Ojalá todos los blockbusters fueran como Alita: Ángel de combate, un film que tiene muy claro sus objetivos y que es honesto desde el primer minuto. Dirigida por Robert Rodríguez y con un guion escrito por él, Laeta Kalogridis y James Cameron, era difícil que la cosa saliera mal.
Esta adaptación del famoso manga de Yukito Kishiro cuenta la historia de Alita, quien se despierta sin recordar quién es en un mundo que no reconoce. Ido, un médico compasivo, se da cuenta de que en algún lugar de ese caparazón de cyborg abandonado está el corazón y alma de una mujer joven con un pasado extraordinario.
Lo nuevo de Robert Rodríguez tiene un ritmo frenético. Así es como deberían ser todos los blockbusters: honestos y que tengan la capacidad de entretener durante las dos horas de metraje. Sus efectos son espectaculares y, desde Avatar, nunca había merecido tanto la pena ver una película en 3D. Su estética es muy fiel al anime en el que se basa, y es que todo está cuidado con un cariño y un respeto que convierten a Alita es un largometraje emocionante.
Valoración: 4/5
Lo mejor: Que es un blockbuster en mayúsculas
Lo peor: Que tenga todas las papeletas de que no le va a ir bien en taquilla