Crítica de ‘Animales fantásticos 2: Los crímenes de Grindelwald’

Una secuela más potente pero que peca de dirigirse exclusivamente a los fans de los libros.
Fotograma de 'Animales Fantásticos 2: Los crímenes de Grindelwald / filmaffinity.com

Cuando en 2011 se terminó la saga Harry Potter, se podía sentir una sensación de melancolía y tristeza.Por ello, cuando se anunció que en 2016 el universo de Rowling volvía a estar presente con la adaptación de su novela Animales fantásticos, la expectación estaba por las nubes. El encargado de ponerse tras las cámaras era David Yates, responsable de los últimos Harry Potter, por lo que nada podía salir mal. Sin embargo, su ritmo decepcionó y no acabó de convencer el universo en el que se desarrollaba.

Ahora, dos años después, Yates lo vuelve a intentar con Animales fantásticos 2: Los crímenes de Grindelwald. En esta ocasión, la nueva aventura de Newt Scamander tiene mucho más ritmo y su guion es más entretenido.

La cinta, con una ambientación increíble, se dirige esta vez exclusivamente a los fans más acérrimos, algo que afecta a su desarrollo, ya que muchos de los espectadores no entenderán qué es lo que está pasando.

Animales fantásticos 2: Los crímenes de Grindelwald, tiene un tono más oscuro de lo habitual y cuenta con un Johnny Depp muy bueno. Sin embargo, algunas escenas románticas que no vienen muy a cuento y una forma de presentar la historia que solo los seguidores entenderán a la perfección, hacen que esta secuela no sea todo lo brillante que cabía esperar aunque, por lo menos, han encontrado el camino y parece ser una saga dispuesta a evolucionar.

 

Valoración: 3/5

Lo mejor: Su tono, más oscuro de lo que estamos acostumbrados en el universo Rowling

Lo peor: Está tan dirigida a los fans que se olvidan del resto del público

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