1. Dellafuente
Su inconfundible personalidad y distinción dentro del panorama artístico ha conseguido que Dellafuente se encuentre entre los artistas más relevantes y apreciados de nuestro país, sobretodo en el colectivo joven. El artista granadino configura sus temas mediante sonidos que pueden variar desde el reggaetón hasta el trap, incluso rozando fusiones más independientes. Pero lo que destaca fundamentalmente es la enorme presencia del flamenco en la mayoría de sus canciones, no únicamente a nivel musical. Sus temas, incluso su misma figura, no podrían encasillarse en géneros y etiquetas, pero lo que sí tiene claro es que crea “música folklórica atemporal”. Incluso en la gira de su disco con mayores raíces flamencas Azulejos de Corales, recibía el nombre de “Quejíos y autotune”, dos elementos que sintetizan su música a la perfección.
Dellafuente, alude e interioriza la cultura flamenca como un auténtico modo de vida, una forma de sentir y ser, poniéndolo en la línea de los primeros postulados del flamenco como filosofía, como el auténtico grito del pueblo oprimido, de las penurias y sufrimiento del pueblo que socialmente se ubica en los márgenes. El artista transporta esta premisa a su realidad actual y próxima, la de los desahucios, la cultura de barrio, la delincuencia y la pobreza, entre otros temas. Todo ello articulado mediante numerosas introducciones de grandes maestros flamencos que dan un mayor sentido y veracidad a sus letras, como partes de entrevistas al Torta en Dile, Camarón en Al Vacío, o Enrique Morente en Escarmiento.
El Chino realiza una increíble reinterpretación de estos valores flamencos aplicándolos a su contexto más cercano, mediante una constante evocación a la pureza, el germen y base del flamenco como género y forma de vida, así como una veneración a su ciudad natal, Granada y a la idiosincrasia y estética andaluzas. Realiza de esta manera, un retrato musical de la Andalucía más mundana acentuado por su acento y expresiones que podrían empatizar e identificarse con cualquier andaluz y que remiten continuamente a constantes elementos flamencos, tanto en iconografía, sonido, letra e ideología.
La autenticidad, transparencia y pureza como grandes definitorios de un artista que cuenta sin tapujos, una verdad que ocurre sucesivamente en nuestra sociedad y que es continuamente ignorada y prejuzgada.
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2. Gata Cattana
Mujer en toda regla y poetisa con mayúsculas, así se define la cordobesa Gata Cattana en Lisístrata, una de sus canciones más reconocidas. Una distinguible rapera que se nos fue demasiado pronto, pero que nos dejó un preciado legado de temas con un fuerte compromiso político, feminista y andalucista. En sus temas puede denotarse un gran conocimiento de los registros flamencos que en ocasiones se convierten en auténticos quejíos, combinados con bases de rap y trap. Sus letras son transformadas en una fuerte arma reivindicadora bajo un enorme halo poético. Enorgullecida de su acento y sus orígenes como se aprecia en temas como Tientos, Gata Cattana no solo puede presumir de su ingeniosidad y conocimiento lírico y cultural, sino de una notable voz rebosante de numerosos tintes flamencos. Gata eleva al flamenco a otro nivel, no solo en un estrato identificador y definitorio de unas circunstancias que perfilan su trascendencia vivaz y emocional, sino exponiendo al flamenco como un lenguaje suyo y en sí mismo, equiparándolo a cualquier fenómeno social en las que nos vemos envueltos. Sus palabras recitadas desembocan desde dentro, desde sus entrañas, como el mismo arranque flamenco. La fuerza y el poder equiparables a los desgarramientos flamencos fruto de la opresión son mutadas en Gata Cattana como auténticas formas de relevación y lucha, y como verdaderos símbolos de libertad absoluta y despojamiento sociales.
