Lejos del arcaico modus operandi que determina quiénes son las mejores vestidas bajo criterios que ayudan a reforzar el sistema patriarcal, repasamos la narrativa estilística de alguno de los asistentes desde una perspectiva sociocultural contextualizada.
En unos atípicos Premios Grammy 2021 que tuvieron lugar el pasado domingo 14 de marzo y que vienen siendo cuestionados (y reprochados) desde ediciones precedentes por artistas como Abel Tesfaye, artísticamente conocido como The Weeknd, Alicia Keys o Zayn Malik, se atisban los frentes abiertos que acumula la Recording Academy en términos de corrupción y falta de diversidad. Atendiendo a esta premisa, la que fuera la noche de la 63ª edición de esta cita musical dejó en cuestiones de moda una lectura sociocultural coherente en lo que a las elecciones de vestuario de algunos de sus invitados se refiere. Hagamos un repaso.
Regreso al pasado
“8 kilogramos en mi cuerpo… Tenía que llevarlo, fue increíble”, así se pronunciaba sobre su estilismo Cardi B a través de su cuenta de Instagram hace unos días. Tanto la rapera como su equipo dominan el arte de leer entre líneas, y es que al final no se trata sino de dar el espectáculo, y aunque parezca obvio, no muchos son capaces de conseguirlo a todos los niveles como ella. En escena apareció con un conjunto metalizado similar a uno diseñado por Thierry Mugler en 1995 (firma que también ha vestido en otras ocasiones a la cantante) hecho a medida compuesto por un sujetador cónico, que recuerda a los de Jean Paul Gaultier que llevó Madonna, y una braga de tiro alto. La firma debajo de todo ese armazón es la del puertorriqueño Rey Ortiz, que ya había trabajado antes junto a la artista en el videoclip de UP de la mano de su ya habitual estilista Kollin Carter. “Necesitamos un gran momento metálico para los Grammy”, sugirió Carter a Ortiz, “Debe de ser cómodo para bailar y sexy… Además, sé que puedes hacerlo porque también vistes drag queens”.
No era otra la intención de Cardi que la de traer al escenario parte de su pasado como stripper creando ambiente al ritmo de la viral WAP —en YouTube acumula más de 300 millones de visualizaciones y en TikTok tuvo su momento como trend— que interpretó con Megan Thee Stallion.Las referencias se volvieron evidentes en el momento en el que enfocan un pleaser gigante (zapato con gran plataforma que se asocia al universo stripper y a la modalidad de exotic pole) cuyo tacón, a su vez, era una barra de pole dance. En definitiva, un espectáculo lógico con un vestuario acorde a la vida de la artista.
Tributo a las girlbands
Tan característico es el gesto de Miuccia Prada que Alana, la pequeña de las hermanas de la girlband HAIM, lo imitó en la alfombra roja de los Grammy. Eso sí que es saber lo que llevas puesto. Ciñéndonos puramente a lo estético, las tres parecen una única persona al ir prácticamente uniformadas: vestidos rectos de color lavanda acompañados por unos zapatos de punta y tacón sensato inspirados en la colección de primavera-verano 2021 por la dupla Prada-Simons [Raf] y que, por supuesto, lucían el logo de la casa italiana. La sincronización que Alana, Danielle y Este adoptan al presentarse vestidas casi idénticas en un escaparate de tal envergadura como lo son estos premios dice mucho más de lo que las palabras podrían llegar a esclarecer, que es aportar ese valor que les merece pertenecer a un grupo de música formado por mujeres. La triada, que estuvo nominada a dos categorías (Álbum del año por Women in Music part.III y Mejor Actuación Rock del año), aupó esa unidad por la que ya se aventuraron a defender las Spice Girls o las Destiny’s Child. Rebecca Grice, la estilista, es la responsable de mantener esa sintonía que tanto hechiza entre la música, la moda y ese sentimiento de pertenencia a las bandas femeninas.
Tres boas, un destino
Otra cosa no (o quizá sí), pero si se trata de atreverse en lo que respecta a los estilismos, pocas personas lo hacen como Harry Styles. Eso sí, no olvidemos que, aunque la opinión pública alabe en términos generales las preferencias del artista como si fuese el primer hombre en salirse de la línea de lo establecido en cuanto a vestimenta, no es el primero en hacerlo. Marc Bolan o David Bowie allanaron el camino para que ahora el cantante británico pueda correr. Así lo asume también su estilista, Harry Lambert, que optó por retomar esa estética setentera glam rock a través de tres looks, como no, de Gucci, y unidos entre sí por un hilo conductor: una boa. “Estos son los primeros Premios Grammy de Harry, por eso quisimos hacer algo británico y excéntrico”, comentaba el estilista para Vogue.com, “Un poco de rock and roll y un poquito camp. Espero que hayamos hecho esto con la mezcla del tweed y la boa, que es muy ‘British’, rock and roll y camp, todo en uno”.
No es casualidad que la boa sea el elemento estrella en las tres opciones de vestuario, ya que tanto Alessandro Michele, director creativo de la casa italiana, como Lambert, coincidían en la búsqueda de una misma silueta para todos los looks pero que, a su vez, estos fuesen “polos opuestos” entre ellos. Los colores y los tejidos fluctuaron, pero las boas persistieron, exceptuando el momento en el que una de ellas voló por los aires en mitad de la actuación de Watermelon Sugar(canción que le valió el premio a Mejor Canción Pop solista), como el punto de partida hacia sus orígenes.
Foto Portada: Anthony Pham vía vogue.com