Diez años después de la emocionante e infravalorada Todo lo que tú quieras, Achero Mañas vuelve con Un mundo normal, comedia dramática con la que el cineasta busca reivindicar la normalidad con un filme muy emocionante protagonizado por el cada vez mejor Ernesto Alterio y por la debutante Gala Amyach (hija de Achero Mañas).
La cinta se centra en Ernesto, un director de teatro excéntrico e inconformista que recibe la noticia de la muerte de su madre y, camino al cementerio, roba el ataúd para tirar el cadáver al océano, como era su deseo. Su hija le acompaña en el viaje con la intención de hacerle cambiar de idea, pero pronto descubrirá que no es ningún loco y lo positivo que es ser fiel a sí mismo.
Un mundo normal es un largometraje que se construye en torno a las relaciones familiares y que relata temas como el inconformismo, ser fiel a uno mismo y no ceder frente a las presiones, o incluso, imposiciones sociales. Aunque no se atreve ir más allá y se pasa de correcta, logra emocionar con una relación «madre»-hijo y padre-hija que está muy bien narrada y que logra que el espectador salga del cine con una sensación más que positiva.
El filme funciona gracias a su dimensión afectiva y a su capacidad para que el público logre empatizar con unos personajes perfectamente construidos y que están sumidos en un proceso de cambio bien explicado. Achero Mañas sabe describir con claridad las relaciones entre ellos y aporta, como siempre, su lado más humano. Un mundo normal recorre durante sus 103 minutos un viaje hacia la aceptación y de mutuo reconocimiento que padre e hija emprenden por las carreteras mientras se plantean si arrojan o no al mar el cadáver de la abuela. En su trayecto no aporta nada especialmente nuevo, pero su sinceridad, bondad y honestidad hacen que su falta de innovación no supongan ningún problema.
Valoración: 3/5
Lo mejor: La verdad que transmite y la evolución de la relación entre padre e hija
Lo peor: Pese a sus buenas intenciones, no aporta nada especialmente novedoso