Tras la aplaudida Un Ciudadano ilustre, Gastón Duprat y Mariano Cohn vuelven con Competencia oficial, su último largometraje, que se enmarca dentro del popular género de “Cine dentro del cine” y que está encabezado por Antonio Banderas, Penélope Cruz y Óscar Martínez. Pese a contar con un reparto insuperable y con un planteamiento que prometía ser un éxito absoluto, lo cierto es que esta comedia dramática no logra sobresalir todo lo que debería, ya que se trata de una obra excesiva y con ciertos problemas en cuanto a su ritmo.
En Competencia oficial, vemos que en busca de la transcendencia y prestigio social, un empresario multimillonario está dispuesto a realizar una película que deje huella, para lo que contrata a los mejores: un equipo compuesto por la cineasta Lola Cuevas (Cruz), y dos reconocidos actores con un enorme ego: el actor de Hollywood Félix Rivero (Banderas) y el actor radical de teatro Iván Torres (Martínez). Ambos son leyendas, pero no se llevan precisamente bien y, a través de una serie de pruebas excéntricas establecidas por Lola, ambos actores deberán enfrentarse por sus propios legados.
Gastón Duprat y Mariano Cohn logran en Competencia Oficial hacer una comedia divertida y reflexiva sobre el mundo del espectáculo y, más en concreto, los azares que suceden en la industria cinematográfica. La película invita a hacer pensar al espectador a la vez que le entretiene con grandes dotes de ingenio, ofreciendo un trío maravilloso: la combinación Banderas-Cruz-Martínez es impecable y, sin lugar a dudas, uno de sus mayores alicientes.
El principal problema de Competencia oficial es que es una obra irregular y que no acaba de funcionar todo lo bien que debería a pesar de su implacable elenco. La cinta es una sucesión de sketches cómicos que no permiten que la historia progrese y termina estancándose. Una vez pillada su estructura, la cinta se vuelve bastante repetitiva y sus 114 minutos pesan en muchos momentos, sobrándole varios minutos. Todo lo que quiere contar es interesante, pero por su estructura hubiese sido mucho más efectiva como un mediometraje.
Valoración: 3/5
Lo mejor: Su trío protagonista es exquisito y solo por ellos merece la pena la entrada
Lo peor: Su estructura se hace muy repetitiva y provoca que no se produzca una evolución dramática