¿Se han imaginado un mundo en el que no tengas que coger el coche para la mayoría de las actividades que haces en tu día a día? Salvo el servidor que escribe estas líneas y algún caso excepcional, la población ya no concibe su día a día sin coger el coche. Se ha convertido en una actividad absolutamente rutinaria que, solo con pensar en su ausencia, la población se lleva las manos a la cabeza. Son muchas ocasiones en las que los coches han tomado la gran pantalla y se han convertido en los absolutos protagonistas, tal y como vamos a repasar en este reportaje.
Elegir coche para una película no es una tarea que se haga a la ligera. Hay que pensar en factores tan determinantes como el contexto en el que tiene lugar el filme o la clase social de sus protagonistas. Y esto no es lo único que hay que tener en cuenta. Si no fuera por muchos coches, algunas películas no hubiesen tenido, ni de lejos, el éxito del que ahora gozan. ¿Y si en Regreso al futuro no se hubiese utilizado un DeLorean? Mejor ni pensarlo.
En sus 57 años de existencia, James Bond ha lucido una alta gama de automóviles, algunos de ellos tan emblemáticos como el Aston Martin DB5 que el espía ha conducido en seis de sus films. Aunque para épico está el Lexus 2054 Concept que Tom Cruise conducía en Minority Report, un coche con vistas al futuro que, según Steven Spielberg, conduciremos dentro de 35 años. ¡A eso sí que le llama ser visionario! Yo, robot también juega a imaginar cómo serán los automóviles en una galaxia lejana, y el Audi RSQ Concept que la marca alemana diseñó exclusivamente para la cinta nos dejó sin habla. Su acabado blanco perfecto y su apertura de puertas estilo «alas de mariposa» es sencillamente sensacional. Además, sirvió para inspirar al actual Audi R8. Desde luego, el cine puede conseguir cualquier cosa.
Del futuro pasamos al pasado y es que, aunque lo hayamos mencionado brevemente hace dos párrafos, el DeLorean DMC – 12 de Regreso al futuro merece uno para él solo, un coche ochentero con tendencias del siglo XXI (o incluso XXII). Su excentricidad y su diseño imposible lo convierten en uno de los más míticos jamás construidos. Sus puertas de ala de gaviota y su carrocería metálica de acero inoxidable hará que cualquier amante de los coches se emocione con tan solo contemplarlo.
Toda mala película tiene su aspecto positivo y este es el caso del Match 5 de Speed Racer. Este bólido aerodinámico, en blanco con toques rojos, su morro larguísimo y la M dibujada en el capó hace que nos importe un poco menos que el filme fuera un absoluto despropósito. Aunque para desastres está Herbie a tope: nunca un Volkswagen Escarabajo había estado tan desaprovechado.
Todo repaso a automóviles cinematográficos no puede dejarse el Landspeeder X-34 del episodio IV de Star Wars. Da igual que no tenga ruedas, pero este coche acelerador es perfecto para cerrar estas líneas. ¿Quién no se ha imaginado viajando alguna vez en él? Si ya existieran, seguro que nadie volvía a llegar tarde en la vida. Toyota, ¿a qué estás esperando?
