Cuando Emmy Rossum comunicó que no seguiría en Shameless, muchos nos preguntamos si tenía algún sentido que la ficción continuase. Fiona, el buque insignia del drama de Showtime, dejaba huérfanos al resto de los Gallager que, aunque tienen suficiente personalidad como para mantener por sí solos la serie, no sabíamos si esto iba a ser suficiente. A falta de un episodio para que la décima temporada finalice, podemos decir que ha mantenido el tipo, aunque, ¿por cuánto tiempo?
Shameless ha demostrado ser una ficción cada vez más coral, algo que ha ido sucediendo sin que el espectador se diese realmente cuenta. Esto ha permitido que la ausencia de Fiona no se haya notado tanto. Esto, y que sus guiones siguen siendo igual de brillantes que siempre. En diez años, apenas se ha bajado el nivel, y esto es algo que en muy pocas ficciones ocurre.
Aunque haya pasado el tiempo, todo en Shameless sigue igual que en su primer episodio: Frank es igual de repulsivo, Carl no sabe ni donde tiene la cabeza y Debbie sigue siendo igual de impulsiva que siempre y demuestra que no está dispuesta a ser la nueva Fiona por mucho que parezca que sí. Lip es en el que se ha experimentado más cambio, pero para mejor. Desde hace un par de temporadas, él se ha convertido en el verdadero protagonista de la serie con un crecimiento personal y una estabilidad emocional que contrasta con el resto de miembros de su familia. Shameless ha sabido también explotar esta temporada a Liam, su personaje más desaprovechado, gracias a su repentino afán por la cultura negra.
Shameless funciona a las mil maravillas y, aunque pueda resultar un poco repetitiva, sigue siendo igual de atractiva. La madurez de Lip y la relación de Ian y Mickey ha sido lo que más nos ha enganchado esta temporada. Si por Showtime fuera, la ficción tendría 20 temporadas más, pero ¿nos cansaremos de ella antes? ¿No sería mejor que se despidiese ahora que todavía está a tiempo en vez de que la dejemos de ver por aburrimiento?
Valoración: 3,5/5
Lo mejor: Experimentar un año más la evolución de Lip, el gran personaje de Shameless
Lo peor: Ya sea por comodidad o por la filosofía de la serie, realmente no ha innovado nada en diez años