Son dos de los jóvenes valores del kárate español. Ambos saben lo que es subir al podio en Mundiales y Europeos. Campeones del mundo de kárate en kata por equipos y pareja sentimental desde 2013, los dos deportistas atendieron a ‘Nostromo Magazine’ tras finalizar una sesión matinal de entrenamientos, en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid.
Que Sergio Galán y Lidia Rodríguez forman parte del elenco de los mejores karatecas del mundo es una realidad. Ambos son quienes son, en gran parte, gracias al kárate y lo que esta disciplina representa éticamente.
Se puede decir abiertamente que atravesáis una buena racha…
Sergio: Hemos tenido que cambiar cosas. Hace dos años, nosotros entrenábamos en nuestro gimnasia. Decidimos cambiar nuestro entrenamiento a dos turnos (mañana y tarde) en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid y, no te miento, fue duro. Pasamos de entrenar con nuestro preparador de toda la vida a unos horarios y un equipo diferentes. Es complicado. Sin embargo, también te digo, ahora estamos viendo los resultados. No es que los resultados cuando entrenábamos en el gimnasio fueran malos, ni mucho menos. Estoy muy feliz. Los cambios han terminado siendo muy positivos.
Lidia: Cuando entrenábamos con nuestro anterior preparador, conseguimos logros en categorías inferiores de Europeos y Mundiales. A día de hoy, aunque el cambio ha sido duro, pero vamos especializándonos y formando una personalidad en la categoría Senior.
El número de personas que os sigue día a día cada día es mayor. Al mismo tiempo, sois cabezas visibles de un deporte en alza.
Sergio: Para nosotros es un orgullo que haya personas se fijen en nosotros. Eso significa que estamos haciendo las cosas bien. Hay que seguir en esta línea, para ser cada día más, si se puede, referencia de personas jóvenes y adultas.
Lidia: Creo que nuestro estilo de vida es digno de admirar. Luchamos mucho por nuestros objetivos. Es duro compaginar los estudios con el deporte. Creo que damos una imagen positiva. Que todo ello se vea reflejado en las redes sociales es mejor todavía.
Los estudios son fundamentales. ¿Hasta qué punto?
Lidia: Todos los deportistas necesitamos a nuestros patrocinadores. Yo quiero agradecer a ‘Grupo Agrogil’, ‘Mitshubishi’, ‘Prados de Ávila y a ‘PUNOK’, por todo el apoyo que me dan. Son de una importancia enorme. Sergio y yo contábamos con ir a los Juegos Olímpicos de 2024. De pronto parece que no vamos a tener esa oportunidad, por lo que los estudios cobran más importancia de la que ya tenían. Llega un día en el que el kárate termina.
Sergio: No hay una edad que decrete el final de la carrera de un karateca. Antes se retiraban a una edad más temprana, pero era más por una cuestión económica que física. Gracias a las becas ADO, la carrera puede alargarse. Sin ellas sí que sería muy complicado. Damián Quintero no llega a 35 años y Sandra Sánchez tiene 37. No son edades comunes. Lo “normal” antes era retirarse a los 30, porque el kárate no daba rédito económico y había que ponerse a currar.
¿El kárate sirve para expresar sensaciones?
Lidia: Yo sí lo considero así. El cuerpo transmite mucho. Desde bien pequeños se nos enseña a transmitir respeto, seriedad y sensaciones internas.
¿Os expresáis mejor dentro del tatami que en una conversación?
Sergio: Prácticamente. Por lo menos en mi caso. Cuando estoy en el tatami consigo expresar de todo. Transmitir en un kata es lo más importante. Cuando eres pequeño no eres capaz, quizá, de expresar todas las emociones internas del momento. Sin embargo, según vas madurando en este deporte, eres más consciente de lo que estás haciendo cuando intentas convencer a los jueces.
Del Sergio y la Lidia que empezaron… ¿qué queda hoy deportivamente?
