
Noah Baumbach es uno de esos cineastas a los que no hay que perder nunca la pista. Sus películas siempre aportan una mirada más allá y logran emocionar y hacer pensar al espectador por su amplia carga de verdad y de conexión con la realidad. Tras la magnífica Historia de un matrimonio, Noah Baumbach vuelve con Ruido de fondo, su película más ambiciosa y que en un principio parece estar más fuera de su estilo, con Adam Driver y Greta Gerwig como protagonistas.
Ruido de fondo navega entre el drama, la comedia y el terror para presentarnos la historia de un accidente industrial que causa un terrible incidente medioambiental en una ciudad del medio-Oeste americano, cubriéndola en una nube tóxica. Con toda esta situación, Jack, un profesor universitario que ha vivido rodeado del ruido blanco de la alta tecnología, las señales electromagnéticas y el consumismo, se enfrenta a su propia mortalidad.
Baumbach logra resolver con total acierto su película más ambiciosa, haciendo que su arriesgada mezcla de género funcione a la perfección y que encuentre su sitio tanto como sátira, thriller, relato de terror, distopía apocalíptica y, por algunos momentos, comedia familiar. El director destripa el sueño americano con un largometraje ácido que parodia a la familia intelectual y que también encuentra su lugar para reírse del cine de catástrofes. Todo ello mediante unas grandes actuaciones de Adam Driver y de Greta Gerwig, los intérpretes fetiche del director.
Con Ruido de fondo, el director estadounidense plasma su relato dando en muchos momentos la sensación de que estamos presenciando un documental en una sociedad que muchas veces no sabe distinguir la verdad de la mentira. Una gran adaptación de la novela de Don DeLillo que Baumbach sabe cómo construir sin tener que renunciar a su característico sello.
Valoración: 4/5
Lo mejor: Su implacable mezclas de géneros
Lo peor: Que el filme quiere abordar tantos temas y hacer reflexionar tanto al espectador que puede provocar cierto empacho