El sentido de lo humano

'Extrañas' es una novela escrita por Guillermo Arriaga protagonizada por un personaje aventurero e irreverente, capaz de hacer sacrificios por defender sus ideas y principios.
extrañas

Hay quien piensa que la transición de la infancia a la adultez se produce cuando se es consciente por primera vez de la propia muerte. Extrañas (Alfaguara, 2023) está ubicada en la Inglaterra de 1781 y comienza con la visita de William Burton, el protagonista, al cementerio, donde sus padres lo llevan a conocer a sus ancestros. Allí, Burton aprende que algún día llegará su fin, pero también comienza a darse cuenta de que él no quiere ser un aristócrata y señor de tierras como le toca por ser el primogénito de la familia. Tras conocer a personas «extrañas», decide que su interés por la ciencia y la medicina y la voluntad de ayudar a estas personas son más importantes que su abolengo y, ante la amenaza de su padre, acepta renunciar a sus privilegios para dedicarse a ello.

La Bella Julieta desayuno

Esta novela de Guillermo Arriaga (Ciudad de México, 1958) está protagonizada por un personaje aventurero e irreverente, capaz de hacer sacrificios por defender sus ideas y principios. Sobre William Burton pesan el noble apellido y las expectativas de llegar lejos, aunque sea a base de violencia, egoísmo y avaricia, como sus antepasados. Se rebela contra lo establecido por su posición social y sus deberes con respecto a su estatus y linaje. Sus padres intentan moldearlo, pero Burton no se achanta. Incluso le prohíben que asista a la universidad porque se relacionaría con gente diferente a él. Sus preceptores, además, desprecian la ciencia al considerarla una soberbia o, como mucho, un complemento de la teología. Por tanto, Burton debe enfrentarse a las mentes cerradas de su época para ejecutar aquello que anhela.

En esta novela, la historia se presenta como «materia irresoluta» que puede dar giros inesperados. Por eso el protagonista se plantea si le gusta el destino para el que ha nacido y rompe con él y cuestiona cada hecho, aunque parezca sólido: «Para alcanzar respuestas inteligentes debemos formularnos preguntas estúpidas», y defiende que lo importante no es ganar ni perder, sino descubrir. Su voluntad de ejercer la medicina se basa en curar enfermedades y dar soluciones y dignidad a esas personas que algunos de los propios científicos llaman «extrañas», aunque se pregunta si los extraños son ellos por tener la mala suerte de nacer con enfermedades o deformidades o bien aquellos por no poder entenderlos. Además, piensa que la ciencia y la medicina no solo sirven para curar, sino también para cambiar la percepción de la gente y entender que lo diferente dentro de los rasgos humanos también son parte de la especie.

Su aprendizaje de la ciencia avanza cuando se deshace de la venganza, la tristeza y el rencor, así se va forjando su personalidad. «Aprendí la más importante de mis lecciones, estaba solo y solo continuaría hasta mi muerte», dice sobre la soledad, ya que arrastra durante mucho tiempo el exilio, lo que le provoca una muerte en vida. Asimismo, aprende a partir de las personas con las que se va encontrando, ya sean aquella que buscan «el placer del dolor» o quienes se buscan la vida de forma pecaminosa o alejados de Dios porque, como dicen, «Dios es bondadoso, pero no nos da de comer». Igual que «toda cirugía entraña un desorden, una imposición con la cual se quebranta la naturaleza», como dice el narrador, Burton también toma un camino que hace romper la tradición de su familia aristocrática y provocar un desorden, una improvisación hacia lo desconocido.

Extrañas es una novela compuesta por párrafos apenas sin divisiones, además de que las frases están separadas por comas y casi no hay puntos. Es decir, el texto se presenta denso, aunque destaca la gran labor de documentación que el autor debió de llevar a cabo para escribir una obra vasta en extensión y conocimiento como esta. En estas páginas se tratan temas como la amistad, el amor, la valentía y la búsqueda de la identidad. Presenta el enfrentamiento entre la ciencia del siglo XVIII con la política, las clases altas y la religión. También es una crítica a las dobles morales, a una sociedad que se agarra a «dramas baratos para ocultar lo miserable de sus existencias mediocres» y a la universidad de la época, un lugar o más bien «una jungla donde prevalecen la vanidad y el engreimiento» y donde no sobreviven los más fuertes, sino quienes pretenden aplastar a los demás.

Arriaga pone el todo por el todo en el lenguaje y en la capacidad para crear una historia detrás de otra. El libro en sí es una reflexión sobre la naturaleza del ser humano, el descubrimiento de cosas nuevas y el enfrentamiento ante lo desconocido. También sobre si tenemos derecho a buscar otros rumbos y a volver a casa si nos equivocamos, y acerca del rechazo y exclusión de lo diferente. Se dice que los fallos de la ciencia se deben al error de limitar los hechos a nuestra experiencia personal, y que viajando es como se consigue una perspectiva más amplia para los argumentos. Además, se debe comprender lo insignificante que somos, así como la magnitud y el poder del tiempo y los sucesos de la vida, que no podemos impedir. Hay disputas dialécticas sobre la guerra, pues hay quien piensa que se pelea por la libertad o el honor, mientras que otros afirman que tras estos valores supremos se esconde la lucha por intereses políticos. Detrás de todos estos dilemas e ideas está William Burton, con su sentido de lo humano, que es el verdadero propósito y razón por la que toma su rumbo.

Compártelo

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp
Novedades semanales.

+ Artículos relacionados