El rap consciente y la segunda colonización de América

Por Doriann Marquez

Durante la primera década del 2000 el rap de España implantó un dominio indiscutible en toda la escena de habla hispana, ya para 2004 el fraseo que venía desde el reino había replicado el proceso de colonización en América de hace 500 años convirtiéndose en una de las principales influencias de una naciente camada de raperos desde México hasta Argentina. España brindaba un estilo distinto al verso callejero común en América, se enfocaban en la composición valiéndose de recursos literarios que pudiéramos tener en nuestros apuntes de secundaria si no nos hubiésemos saltado esa clase para irnos a rapear en la esquina. Aliteraciones, anáforas, paralelismos, sazonados con mucha metáfora era lo que encontrabas al reproducir cualquier track de los MC’s locales de Zaragoza, Sevilla o Madrid, encantos irresistibles para buena parte de la audiencia que por no estar tan ligadas a las calles o no comulgar con el mensaje o las formas violentas del rap tradicional, vieron en este estilo una manera de identificarse.

La música traída por Kase O y sus Violadores del Verso, Nach, Chojin, Zenit, Zatu, Rapsusklei, Xhelazz, Arma Blanca, y otros coincidía en esa forma refinada a la hora de escribir, cada línea era un trabajo de orfebrería, como si tomaran de su mente la materia prima y las moldeaban con los recursos literarios necesarios para producir un verso. Esto enamoró a muchos, influenciando al movimiento de tal manera que no tardaron en aparecer en nuestro continente corrientes del rap preocupadas por el mensaje y el cuidado de la rima, con frecuencia llamado «rap consciente» y por supuesto que esto también daría pie a un conflicto de ideologías entre estos y el bando que apoyaba el estilo más callejero.

El rap consciente se implantó en América como lo hizo esa raza producto del mestizaje luego de la colonización, pero esta vez el mestizaje se daba por la influencia de la escritura del rap español combinada con los skills latinos: flow y mucha actitud, justo el punto flojo del sonido de España donde sus exponentes priorizaban el verso por encima del ritmo. Así aparecieron en nuestro continente raperos como Canserbero, Pedro Mo, Ali a.k.a Mind, Norick y muchos otros que pasaron a ser referentes del boombap en nuestro idioma siguiendo esa tendencia de versos trabajados parecida al spoken word. Incluso se podría decir que uno de los principales aportes de esta tendencia dentro de nuestra música fue la de sumar más soldados a la causa, personas que anteriormente no se sentían identificadas con los valores que representaba el rap, vieron en este estilo algo más cercano a ellos, que les permitía expresar sus problemas aunque no tuvieran que ver con la calle, dejando claro que aquí hay sitio para todos siempre y cuando tengas una razón para levantar tu voz.
Esta corriente se hizo muy poderosa hasta el punto de regalarle al rap latino una de sus mejores temporadas, donde buena parte del material que se estrenó era demasiado rico en contenido, sin embargo, en la música siempre esta presente esa constante llamada cambio a la que muchos resisten y esta vez no fue la excepción. Nuevas tendencias y sonidos fueron apareciendo en el camino para captar a esa nueva generación que se venía gestando, pero no en detrimento del rap consciente que continua vivo porque las voces que denuncian y los lápices que trabajan el verso con precisión nunca descansan.
La sangre nueva se adaptó a estos años donde el trap, dembow y demás ritmos que amplían la gama de sabores del sonido urbano son la tendencia en el mercado. Del mismo modo que el rap consciente se hizo fuerte con las influencias españolas para recibir toda la atención frente a los estilos callejeros, está pasando en este momento con los ritmos más pegados y así como el gangsta rap y sus derivados nunca murieron, tampoco lo hará el rap consciente.

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