Lidia: Yo soy muy activa. Siempre lo he sido. Me cuesta estar concentrada todo el entrenamiento. Necesito mantener esa forma de hacer las cosas y de divertirme con Sergio. En el tatami, es cierto que, dentro de una competición, la situación es muy exigente. Una personalidad forjada en el karate es complicada.
Sergio: Yo he cambiado poco. Siempre he sido muy disciplinado. Si Lidia me decía de salir por la tarde, por ejemplo, le decía que no, aunque a veces me fastidiara. Sigo siendo así. Creo que es el método que mejor se ajusta conmigo para mantener mi nivel.
Formáis, deportivamente también, muy buena pareja…
Sergio: Lidia es muy risueña y muy activa. Muy feliz. Eso lo transmite en el tatami. De hecho, eso puede llamar la atención, ¿no? Cómo una persona que, fuera del entrenamiento es tan activa y divertida, consigue centrarse después al 150%. Yo, a veces, termina el entrenamiento y sigo hablando de kárate. Es ella la que me tiene que decir que pare, que desconectar también es importante. Creo que formamos un buen binomio.
Lidia: Tenemos muchas ganas de luchar por nuestros objetivos. Creo que lo tenemos interno. Es pasional. Yo sé muy bien cuando Sergio necesita seguir hablando de kárate y cuando necesita desconectar. Cuando a lo mejor no salen las cosas o aparecen los agobios es cuando yo necesito más apoyo y él siempre está ahí.
Comentábamos que cada día sois más importantes y eso repercute en mayor visibilidad. Sin embargo, la popularidad tiene un doble filo…
Sergio: Es cierto que tener más seguidores implica enseñar a más personas lo que hacemos día a día. Sin embargo, también te digo, eso nos preocupa poco. Somos como somos y a quién no le guste que no nos siga. Si nos tuviéramos que preocupar de lo que cada persona piensa de nosotros no seríamos felices.
Todo crecimiento implica una evolución. Sin embargo, en esta carrera de la vida correr sin compañía es imposible…
Lidia: De forma general, nuestras familias han sido siempre nuestro apoyo. Siempre nos han dicho que tenemos que tener los pies en la tierra. Sergio es, por supuesto, un gran apoyo. Mis amigos, además, también han supuesto siempre un apoyo fundamental.
Sergio: Mi familia es también un gran apoyo. Por supuesto, como ha comentado antes Lidia, mis patrocinadores también son fundamentales día a día. Estoy muy agradecido a ‘Becas Podium’ por su labor. Sin ellos, no podría dedicarme mañana y tarde a este deporte.
¿Con qué sueñan Sergio Galán y Lidia Rodríguez?
Sergio: De pequeño siempre decía que quería ser campeón del mundo individual. Lo sigo diciendo. ¿El “problema”? Que hay un karateca que se llama Damián Quintero. Cuento los años para que se retire (risas). Le respeto muchísimo, por supuesto. Me gustaría ser el siguiente que represente a España en campeonatos de Europa y del mundo.
Lidia: Cuando quedé en campeona del mundo Sub-21, me di cuenta de que podía serlo en la Senior. Sí es cierto que hubo una temporada de nuestra vida en la que soñábamos con ser olímpicos. Sin embargo, se ha complicado esta opción aunque no está todo perdido. Estoy un poco en la misma situación que Sergio. Sandra Sánchez está en lo más alto. Me gustaría ser el relevo. Si no se retira pronto, la retiraré yo (risas).
¿Qué mensaje darías a quién esté leyendo esta entrevista?
Sergio y Lidia: Ha sido una injusticia que nos saquen de París 2024. El karate olímpico necesita apoyo. Somos más de cien millones de seguidores y el campeonato del mundo –en el que participaron 1300 competidores– se transmitió en más de 180 países diferentes. Los números hablan solos. De hecho, considero que este tema no sólo es una “cosa de karatecas”, sino que incumbe a todo el deporte por los valores que esta disciplina transmite y representa. Es nuestro sueño y queremos estar ahí.