Insípido, inestable

Fotografía de Adrián Gámiz

No me gusta el agua,

está carente de alma, insípida, sin color ni sentido en mí.

Como conocer a alguien y no sentir la euforia de un nuevo comienzo.

Como un autor sin su ego desmesurado.

Como esa canción que tanto te gusta sin que te lleve a ese lugar o momento concreto.

Como escribir esto sin una noche profunda.

No me gusta ver mi cuarto con la cama deshecha,

pero me gusta la sensación de vida del desorden intencionado. 

Maniático, inseguro y altivo.

Un día quiero ser corredor de maratones por haber paseado 5 kilómetros,

otro día quiero ser solista de una Big Band de jazz porque el profesor al que le pago me dijo que toco bien.

Iluso o quizás pretencioso.

Volar demasiado cerca del sol incluso.

El martes quiero verte con esos vestidos cortos todos los días de mi vida,

pero el miércoles solo me fijo en las chicas que pasan a nuestro alrededor.

Inestable.

No me gusta el sabor del agua, está vacío, hueco, falto de su propia esencia.

Como yo,

si alguna vez dejara de fantasear con metas imposibles por halagos que nunca existen,

si dejara de tener dudas sobre ti, por una frase que nunca dije o siempre omití.

Compártelo

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp
Novedades semanales.

+ Artículos relacionados