Hablar de Carlos Jean es hablar del productor precursor de la tendencia en España. Su intuición y trabajo constante lo han llevado a convertirse en uno de los artistas más consagrados de la escena, tanto urbana como comercial. Hace unos días tuvimos el enorme privilegio de reunirnos con el en su estudio y que nos mostrara su faceta más oculta.
¿Cómo crees que va a cambiar la música con el Coronavirus?
Creo que tenemos unos políticos que han fracasado, porque vivir en una sociedad donde esté prohibido el baile es una sociedad triste, aunque yo creo que la gente baila en sus casas y no va a dejar de hacerlo. Lo que sí creo que va a pasar es que se le va a dar más valor a la composición, porque como ahora el espectáculo ha pasado a un segundo plano ya que con esta situación es más complicado organizarlos, las canciones van a ser muy importantes. De hecho, durante la pandemia hemos visto muchos conciertos de artistas que podían sentarse en un piano o ponerse un guitarra y tocar canciones, ya que si necesitas toda la parafernalia de un concierto al completo es bastante complicado que te mantengas como artista.
¿Ha habido un boom de creatividad en el confinamiento?
Tiene que empezar ahora, o sea en el confinamiento ha habido un uso de herramientas que ya se habían utilizado para poner en práctica la música y ahora lo que creo es que va a haber que empezar a utilizar esa parte de creatividad para desarrollar actividades distintas y que todo pueda funcionar. Lo que está claro es que la música no se va a acabar, porque se ha visto que en la pandemia es lo que nos alegra el alma, lo que nos pone en un mood muy positivo… Entonces creo que es muy importante ahora buscar nuevos modelos de negocio alrededor de la música porque es fundamental que tenga una sostenibilidad como negocio.
Ahora que no se puede viajar y demás, ¿crees que hay más medios telemáticos para que lxs artistas hagan música juntxs?
Creo que el empezar a trabajar conjuntamente ya se había puesto en práctica. Yo todavía no me he parado a pensar qué es lo que voy a hacer, ya que por mi manera de haber afrontado el mundo de la música trabajo mucho en bandas sonoras, en series… Entonces, ahora tengo mucho trabajo, estoy produciendo el nuevo disco de Bebe, mis singles, etc. Entonces tengo mucho jaleo y por esa parte estoy, más o menos, ocupado. Aunque seguramente sí que me busque la vida, hablo con gente de la tele sobre qué formatos se pueden utilizar alrededor del entretenimiento que, además, ahí si que ha habido un acelerón de repente. La digitalización, básicamente, se ha acelerado.
En tu última canción, “Hasta el cielo”, has trabajado con varixs artistas de palos distintos. ¿Qué se siente al trabajar con músicos de distintos estilos?
Se respira un mundo urbano entre los cuatro y creo que convivimos bien ahí. Por ejemplo, con la Mala que ya he trabajado con ella, hemos coincidido muchas veces y nos llevamos bien, tenía muy claro que va haber mucho futuro entre ella y yo. Al igual que Dollar, es un pedazo de artista al que conocí a través de la película y creo que va a haber mucha unión. Con el pasó una cosa muy curiosa que fue que cuando le mandé la canción al principio decía que no lo entendía bien y que no se encontraba, pero a medida que fui haciéndole los cambios y trabajando de manera conjunta conseguimos una conexión perfecta. Carolina tiene una potencia brutal, me gustaría quedar más adelante con ella para probar algo más flamenquito mezclado con electrónica, que creo que puede quedar algo muy especial.
Eres el DJ oficial del Atlético de Madrid, ¿has llegado a tocar en el Wanda y le mandas música a los jugadores?
En el Wanda aún nada porque no hemos ganado nada (risas). Música le mando a todos, desde hace un par de años que llegamos a unas finales les mandaba música para que la pusieran en el vestuario, también preparaba las sesiones para las celebraciones, aunque sí que con Koke tengo relación, pero con todos ellos fluyen muy bien. Bueno, sí que he hecho algo en el Wanda, en la cena de navidad hicimos un experimento con los jugadores y luego estuve pinchando para todos los empleados del Atleti y fue un momento bastante hermanado y divertido.
¿Cómo buscas la inspiración cuando produces?
Por ejemplo, en “Downtown”, el proceso fue irme a mis principios como mi primer single que entró en la radio y que fue en los Cuarenta Principales, que es del año noventa y ocho o noventa y nueve creo.
Ahora con todas las influencias que tengo que van desde Drake hasta el funk, lo que hago es meter la batidora en la cabeza, nutrirme y sentir mis inicios. Pienso hacia dónde puede ir, imaginarme qué es lo que no se escucha y creo que pueden ser escuchadas. Ahí es donde entra “Downtown” como un claro ejemplo de algo que no se escuchaba y cuando la gente la consume dice: “Pero y esto, ¿es Carlos Jean, qué rollo es?”.
¿Hay algún punto de inflexión en tu vida y en tu carrera en el que te mires al espejo y digas: “Carlos, lo estoy haciendo bien”?
Hay muchos, en eso soy muy vanidoso. Desde pequeño sabía que iba a ser productor, con trece años sabía perfectamente que me iba a dedicar a la música, y me da más vértigo mirar hacia atrás que mirar hacia delante. Cuando echo la mirada atrás y recuerdo que con veintidós años trabajé con Miguel Bosé o Alejandro Pérez, gente que tiene unas tablas en los estudios brutales, me da mucha impresión ya que era un crío. Otro punto de inflexión fue cuando empecé a trabajar con Najwa Nimri hace veintidós años.
Luego en el momento en el que empiezo a producir a todos los artistas que suenan en la radio. Sacaba single alguien y me llamaban para producirlo, fue muy heavy.
Por último, el punto de inflexión más actual es en el que estamos, con una pandemia y una nueva forma de afrontar y entender la música. Al final la música es empatizar con todas sus patas para poder realizar bien las acciones.
¿Cómo conectas ahora con la gente?
A mí no me gusta venderme en absoluto, pero sí que me gusta mucho la gente joven y conectar. Me gusta mucho cuando estoy pinchando y de repente ver que la gente se lo pasa igual de bien que cuando yo tenía veinte años. Creo que la energía no tiene edad ni es una cuestión de ser cool o no cool. Al final la gente joven son el motor de todo lo que va a ocurrir entonces, sí que hay que tener una especie de presión por esa parte y apretar para analizar qué es lo que está ocurriendo ahora, que yo creo que vivimos en una época en la que no se componen muchas canciones y eso me da mucha pena, ya que vivimos mucho de los covers, pero es algo que al final se acaba. Es fundamental que sigan saliendo cosas nuevas para que todo se sostenga. Me gusta el que compone, el que trabaja, el que se sube a un escenario y toca sus propias canciones, no el intérprete.
Eres pionero en muchas facetas de la música, ¿siempre has sido fiel a tus ideas?
Mi línea recta se llama buena música. Hay música buena y música mala. Siempre he sido fiel a la parte de piel que vivo, soy muy mental para hacer la estrategia y muy salvaje, a la hora de tomar las decisiones. Para mí los estilos no existen, lo que existe es la música que te llena y la música que te lleva, y a mí me lleva lo negro, los bombos gordos…
Fotografía de portada por @annsights