Hay múltiples historias interesantes detrás de cada cuerpo, aunque pocas pueden superar la de Madame Tussaud. No solo porque vivió en una de las épocas más convulsas de la Historia y conoció a personajes singulares, sino también porque sobrevivió a casi todos aquellos que conoció. Historia y desventuras de una pequeña criada llamada Little que más tarde se convirtió en la famosa Madame Tussaud (Blackie Books, 2021, con traducción al castellano de Lucía Barahona) narra la biografía novelada de una de las personas más importantes del mundo del arte en los siglos XVIII y XIX.

«Libro del año», según The Times, Little está dividido en seis libros y tiene ilustraciones que ocupan toda la página o están incrustadas en el texto. Son dibujos con «grafito, carbón y tiza negra». Edward Carey (Reino Unido, 1970) relata en estas páginas la apasionante vida, narrada por la propia Madame Tussaud, muchas veces desconocida de una mujer desde su nacimiento hasta su último año de vida. Aunque vivió ochenta y nueve años, cuatro quintas partes de la novela transcurren hasta que ella tiene treinta y dos años, por lo que los sesenta y siete años restantes transcurren en apenas sesenta páginas.
Anne Marie Grosholtz nació en 1761 en un pueblo de Suiza. Su padre fue a la guerra y volvió con secuelas graves que lo llevaron a la tumba poco después. Tras la muerte de su padre, su madre y ella viajaron hasta Berna para no volver jamás al pueblo. Allí, empezaron a trabajar en casa del doctor Curtius, un modelador de cera tímido y retraído. Sin embargo, era aún una niña cuando sufrió también la muerte de su madre, quedando bajo tutela de Curtius. Marie, huérfana en una ciudad desconocida, tiene la nariz romana de su madre y el mentón ligeramente hacia arriba de su padre como única herencia.
Curtius trata con partes del cuerpo humano, algo que a la madre de Marie le asquea, pero ella lo soporta y se acostumbra. Es una niña resolutiva pese a sus cortas edad y estatura, y pronto da ideas a Curtius para lanzar un negocio que los mantendrá a flote: hacer cabezas de cera a partir de ciudadanos, y tienen éxito. Un día, los visitan dos extranjeros: Mercier y el mismísimo Rousseau, aunque ella entonces no sabía que era él. Marie escucha por primera vez la palabra «París» en boca de Mercier, y la relaciona con el mal olor de sus zapatos. Mercier, con quien mantendrá contacto hasta sus últimos días, les desafía a ir a París para hacer allí máscaras de cera, pues es donde están «las mejores cabezas».
Obligados por las circunstancias, Marie y Curtius emprenden un viaje, de nuevo sin retorno, hacia la capital francesa, donde se desarrolla el grueso de la historia. Cuando entran en París, en 1769, pasan junto a la Bastilla, sin saber que ese lugar será célebre por los acontecimientos que sucederían allí solo veinte años después. En París, entran a trabajar en casa de la viuda Picot, una mujer autoritaria y sin corazón, y de su hijo Edmond, un muchacho enclenque y huraño pero más humano que muchas personas más expresivas y sociables.
En París, Marie vive multitud de aventuras y desgracias, sobre todo de la mano de la viuda Picot, quien la maltrata psicológicamente y la desprecia frente al desdén de Curtius. Mercier la bautiza como «Little», por su estatura, y la viuda se apropia de ese apodo para denigrarla. Marie debe aprender francés; comer sola, pues las criadas así lo hacen en París, y dormir sobre una cama de paja en una habitación sin ventanas. Marie se siente sola en la cocina. Si no fuera por las repentinas visitas de Edmond, se olvidaría de ella misma, según dice. En esas escenas se refleja el machismo y el trato vejatorio a las criadas.
La mirada de Marie en todo momento es infantil e inocente, pero también rebelde, creativa e imaginativa, lo poco que se le permitía serlo. Intenta adaptarse mientras conoce la pobreza y servidumbre a merced de la viuda autoritaria y oportunista. Debe aprender a ser otra persona para sobrevivir y únicamente a solas saca a la verdadera Marie. Mientras se producen revueltas en París, Marie, cansada y consumida anímicamente por el comportamiento de la viuda y Curtius, emprende violencia y quejas. Ellos, por su parte, le recriminan su rebeldía, pero, al igual que los ciudadanos de París, su paciencia tiene un límite y cuando se llena el vaso, corre el riesgo de desbordarse y arrasar con todo a su paso.
