El pasado 12 de enero se estrenó una nueva edición de Operación Triunfo. No lo tenía nada fácil, puesto que la anterior edición ya flojeó con respecto a la del 2017, una de las mejores de la historia del formato junto a la primera edición que se emitió en 2001 y que alzó a Rosa como ganadora. Quizá no fueran los mejores cantantes, pero su carisma, naturalidad e inocencia hicieron meterse al público en el bolsillo. No consiguió unas audiencias estratosféricas hasta sus últimas galas, pero arrasó por internet gracias a su canal 24 horas, y cada gala la veían más espectadores, logrando su máximo en la final (3,9 millones de espectadores y un 30,8% de share). Por todo esto, era bastante obvio que hubiera más Operación Triunfo, pero todo se ha hecho de manera muy precipitada hasta unos niveles muy extremos. No era necesario esperar seis años, tiempo que transcurrió entre la de 2011 y la de 2017, pero sí que hubiese sido mejor esperar varios años. Con motivo de la cancelación temporal por el Coronavirus (y, creemos, definitiva), hacemos un repaso de todo lo que nos ha dejado esta edición.
Esta temporada, las comparaciones han sido odiosas, y no es de extrañar. Todos recordamos la naturalidad y la espontaneidad de los concursantes del 2017 y 2018, lo bien que se llevaban entre ellos, y esta vez no está siendo lo mismo. Sí es cierto que la gala 0 tuvo más nivel que otras, pero pronto, el espectador se dio cuenta que el buen rollo que caracterizaba el talent otros años se había esfumado por completo. Un casting más propio de Gran Hermano con concursantes como Eli o Jesús que se han llevado la decepción más grande por parte de la audiencia. Ninguno tiene la personalidad que podían tener en 2017 las voces de Amaia o Alfred o el año pasado las de Famous o Natalia; además, en OT 2020 no se está notando la evolución de casi ninguno de sus concursantes: algunos como Flavio y Eva empezaron muy bien, pero se fueron estancando con el paso de las galas (especialmente esta última), mientras que Nia ya demostró en la gala 0 que era toda una estrella y la ganadora de la edición. Salvo el Run the World (Girls) que se marcó Nia en la quinta gala, no se ha produjo ningún otro número destacable por parte del resto de concursantes, lo cual es muy preocupante.
En cuanto a audiencia se refiere, a Operación Triunfo 2020 no le ha ido nada bien. Es cierto que, después de Masterchef, es el formato más visto de Televisión Española, pero su cuota de pantalla ha sido un absoluto fiasco (en torno a un 12%). También es cierto que sus cambios no han ayudado mucho, y no me refiero solo al cambio de día: el nuevo jurado no ha podido ser más desacertado. Salvo Javier Llano, lo del resto ha sido vergonzoso: aún sigue recomiéndome la valoración tan injusta que Portu hizo a Samantha en la tercera gala. Nina se piensa que es catedrática y no podría resultar más fría… y lo de Natalia Jiménez, es simplemente inexplicable. ¿Alguien no le ha recomendado a esa mujer dar clases de retórica y de protocolo? Además de la muletilla «Este» y «No sé», prácticamente no ha aportado nada más.
¿Era necesaria esta edición? ¿Triunfarán los concursantes de este año? ¿Es un formato obsoleto para la televisión y que se debería plantear solo para YouTube (donde sí que es un éxito)? El pasado 16 de marzo y, de forma totalmente acertada visto el panorama sanitario, Gestmusic decidió cancelar ¿temporalmente? una edición histórica muy accidentada y que, por primera vez, podría quedarse sin ganador. Esperemos que el ambiente se solucione poco a poco y que, al menos, la edición pueda celebrar una final. Pese a todo, los concursantes lo tienen más que merecido.
Si eres fan del programa, en estos días no te pierdas su canal de YouTube, donde podrás volver a disfrutar de las tres últimas ediciones del formato,
