Kiko el Crazy comenzó su andadura musical hace más de 11 años, hoy en día está en boca de todos por su peculiar manera de enfocar el reggaetón. Desde sus influencias por el reggaetón hasta su pikete, Kiko demuestra que no es uno más, sino que ha llegado para representar a la Nueva Generación.
En primer lugar, ¿cuándo te diste cuenta que querías dedicarte a la música?
Empecé a notar que en mi país había un género que se estaba creando, allá por el 2007. Un año más tarde comencé a escribir canciones y a grabarlas, y de ahí en adelante ya comenzó una trayectoria muy larga (risas).
La realidad es que he trabajado mucho, doce años ya desde que comencé dándolo todo y pasando muchas horas en el estudio.
Hablando precisamente de esto, ¿recuerdas los primeros encierros y conciertos?
Era divertido, porque uno no lo hacía con dinero sino por amor, ¿me entiendes? Hacía diligencias para que me pusieran a cantar (risas), muchas locuras…
¿Cuál es tu mejor recuerdo sobre los escenarios?
Cuando le hice la doble voz al difunto Monkey Black.
Vienes desde República Dominicana, cuna del reggaetón y el movimiento urbano. ¿Qué música te influenció de pequeño?
Me gustaba mucho Playero 27, 38… Esa música me inspiró a ser en parte lo que soy hoy en día. Mi referente podría ser el, Playero, así empezó el género aquí y su música era muy explícita. Después llegó Sany & Papo… «Es hora de bailar, todo el mundo de pié, hey» (canta entre risas). Era una música como más comercial, ya que mezclaba el merengue con el house.
Hace poco lanzaste el remix de «Popi» junto a El Alfa y Farruko, dos de los referentes más grandes del género. ¿Cómo surgió esa colaboración?
Súper orgánica. Le hice la propuesta a El Alfa, ya que el tema estaba teniendo una gran aceptación internacional, y ahí pasamos a avisar a Farruko, quien me dijo: «Vamo’ a darle de una vez». Grabamos el proyecto bien rápido la verdad, ya que pensaba que nos iba a tomar más tiempo.
Ahora mismo estás en los ojos de todo el mundo, ¿cómo se gestiona eso a nivel mental, hay mucha presión?
No, la realidad es que no, ya que todavía no he hecho nada de mi objetivo, mi carrera está, como aquí se dice, en pañales. En el futuro la presión que tendré o que llegará será bien grande, por eso hoy por hoy lo gestiono bien y no me pesa. Como tenga presión ahora, la que viene no voy a ser capaz de soportarla, por eso la llevo bien.
¿Cuál es el proceso de creación de un tema tuyo?
Depende mucho del productor con el que trabaje el tema y de la vibra que yo tenga. Me suele salir todo muy natural, me surgen las cosas y tiro con ello, para que así sea mío y como yo lo siento.
¿Te imaginabas llegar al lugar en el que estás hoy en día?
Me imaginé que trabajando mucho el momento que estoy viviendo ahora sería una realidad, y así ha sido. Las cosas están fluyendo tan bien porque esto es un sueño que yo estoy viviendo, ayer lo soñé y hoy lo vivo.
¿Con qué artista te gustaría colaborar que aún no lo hayas hecho?
Con J. Balvin, lo tengo claro. Me gusta su vibra.
¿Qué has aprendido en todos estos años a nivel personal? ¿Qué te ha aportado la música?
Muchas cosas, muchas cosas que pensaba que eran de una manera, entras en la industria, y te das cuenta que son de otra. No sé cómo explicártelo, son cosas que uno tiene que vivir para poder entenderlas. Para mí la música es una ola de buenas vibraciones.
¿En una palabra cómo la definirías?
El final (risas).
¿Qué le dirías a todas aquellas personas que juzgan al reggaetón como un género machista o sexista o que no entiende que es un sonido más allá de las letras?
Que le den la oportunidad de bailar un perreito y disfrutarlo como toca. Si lo hacen van a entender que es otro flow, es una manera de desconectarse del sistema.
Para finalizar, ¿qué artista nos recomiendas y con qué canción te quedas?
Eladio Carrión, y «La Pampara», son dos de las cosas que no pueden faltar.