El Premio Nobel de Literatura Albert Camus (1913-1960) fue nieto de españoles. La familia de su madre, Catalina Elena Sintes, procedía de Menorca, isla que el literato visita clandestinamente en El mar de Camus (La Huerta Grande, 2023). En su estancia allí, el escritor vive un romance, investiga un crimen y profundiza en reflexiones junto al hombre que lo acogió, llamado Mario, como el autor, y con el que conversó en torno a temas como la vida, la muerte, el suicidio, el amor, el destino o la existencia de Dios.

Esta novela de Mario Jaramillo está dividida en tres partes y un epílogo. La primera traza un esbozo biográfico del Nobel argelino, así como su relación con España. La segunda es una explicación e introducción al contexto de la historia que se procede a narrar. La tercera de las partes, que es la principal, está a su vez dividida en los siete días que Camus estuvo en Menorca, en busca de sus orígenes y de sí mismo.
La vida de Camus fue una incógnita, y no dejaba a nadie penetrar en su personalidad. Fue un escritor-actor que actuaba para todos, pero también para sí mismo. Creía que la vida era un absurdo y que a esta solo se le puede enfrentar con lucidez. Se afilió al Partido Comunista con veintiún años, del que salió mal parado por sus desavenencias con la cúpula, y siempre mantuvo una visión moderada y leal a sus principios, aunque eso le provocara el rechazo de camaradas, compañeros escritores o amigos.
Camus desarrolló su actividad literaria durante dos episodios que le marcaron, la Segunda Guerra Mundial y la independencia de Argelia. Fue criticado por argelinos y por franceses por no defender sus posturas, ya que apostaba por una convivencia en paz. Por otro lado, su relación con Jean-Paul Sartre fue difícil y tuvo con él duros intercambios de acusaciones. En 1921, publica su obra cumbre, El extranjero, escrita en tres meses y mascullada, como dice Jaramillo, en tres años, que tuvo críticas negativas. Al final, el fútbol y el teatro fueron los únicos lugares donde se sentía pleno.
En esta obra se tratan temas como el exilio interior, el existencialismo, la nostalgia, la memoria, la familia o la creencia en Dios y en el ser humano. También se habla sobre el azar y la suerte, que no son cosas parecidas, ya que el primero está en la vida humana desde antes de que el individuo nazca, mientras que el destino es una lucha perpetua, se dice. El mal, la ruptura, la pérdida o violación de la infancia, igualmente, ocupan un espacio en las reflexiones de los protagonistas. Por supuesto, no falta un tema clave en la obra de Camus: el suicidio, sobre el que dice que es una liberación y que debe aumentarse la comprensión del ser humano y sus decisiones.
Camus es un ser contradictorio que habla con voz propia y mirada esquiva, precedidas de caladas a un cigarro, de una tos o de las dos a la vez. Pasa los días hablando con Mario, conoce a una mujer bella y también ocurre un crimen, a cuya investigación clandestina se une y que desencadenará un final tenso y rápido. Es una obra sumamente entretenida que atrapa y arrastra al lector consigo, sobre todo si tiene interés por Camus, ya que toma la forma de una crónica real de sus días en Menorca, guardando fidelidad a la figura del escritor argelino.
Camus recurre a esa extranjería, provocada por el desarraigo y el rechazo de unos y de otros, por ejemplo, cuando aterriza en Menorca en esta historia. Sin embargo, lo hace de forma clandestina, pues era vilipendiado nacional e internacionalmente, y en la España franquista estaba muy mal visto. Allí, explora los orígenes de su familia materna, así como su propia identidad, y emprende la búsqueda de la esencia del ser humano. «Quería devolverme a mí mismo», dice Camus cuando le preguntan por qué ha ido a Menorca. Porque tiene «la condena del peregrino y la memoria de quien quiere olvidar».