A sus 88 años, Clint Eastwood demuestra estar en plena forma. Desde Gran Torino, no actuaba en ninguna de sus películas, pero ahora vuelve a ponerse en la complicada tarea de actuar y dirigir a la vez para ofrecer La Mula, que se basa en un artículo escrito por Sam Dolnick.
La cinta cuenta la historia de Earl Stone, un octogenario que está en quiebra, solo, y que se enfrenta a la ejecución hipotecaria de su negocio. Por eso, cuando se le ofrece un trabajo aparentemente fácil, que solo requiere conducir, acepta automáticamente. Pero, sin saberlo, Earl se convierte en traficante de droga para un cártel mexicano y pasa a estar bajo el radar del agente de la DEA Colin Bates.
Después del tropiezo de 15:17 Tren a París, Eastwood vuelve a estar en plena forma y lo demuestra dando vida a un personaje conflictivo muy carismático. Es interesante, graciosa y bastante personal. Es una tragicomedia entretenida y diferente que cuenta con un gran reparto.
Como siempre, Eastwood dota de política a sus largometrajes, pero esta vez de una forma más sutil. En Mula, el director y actor sabe revelar sus propias cicatrices y defectos. Falla en la manera de tratar el tema de la identidad social, ya que lo trata de una manera muy pobre, pero acierta en todo lo demás, con su película más redonda desde Gran Torino.
Valoración: 3,5/5
Lo mejor: Su gran reparto
Lo peor: Trata de manera algo fría y vaga el tema de la identidad social
