Jaime Caravaca: «La Resistencia es mi gimnasio donde crecer»

Jaime Caravaca, murciano desde 1985, es uno de los cómicos de moda en España, y no porque no se lo haya ganado. Con diecisiete años a sus espaldas sobre los escenarios tiene muy claro qué es lo que tiene que hacer pare seguir creciendo poco a poco, constante y disfrutando cada momento. Hace unos días tuvimos la suerte de hablar con el sobre sus inicios, los límites del humor, las pollas en Alicante y La Resistencia, su gimnasio habitual dónde ejercita la comedia cada día.

¡Buenas Jaime! ¿Qué tal?

¡Hola Andrés! Pues muy bien, recién salido de la fisio.

La primera pregunta, a modo de presentación ¿cómo se define Jaime así mismo?

Uy bueno, esta pregunta hacía mucho tiempo que no me la hacían porque como me tengo tan asumido jaja. Soy un personaje, tengo que decírtelo, y no he creado ni construido un personaje de cara a los escenarios, soy un personaje las veinticuatro horas del día. Se podría decir que me he ido de construyendo en base a todo lo que he ido haciendo.

Eso sí, soy un personaje real, aquí no hay nada ficticio. Aquí como me ves, por muy raro que te parezca, soy cien por cien real.

Comenzaste en el mundo de la comedia hace más de 14 años. ¿Desde pequeño tenías claro que te querías dedicar a esto?

Diecisiete años hizo este mayo, y pocos son todavía. Básicamente lo supe desde siempre, ya que hacía de reír de mil y una maneras, hasta que encontré una manera de profesionalizar todo eso, porque coño, como bien decía el Joker: “Si sabes hacer algo bien, no lo hagas gratis”.

¿Qué ha sido lo más gratificante que te ha aportado esta profesión?

El dinero, el sex… No bueno jaja, eso ha estado bien. Va a sonar a respuesta repipi, pero el sentir que tienes un lugar en el mundo, que eres útil en este plano del universo, eso es precioso.

¿Cuál es la actuación que menos orgulloso te sientes de haber hecho y la que más?

Sí, si si. Ten en cuenta que, en los inicios, te tocaba coger todo lo que caía. Por aquel entonces no sabía que era por aprendizaje, porque todo venía muy bien para aprender. En aquel momento era subirse al escenario por dinero, te puedo decir lo típico de actuar en una comunión, esto era genial. Los compañeros magos actúan mucho en comuniones porque es su sitio, pero cuando te llaman para actuar en una comunión y te dicen: “No, es que es para los adultos”, que dices tú: “Los adultos que van a una comunión ¿son público de comedia realmente?” y te puedo asegurar que no, no lo son jaja.

Entonces recuerdo esas que en plan mercenario cogía y las hacía, pero luego, echando la vista atrás, te das cuenta que te aportaron dinero y que te dieron mucho aprendizaje. Sobre todo, aprendí que jamás vuelvas a actuar en una comunión.

El público de una comunión va a otra cosa ¿no?

Sí, y que la gente de la comunión va cocidísima. Por ejemplo, he actuado en bodas, seleccionando eso sí. Hay parejas que te dicen que se van a casar y que te dicen que tú y exclusivamente tú seas el que actúe en nuestra boda. Ese tipo de petición, cuando te lo piden los novios conocen tu trayectoria y, le gustes o no a los invitados, los novios se lo van a pasar bien.

Esto casi siempre sale bien, porque exiges actuar antes de las copas. Como la gente entre ahí, mal asunto llevamos, porque tú me dirás cien o doscientos adultos a las cinco de la tarde borrachos como cubas y tu intentando decirles: “Hola, os traigo la verdad” jajaja.

Sobre la situación actual de la comedia en España, estamos hablando con un cómico, que sabe desde dentro cómo funciona esta profesión. A la hora de realizar un guion de monólogo o un chiste, ¿Cómo sabes cuando te sales de los límites que pone el humor, si crees que los tiene?

Yo intento ya no ponérmelos. El límite lo marca muy bien el público, vaya, me refiero que los marca muy bien pero no siempre de forma correcta, todo va desde mi visión subjetiva.