Marie entra a trabajar en el Palacio de Versalles para enseñar a modelar cera a la princesa Isabel, y está presente durante el parto de María Antonieta. Conoce a personajes relevantes de la talla de Napoleón, Diderot, D’Alembert, el mencionado Rousseau o Charles Dickens, a este último en Londres, adonde se traslada años más tarde. Además, ve los cadáveres de Marat y Robespierre para hacerles máscaras de cera.
El lector pasea de la mano de Marie por las calles del París del siglo XVIII, sobre todo el de la Revolución francesa, que marca esta historia y la de la propia Madame Tussaud. Los sucesos históricos pasan frente a Marie, pues o bien ella o bien otros que conoce se ven implicados de forma directa o indirecta en ellos. Marie no se libra, pues al ser suiza es sospechosa, y llegan a encarcelarla. Vive en una ciudad, y unos habitantes, perjudicados por los altercados y la anarquía.
Entre los personajes secundarios, quiero destacar el de Mercier, que existió en la vida real y que representa la razón. No tiene tanto protagonismo como Marie, Curtius o la viuda Picot, pero es un personaje fundamental. Es la crítica política y social personificada que denuncia la miseria de París y de sus ciudadanos. La capital francesa experimentó un crecimiento vertiginoso que amenazó con descarrilar a la ciudad y al país entero, que iba sin rumbo. De hecho, Marie cita a un niño hidrocefálico con cuerpo esquelético al que llaman Francia, como representación de la situación del país. Por eso, Mercier propone el deseo de vivir en una isla sin gente, sin leyes, sin batallas y sin etiquetas.
Otro personaje destacable es Curtius, que representa el avance de la ciencia, la medicina, los implantes e incluso la ortopedia. Igual que Jacques Beauvisage, un chico que no hace gala de su apellido. Es un joven de aspecto poco agraciado al que adoptan para que haga recados y les proteja. Además, ha vivido y dormido durante tantos años por las calles de París que conoce muchas historias sangrientas, entre ellas los ahorcamientos, que eran como atracciones de feria, de una sociedad casi medieval y de los desdichados que intentan sobrevivir.
Marie tiene diecisiete años cuando le dan el primer beso en la mejilla, y no fue nadie de su familia. La relación que mantienen los jóvenes de la casa, Marie y Edmond, contrasta con la de los mayores, Curtius y la viuda Picot. El pobre Curtius, que dedicó su vida a crear cuerpos ajenos y nunca enseñó el suyo a nadie. Entre esas relaciones se percibe el anhelo de un enamorado y la desolación ante el rechazo de la persona a la que se ama. En ello también entran las imposiciones de la sociedad, la religión, la moral, las costumbres o todo a la vez.
Marie es un personaje entrañable, al menos en esta novela. Llegaba con su altura hasta los corazones de la mayoría de la gente, y por supuesto alcanza el del lector desde la primera página. A partir de su historia, habla del ser humano de forma espectacular, utilizando herramientas valiosas para ello. Una de ellas es la Revolución francesa como ejemplo de suceso histórico, y el otro es la fabricación de máscaras de cera para reflejar cómo es el espíritu humano. Así, se ve la necesidad que tienen ciertas personas de poseer una reproducción de sus cabezas para adorarse.
Little es un libro riquísimo en detalles de la vida de Madame Tussaud y con un lenguaje cautivador. No se narra nada de sus últimos casi sesenta años, puesto que el autor pone el foco en los años de infancia y juventud de Marie, que son los que guardan más interés por los sucesos que acontecieron en su vida y por el contexto histórico en el que se desarrollaron. Asimismo, se narra el aislamiento, el desamparo, la tristeza y la soledad que sufre por la ausencia de sus padres desde una edad temprana, así como la falta de afecto y el maltrato psicológico. Little es una historia conmovedora, sobre todo por estar basada en hechos reales. Guarda tragedias que encogen el corazón y una de las historias de amor más bonitas que pueden leerse.