se puede creer cuando por acción del hombre mueren de hambre, de sed y de enfermedades al día cientos de miles de seres humanos. En qué futuro se puede creer cuando el hombre todo lo basa en el poderío militar y económico que es explotador. El hombre es una miseria inhumana que es incapaz de generar piedad ni compasión con todos los que le rodean. ¿Podemos creer en las religiones y en las democracias que son partidocracias? ¿Dónde está la solidaridad humana y el amor al semejante?
Por último, Barajas dice que recomendar es una pérdida de tiempo, pero nos menciona a sus escritores y poetas favoritos: Homero, Francisco de Quevedo, Cesare Pavese, Gabriel García Márquez, Charles Bukowski, Antonin Artaud y Vicente Aleixandre, y concluye: «Leer es el ejercicio humano, para mí, más gratificante que puede hacer el hombre, y porque siempre se aprende algo. Leer es conocer, es comprender, es averiguar y es saber. Leyendo se puede construir un hombre solidario, humano, democrático y que reniega de los egoísmos».