Hay temas que es más que obvio/difícil hacer chistes con ello, pero nuestra labor es picar hasta encontrar. Hasta ahora se ha demostrado que se puedo hacer humor con casi absolutamente todo, luego tienes un público subjetivo que te lo compra o no te lo compra. Hay chistes que pueden parecerte muy graves y luego hay gente muy acostumbrada a ese tipo de humor, personas de mente abierta, que disfruta mucho con cualquier tipo de chiste. Por ejemplo, hace unos días me dio por publicar memes en Instagram, y hay un abrazo entre Castella, Ponce y Broncano y a mí se me ha ocurrido poner que el abrazo de la izquierda es sístole, el de la derecha diástole y al que abrazan es a Casillas. A mí, personalmente, me parece un chiste inocente y, además, el chaval se ha salvado, es multimillonario, lo atendieron rápido, ha sido mala suerte que se tenga retirar de su profesión pero, joder, solamente es un chistecillo. Si mueres se puede hacer un chiste, pero ya te estás metiendo en un terreno que no es tan gracioso. Si se ha salvado la puerta que se abre es mucho más grande. Además, es una celebración a su recuperación porque, si muere, ya es un chiste más cafre. También, recordemos que los primeros chistes de la muerte de Lady Di salieron empaquetaditos de este país y con muy buena factura, había chistes de Lady Di de primera.

¿Alguna vez te has visto obligado a autocensurarte por miedo a consecuencias? Es decir, pensar o escribir algo y decir: “Mejor esto no que es un tema delicado, o mejor no que me paso”.

No no, para nada. Me he metido en jardines y he actuado hasta el final.

Te cuento una anécdota de un caso muy ridículo. Estuve actuando en una terraza de Alicante hace muchísimos años y estaba a reventar, igual unas trescientas o cuatrocientas personas, un bolo de estos de verano bestias. Recuerdo que la gente estaba súper ociosa y tratamos todos los temas, hablamos de pederastia y más movidas y la gente gozando, porque estaba todo muy bien tirado. Tenía al público tan en el bolsillo que de cara al cierre dije: “Venga, regalo un bloquecito y nos vamos” y se me ocurrió hacer un monólogo que tengo sobre las patatas Lays, qué pasaría si tuvieran sabor a polla. Cuidado con el tema, fue decir esa palabra y al unísono cuatrocientas personas me regalaron el silencio más incómodo del año. Por lo que sea, se ve que una polla atacó a su pueblo hace años y no lo han superado. Entonces, es curioso cómo estaba yendo todo tan hilado y pasó eso. En este caso era un tema muy naíf, me comí quince minutos de silencio hasta que acabara mi bloque y buenas noches.

Si te metes en un jardín, tienes que seguir hasta el final. Conforme van pasando los años con la experiencia vas mejorando en este tipo de cosas, yo ahora mismo me meto en un jardincillo y hago un poquito de magia para desviar la atención o restarle gravedad a lo que he dicho.

Pasemos a hablar sobre la Resistencia. Esta pregunta me la han obligado a hacer nuestros seguidores: cuánto dinero tienes y, el datito, cuánto has follado en el último mes.

Bueno, esta pregunta voy a responderla desviándola un poquito. De dinero voy bastante bien, pero voy a un nivel de tengo bastante dinero pero, a la vez, tengo la intranquilidad de que si pasa algo que requiera bastante dinero me quedaría pelado. Tengo el suficiente dinero como para decir no quiero mucho más. Estamos en varios miles, luego lo que pasa es que tengo una buena herencia de la cual no disfruto actualmente, que es la típica del “por si acaso”.

Lo otro sencillo, me pilláis en un mes malo malo malo, malísimo de verdad. Esto me lo preguntas hace tres meses y me tienes que colgar de la vergüenza que daría todo lo que puedo contar, pero, en este mes, he follado poquísimo. Ahora, vuelvo a estar en el mercado porque he terminado una relación hace poco, entonces estoy en una etapa de reflexión. Voy a responder a esto de que si alguien quiere hacerlo que venga aquí a mi casa, a Madrid, a Murcia, dónde quieran, si me tengo que desplazar a Segovia, me voy a Segovia.

