La Oveja Shaun apareció por primera vez en nuestras vidas en 1995 en el corto de Wallace y Gromit titulado Un esquilado apurado. Lo que no podíamos ni imaginar es que en 2007 tendría una serie propia durante seis años, con 150 episodios de 7 minutos de duración y que en 2015 saltaría a la gran pantalla. El film se convirtió en el mejor de la compañía gracias al divertimento de su trama y a su excelente capacidad de sorpresa.
Por el nivel de excelencia de la primera entrega, había cierto miedo de cómo sería esta segunda parte. Hay que reconocer que su argumento es muy original, ya que la película comienza cuando unas extrañas luces planean sobre el cielo del tranquilo Mossingham anunciando la llegada de visitantes de una lejana galaxia. Cuando una adorable extraterrestre aparece en la granja, Shaun ve en ella una oportunidad de diversión alienígena, pero antes, deberá evitar que su nueva amiga sea capturada por una siniestra organización.
Su animación sigue siendo excelente y sus personajes continúan con el mismo carisma. Algunas de sus escenas tienen una comicidad insuperable y es imposible no explotar a carcajadas con ella. Todas las ovejas son unas auténticas robaplanos y es muy complicado estar más de cinco minutos sin reírse. Aunque esté dirigida a niños de corta edad, su humor inteligente logrará satisfacer sobremanera a los adultos.
El problema que tiene ‘Granjaguedón’ es que su guion no es tan sorprendente y brillante como el de la primera parte. Más allá de chistes divertidísimos, la secuela no funciona de la misma manera ya que no es tan ingeniosa ni su guion tiene los mismos giros inesperados que su primera parte. Sirve como entretenimiento puro y duro, pero es algo decepcionante ver cómo esta secuela no aporta gran cosa.
Valoración: 3,5/5
Lo mejor: No le faltan sus dosis de humor
Lo peor: No tiene ni la mitad de ingenio de su primera parte