Arte Elegante presenta dos colaboraciones imprescindibles con Pablo Chill-E y El Menor; dos voces de la generación chilena más luchadora y concienciada socialmente de la historia, azotada por dos momentos históricos: El Estallido Social y la crisis del Coronavirus.
2019 pasará a la historia como el año en el que Chile despertó, la subida en el precio del billete del metro fue el detonante inmediato de una sucesión de protestas a partir de octubre que llevaron al Presidente Sebastián Piñera, cada vez más odiado, a decretar el estado de emergencia en varias regiones. Lejos de calmarse, cada vez se unieron más y más chilenos. El malestar generalizado convirtió estas necesarias protestas en las más importantes desde el fin de la Dictadura de Pinochet.
Durante el Estallido Social chileno los artistas urbanos nacionales han servido al pueblo para informar, manifestar su indignación y ayudar. No ha habido día sin un post de cualquiera de ellos advirtiendo de los peligros en las manifestaciones, reclamando justicia por las víctimas, los desaparecidos… e intentando identificar a los mal-llamados pacos que abusaban de su poder. Son muchos los que han difundido una realidad: “En Chile se violan los derechos humanos”.
Aunque la crisis de la Covid-19 ha frenado las protestas, por razones obvias, sigue habiendo mucho por lo que luchar desde las casas. El paro en seco de la economía y la cuarentena se han cebado con los más vulnerables, el hambre y la insalubridad acecha en las calles y en los barrios más humildes. En esta situación son los mismos artistas quienes siguen ayudando a los más desfavorecidos, comprando y recaudando alimentos y artículos de primera necesidad, sirviendo comidas, reubicando gente y suministrando materiales que puedan protegerles de la pandemia. Dos grandes ejemplos son Foresta Social (@forestasocial), un grupo de amigos organizados que trabajan bajo la idea de “en la calle por la calle” y la Coordinadora Social Shishigang (@coordinadorasocialshishigang), impulsada por Pablo Chill-E y su equipo, “una plataforma de solidaridad mutua donde el pueblo ayuda al pueblo”.
En medio de todo este caos global la música sigue siendo una vía de escapatoria para el pueblo y una forma de contar al mundo la situación que azota el país. Aquí entra Arte Elegante, el aka de Roberto Herrera, natural del Cerro Esperanza de Valparaíso y que ha presentado en la última semana dos temas con dos artistas increíbles: Pablo Chill-E y El Menor, voces de una generación que no quiere quedarse callada ni va a permitir que su pueblo se muera de hambre. Ambos producidos por Araus Danesi y acompañados de un vídeo a cargo de Azoco Films, Oscar Felipe (@_.zince).
‘Bendición’ en conjunto con Pablo Chill-E
Lanzado el pasado 22 de junio muestra en su trabajo audiovisual a los dos reunidos en el estudio, mientras escriben y graban este increíble trabajo en el que hablan de lucha, solidaridad, jóvenes y realidad social. Sobre una base muy hip hop con influencias trap y trazas del país andino las barras se convierten en cuchillos que solo dicen verdades: “Y es la AFP que te cobre y te cobre y el abuelito que usted ve cada vez más pobre”, en relación al Estallido Social que también tuvo como uno de los motivos principales la disputa por las pensiones. O “Yo también tengo mi plata, pero le busco sentido. Yo comparto lo que tengo, la comida la divido”, el representante del colectivo Shishigang ha dejado claro en varias ocasiones que donde come él comen los que puedan.
‘Pa’ Arriba Voy’ con El Menor
Un mensaje para todos los jóvenes: En situaciones adversas e injustas es importante que tengan sueños y esperanzas para darle a sus vidas el valor que merecen y no jueguen con ellas. Ambos pasaron tiempo de sus vidas recluidos en el centro juvenil (hogar de menores) del Sename, un punto de inflexión en el que puede que la mayoría pierdan la esperanza y la fe. Pero El Menor se considera “De la calle un sobreviviente”. Es actualmente uno de los mejores freestylers del país con solo 17 años y con una prolífica carrera en la música. Rodeado de buena gente y lejos de la delincuencia y la droga que en algún momento le acompañaron. Este junte puede suponer una ayuda en la reconducción de su vida, la escuela del experimentado Arte Elegante.
No tienen techo, van hacia arriba, “anti-policía”, que ya les han fallado demasiadas veces cuando debían protegerlos de pequeños y con “puros de real” gente que sí les impulsa y ayuda. Supervivientes y teniendo el presente como futuro en una situación en que cada día vivo es un día para hacer algo nuevo. Cierran con el duro pero esperanzador mensaje del más joven: “La paciencia es una virtud, el tiempo de Dios es perfecto. La primera vez que escuche a Robertito estaba en una cárcel de menores y ahora estamos haciendo un tema juntos”.