En 2013 nació la saga ‘Los casos del departamento Q’ con ‘Misericordia’, su primera entrega. Desde el primer momento dejó claro que su calidad era incuestionable y que su capacidad para generar tensión y terror en muchos momentos era admirable.
Ahora, Christoffer Boe se encarga de dirigir la cuarta (¿y última?) entrega de la saga, que arranca con un impactante descubrimiento: tras una pared falsa se hallan tres cadáveres momificados alrededor de una mesa y junto a un asiento libre. El detective Carl Mørck y su asistente Assad seguirán las pistas hasta una institución donde tenían lugar experimentos médicos e intentarán descubrir quién ocupaba el cuarto asiento.
‘Expediente 64’ es tenebrosa y perversa, aunque quizá sea la menos terrorífica de la franquicia. La historia acontece durante todo el metraje entre 1961 y el presente, con una escena inicial perfecta de dos enamorados y su separación pero que no está en el mismo tono que el resto de la película. Además, las escenas que tienen lugar en el pasado son menos interesantes, habiéndose abusado de ellas, y es que hubiese sido preferible que casi todo el peso del filme lo cobraran los dos personajes principales, quienes esta vez son un poco menos protagonistas que en las entregas anteriores.
Es un placer poder volver a disfrutar de los personajes de Carl Mørck y Assad con una historia que se atreve a tocar temas como las instituciones corrompidas a todos los niveles y personajes que cargan con el dolor y la culpa. Todo esto, mezclado con el look tan atractivo de las cintas escandinavas, hacen que ‘Expediente 64’ sea un thriller de calidad que entretiene con creces.
Valoración: 3,5/5
Lo mejor: Su tono oscuro y la capacidad que tiene para meter al espectador en situación
Lo peor: La historia que se desarrolla en 1961 es mucho menos interesante que la del presente
