Escrito por Rubén Pareja Ramírez
El otro día tocaba ir a visitar a la abuela y, si estás allí, Sálvame es lo más probable que te toque ver. El bochornoso espacio de Telecinco es un titán al que ni las competencias de este país pueden derribar. Ya se vio cuando se le impuso una querella por emitir cosas inadecuadas en horario infantil y entonces cogen y lo dividen en «limón», de 16 a 17 horas, y en «naranja», de 17 a 20.
Foto: telecinco.es
Hubo recelo, en un principio, cuando propuse hacer este artículo, por parte de algunos de los miembros de Nostromo Magazine. El motivo es más que justificable: no dar cobertura a estas patrañas televisivas, aunque en este caso lo considero necesario.
El pasado martes 25 de julio hacía veinticinco años de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92′. Que los medios hagan alabanzas a un evento mientras tapan el despilfarro que ocasionó (junto a la Expo) es triste, pero tratarlo como si fuera una noticia en los informativos frente a otras cosas de más importancia es el colmo. Y eso que a mí me encantan los JJ.OO y que ese día ví la inauguración con mi madre (que conste).
En el espacio presentado por Paz Padilla, pues, se trató de rendir homenaje al acontecimiento, ya que se podría considerar cualquier cosa menos eso. Trajeron a la exregatista Theresa Zabell, que ganó en el certamen dos medallas de oro en vela. Anabel Pantoja iba disfrazada de Cobi, la mascota de Barcelona 92′, que antes dio una lección de medicina al explicar un problema de salud suyo. «Esta lección de ‘Saber y vivir’ ha estado muy bien», decía la ilustre Belén Esteban, que pidió presentar el momento sobre el certamen deportivo.