Clara Galán, Jorge Yumar, Cayetana Oteyza y Marcos Orengo forman el elenco de ‘Tiza‘ (Transversal Comunicacion), disponible en Teatros Luchana, una obra que habla de profesores, de padres, de amor, desamor, frustración, colegios privados y públicos, extraescolares, deporte, deberes, mano dura, imaginación y sobre todo… de un pobre niño que no pronuncia la «r» y tiene la mala suerte de llamarse Roberto Revuelta Romo.
¿Cómo surge la compañía?
Marcos Orengo, Cayetana Oteyza, Álvaro Sotos y yo (Clara Galán) después de estar 4 años en la escuela de interpretación Teatro El Castillo, decidimos fundar La Joven Compañía Oteyza de la mano de Blanca Oteyza. El último en llegar ha sido Jorge Yumar que ha tomado el relevo de nuestro compañero Álvaro, pero el proyecto sigue siendo el mismo: una crítica divertida de la actualidad.
Para ser vuestro primer proyecto no os ha ido nada mal, ya vais por la tercera temporada y más 10.000 espectadores os han visto. ¿Cómo se cosecha este éxito?
Tiza era nuestro primero proyecto, y lo cogimos con ganas, un poco a modo de laboratorio de pruebas. Surgiría lo que surgiese. Nuestra idea inicial era moverlo por los pueblos y tampoco aspirar a nada del otro mundo. En el estreno en enero de 2018 tuvimos la suerte de que nuestra directora Blanca consiguiese hablar con el director del Teatro Luchana y le invitase al estreno en el Teatro El Castillo. Después de casi año y medio en activo, el mes de abril de este año estrenamos la obra en el Teatro Luchana.
En algo más de una hora Tiza critica el sistema educativo, la familia e incluso las relaciones de pareja desde la comedia. ¿Por qué creéis que funciona este formato?
Reconocerse y reírse de uno mismo siempre es una buena terapia. No es que señalemos al público diciéndole, esto está mal. Buscamos que la gente se identifique y se ría porque todos hemos pasado por alguna de las situaciones de la obra. Creemos que Tiza ha funcionado tan bien porque la risa es el mejor vehículo para la reflexión. Reconoces lo que ves y te ríes. El público ve como una pareja va tomando las decisiones que considera más correctas para su hijo hasta el punto de que el niño pequeño tiene más horas de extraescolares que para jugar. Creo que todos hemos vivido alguna de las situaciones de la familia Revuelta-Romo siendo tanto padres como hijos.
Hablemos del espacio y la escenografía. ¿Por qué una mesa en medio, sin estrados ni decoración para la casa de los Revuelta-Romo?
Al principio nuestra idea era que la escena se dividiese en dos. A la derecha, el despacho de los profesores, a la izquierda, la casa de los Revuelta-Romo. Pero esa idea la rechazamos porque para empezar no era económico tanta escenografía. No nos gustaba la cuestión de que se delimitase tanto el espacio y no se dejase lugar a la intuición. A raíz de eso surgió la idea de la mesa. La mesa era el centro de la acción, el espacio donde sucede todo y es alrededor de ella dónde sucede la obra. Visualmente lo podemos llegar a ver como un tablero de ajedrez, ya que es un espacio prácticamente cuadrado. Los personajes que entran hacen su cometido y se van al ritmo de marcha militar. Simula una especie de batalla entre profesores y familia.
Antes de terminar el año, ¿qué balance hacéis sobre Tiza y para 2020 qué otros proyectos lleváis en mente?
Primero, en cuanto a Tiza lo que tenemos claro es que queremos hacer una gira más estructurada de cara al año que viene. Que se nos conozca por nuestro país antes de embarcarnos en otros proyectos y crear una marca más sólida.
Sin embargo, eso no quita que tengamos otras ideas en mente. De hecho, las hay. La gente nos pregunta si habrá una segunda parte de Tiza en el instituto, pero podemos decir que no la habrá. Va a ser un tema distinto, pero siempre desde la comedia del toma y daca, hasta aquí podemos leer.
