Cuando salieron las primeras imágenes del nuevo Muñeco diabólico, hay muchos que se echaron las manos a la cabeza. En primer lugar, se trata de un remake que nadie había pedido y, en segundo, el diseño de Chucky decepcionó bastante. En taquilla, su competencia directa con la tercera parte de Anabelle le perjudicó bastante. Más de un año después he decidido darle una oportunidad, y el resultado ha sido mucho mejor de lo que me esperaba.
Al igual que la cinta original, este remake cuenta la historia de una madre que le regala a su hijo un muñeco por su cumpleaños, sin ser consciente de la naturaleza maligna que se esconde en su interior.
Pese a que el diseño de su personaje da más risa que miedo, su buen guion y su adecuada premisa, así como su buen ritmo, consigue ser un digno remake de la cinta de 1988, con comedia y terror a partes iguales.
Muñeco diabólico sabe dar miedo de una manera efectiva en el momento justo, sin tampoco abusar. Todo tiene una justificación, y Lars Klevberg tiene la inteligencia como para crear una obra compensada que sorprenderá a los amantes del terror y a los fans de la película original, ya que su toque ochentero y las pinceladas justas de comedia siguen presentes.
Valoración: 4/5
Lo mejor: Es tan divertida como escalofriante
Lo peor: ¿En serio era la mejor opción que tenían para el diseño de Chucky?