Tuvimos la enorme suerte de asistir a la charla de traducción y localización de videojuegos de Judit Tur, una traductora reivindicativa de sus derechos como trabajadora y como mujer que nos ubicó en este mundo profesional.
Empezó definiendo localización de videojuegos: No es solo traducir, pese a que sea la parte de mayor peso. Localizar un videojuego es adaptar el mismo a una cultura e idioma. Se debe tener en cuenta la jerga y expresiones locales y las normas sociales entre otras.
Sobre los idiomas que se suelen traducir al español nos confirmó que popularmente son el inglés y japonés; por otra parte que ha habido democratización de la creación de videojuegos y ahora hay más variedad. También habló sobre que se suele traducir desde un idioma al inglés y luego al resto de lenguas populares de la zona europea, dado que es mucho más barato, lo que da pie a algunos errores.
Judit estima que se tarda de media de 2 meses a 2 años en traducir un videojuego, con claras excepciones como los juegos de móviles que tienden a ser más cortos.
Del material que se traduce nos habló del principal texto de pantalla, aquel que leemos y vemos normalmente; también de los gráficos como cuando un bar tiene un letrero en el juego; otro elemento son las locución y audios que serán interpretados por actrices ya actores de doblaje; también comenta que las empresas grandes también traducen los post de las redes sociales u otros aspectos relacionados con el marketing. Por último están las guías del juego que también necesitan de un profesional.
La ponente nos habló de su experiencia y de que en ocasiones mandan material a medias o incompleto. Suele ocurrir sobre todo en los casos de los juegos triples AAA que cuando tienen el juego medio empezado (siendo generosos) te mandan ya los textos, con lo que te encuentras a veces con escenas que apenas son un boceto o ni eso.
Para traducir Judit utiliza sobre todo Excel aunque también la aplicación CAT Tool que te recuerda como tradujiste las palabras previamente para facilitar el proceso. También recuerda que son muy necesarios los controles de calidad y las revisiones; así como tener una red de expertos en temas concretos, pues uno no puede saber de todo y al final cada profesional se especializa en un campo.
Las traducciones se llevan a cabo normalmente por agencias o independientes, pues la mayoría de empresas no tienen un presupuesto para tener un equipo interno trabajando exclusivamente para ellos. Más de la mitad de los traductores son mujeres, la mayoría independiente. Judit afirma que se puede vivir de ello, que se puede vivir de la traducción y localización de videojuegos. También nos da datos como que cobran por palabra en un rango de 5 cents a 12 cents por palabra.
Uno de los problemas principales en su trabajo son los acuerdos de confidencialidad, que están por todas partes. Los que son justos te permiten decir que has trabajado en el juego cuando ya ha salido; sin embargo algunos no te dejan ponerlo nunca. Ya sea porque la agencia que te contrató quiere evitar que le robes al cliente o porque el mismo cliente prefiere que no se sepa quien ha traducido su juego. Sin embargo ahora mismo están luchando para cambiarlo.
Las dificultades que sueles encontrarte a la hora de traducir son la falta contexto, pues muchas veces solo tienen cadenas de texto que pierden su matiz o incluso el sentido si no están conectadas a una escena o situación. Para subsanar esto vienen muy bien las biografías de los personajes, descripciones, imágenes y anotaciones en el guion además de comunicarse con los desarrolladores y revisores. Destaca que cuando el texto está escrito por un game writter es muy notable y que ayuda desarrollar mejor su trabajo.
También suele haber errores en la traducción por falta de revisión, por plazos ajustados y cambios de equipo dentro del mismo videojuego o texto.
Antes de que acabase la conferencia pudimos preguntarle qué era lo que más y lo que menos le gustaba de su trabajo. Nos contestó que lo que más el poder jugar y que venga escrito por un game writter por que no solo disfruta si no que hace más amena su labor. Lo que menos son los contratos mal pagados y aquellos que duran años y se vuelven demasiado prolongados.