De qué manera, ser el cómico de los preshows de la Resistencia ha afectado a tu vida, es decir, cómo te la ha cambiado.

Pues hemos sumado. Lo digo con la boca pequeña para que no suene muy sobrado, pero me ha ido bien siempre. He llevado una evolución relajada pero siempre constante hacia arriba. Y ahora, que llevo casi año y medio en el programa, todo va mejor. Mi vida ha cambiado en cuanto a que suben los cachés, la notoriedad y eres mucho más visible. Ya te digo, poco a poco y en un orden lógico, como a mí siempre me ha gustado hacer las cosas, disfrutando de cada momento.

¿Te acuerdas cómo surgió esa oportunidad?

Se gestó aquí en Vallecas. Ricardo me llamó porque me quería para el programa, pero Broncano, que me conocía, no me había visto trabajar en directo. David es muy amigo de ir a ver comedia siempre, está siempre atento a nuevos nombres, se deja caer mucho por micros abiertos y demás. Entonces me preguntó Castella que cuando actuaba por Madrid, ya que estaba viviendo en Murcia, entonces le dije que en septiembre actuaba en Vallecas. Vinieron a verme, les gustó como lo hacía y poco después me comunicaron que estaría en el programa. 

Si te dieran la oportunidad, ¿te gustaría presentar un late nigth?

Sí claro. Yo llevo seis años presentando y dirigiendo Murcia Comedy Club, sigo bajando todas las semanas a Murcia porque es un show que me da la vida y me la quita al mismo tiempo. Me quita mucho tiempo y mucha energía pero, cada vez que bajo, lo que me aporta es único.

Pero como te digo, La Resistencia es mi gimnasio donde crecer y no tengo prisa ninguna, estoy muy feliz ahí disfrutando de cada momento.

¿Qué mensaje le darías a alguien que está leyendo la entrevista?

Podría dar un montón de mensajes del tipo: “¿Por qué no votaste a Carmena?” jaja. Hay un mensaje que siempre doy que es hagas lo que hagas en la vida no hay Gloria sin Gaynor. Es un mensaje que me encanta dar.

Y oye, ¿qué es lo que te apostaste con la madre de Nico Laprovittola?

En programa salió lo de los dos euros con la madre pero no se entendió. Esto fue que en el preshow nos pusieron a los padres de Nico enfrente y les doy mucha caña. La madre fue una persona encantadora que disfrutó del preshow como nadie. Entonces lo que pasó fue que yo hice un comentario y un chaval de la primera fila respondió con un chiste muy malo, entonces le dije: “Tío, no hagas chistes gratis. A mí me están pagando por esto, no hagas el tonto gratis”. Entonces le dije que como había intentado el chiste y llevaba dos euros en el bolsillo que no se los merecía, pero que cuando alguien hiciera un chiste decente le daba los dos euros. En pleno programa la madre de Nico soltó el chiste de lo de Morón y yo, que ni me acordaba, me dijo: “Jaime, me debe los dos euros”. Y tengo que reconocer que se los llevó. He aumentado el patrimonio de la familia.

Por último, se nos ha ocurrido que tú nos vas a proponer a nuestro próximo entrevistado: ¿Quién quieres que pase por las entrevistas de Nostromo Magazine?

Esto me lo hicieron una vez y me encanta. Te diré dos. Hay un guionista en La Resistencia, que es Fernando Moraño, y os merecéis una entreviste de el, es muy buen amigo desde hace muchos años y os va a dar las mejores entrevistas de vuestra vida. Moraño es una de las mejores personas de esta historia. Y luego, me gustaría mucho que le dierais un toquecillo a una estrella emergente de la comedia que es Martita de Graná. Es una de las personas más transparentes y más bonitos de la profesión. Os garantizo que es alguien que tenéis que conocer, ya que está currando como nadie y creciendo en este mundo.

Pues así lo haremos Jaime, muchísimas gracias por concedernos esta entrevista.

Un verdadero placer de verdad, muchas gracias a vosotros.

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