Saturday Night Live es el programa por excelencia de la televisión americana, emitido por la NBC, con 47 temporadas y más de 900 programas a sus espaldas. Si lleva mucho en parrilla, está claro que por algo será, pero ¿podrá aguantar mucho tiempo más?
Este programa ha sido siempre cuna para actores cómicos. Actualmente, Leslie Jones y Kate McKinnon, dos de las estrellas del programa, han aparecido en blockbusters de la talla de Cazafantasmas (2016). Los actores con los que cuenta son de gran calidad y las imitaciones buenísimas (actualmente, Alec Baldwin imita a Donald Trump, haciéndolo estupendamente). Sus invitados son de honor, con los mejores actores y cantantes del país. Sin embargo, ya nada funciona como antes. ¿Qué sucede?
El programa siempre ha sido crítico con la política y, ahora que la situación en Estados Unidos es cuanto menos delicada, no dudan en burlarse de ello, cayendo en lo repetitivo y en la pesadez. Antes, los sketches iniciales eran variados y duraban un par de minutos. Ahora, se extienden incluso hasta los 7 minutos (hay que tener en cuenta que el programa solo duro en torno a 40 minutos) y son siempre cuestiones políticas. Hay rabia y ganas de expresarlo, pero esto no ayuda, sino todo lo contrario.
También, el resto de sketches que hay a lo largo del show han ido bajando en calidad desde la temporada 41. Ahora, siempre suelen parodiar programas de Estados Unidos con una dinámica muy similar y con 0 capacidad de sorpresa. En vez de hacer anuncios o trailers de películas, cada vez optan más por números musicales sin demasiada gracia y, las noticias, cada vez duran más, extendiéndose en las últimas temporadas de los 10 minutos.
Saturday Night Live tiene elementos muy buenos y a los que se les puede sacar mucho jugo. Hay herramientas suficientes como para dar guerra muchas temporadas más, pero la forma en la que han distribuido sus contenidos debería ser replanteada seriamente