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3. La Albany
Una de las grandes promesas del panorama urbano de los últimos años, La Albany se suma a la lista con una incorporación muy particular de los valores flamencos. La voz triste del trap se puede asemejar un tanto al canto de las viejas flamencas en nuestro tiempo, las que hablaban de penas y fatigas, las que materializan el sufrimiento y sentir más puros en su voz, como auténticas soleares. La catalana, también criada en Granada, ciudad que ha inspirado su forma de creación musical, al igual que otros numerosos artistas actuales, toma sus raíces mestizas como una clara influencia musical y circunstancial.
Sus letras hablan de desconsolados desamores, de contextos complicados, de dolorosas decepciones, hambre y una soledad desamparada. Pero al mismo tiempo, se denota mensajes reflexivos de resistencia y madurez ante una sociedad que intenta oprimirla y hundirla, así como una crítica al dinero, planteamiento bastante en consonancia con las creencias que predicaban algunos cantaores. Del mismo modo, Albany se posiciona con fuerza y contrataque ante todo aquello que contrae algún mal.
Musicalmente hablando, combina unas bases urbanas de sonidos y apariencia independiente y experimental. Recurre al alma, la muerte, puñales y por supuesto, el dolor y la pena como auténticos símbolos incorporados a su estética, elementos iconográficos a los que ya hacían referencia los primeros flamencos en sus repertorios líricos.
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4. La Favi
Esta particular artista destaca por la riqueza y fusión de raíces, que pueden detonarse con evidencia en sus dispares temas, siendo californiana de nacimiento y procedente de familia almeriense. Por ello, es interesante observar su personal incorporación de ciertos toques flamencos a su repertorio musical, que goza de una mescolanza que cuenta con sonidos propios del reggeaton, trap o RnB. Su música, al igual que Dellafuente, no responde a ninguna etiqueta o género predominante, es precisamente esta mezcla lo que hace a La Favi única e imprescindible. A diferencia de los intérpretes anteriores, La Favi realiza composiciones flamencas, en cuanto a estructura y lírica, siempre desde un tratamiento y perspectiva muy personal y contemporánea, y atendiendo a la identidad del contexto del que procede. Despojada de cualquier condición o convencimiento social, La Favi posee además una voz angelical, debido a su formación en coros religiosos.
Oyente reconocida de flamenco, demuestra mantenerle admiración desde el respeto y la consideración de sus valores y orígenes.
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5. Mala Rodríguez
La Mala fue una de las primeras artistas en atreverse a fusionar los ritmos flamencos con las músicas de calle que estaban empezando a gestarse en el momento, en los inicios de su carrera. Su álbum Lujo Ibérico es una gran prueba de ello, disco que antecedió a toda una serie de temas que llevarán una gran marca y constancia andaluzas, y por supuesto, flamencas, sobretodo en cuanto a expresiones exaltadas con un fuerte acento andaluz.
Fue la artista que elevó la contemporaneidad musical andaluza desde sus raíces y orígenes, con los primeros indicios de la música urbana Andalucía y el resto del país.
Es tal el estrecho vínculo que mantiene con el flamenco que llegó a codearse con grandes figuras flamencas como Raimundo Amador en la XVI Bienal de Flamenco de Sevilla, o colaborando musicalmente con el mismo Antonio Carmona en Ay de mí.
La jerezana mantuvo la estética flamenca durante toda su extensa trayectoria desde sus inicios hasta ahora, como puede apreciarse en sus últimos temas que, aunque gozan de un sabor y sonido diferente, siguen manteniendo la estela aflamencada que configura su personalidad. Se puede apreciar por ejemplo, en Gitanas un tema que abarca todo un repertorio iconográfico rebosante de directas referencias y elementos de la cultura flamenca, como la presencia de bailaoras en su videoclip así como su propia vestimenta. La evocación a la mujer y sororidad bajo la definición de “mis gitanas” se presenta como un término puramente flamenco – ya que no puede negarse la enorme aportación del pueblo gitano al flamenco como germen e impulsador – evidenciando las connotaciones de fuerza, independencia y fraternidad, propias del mismo.
En definitiva, las canciones de La Mala se traducen como una aplicación y traspaso de los registros flamencos al lenguaje y panorama urbano más actual, confluyendo de esta manera un sentido de evolución, pero al mismo tiempo, de permanencia.
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El flamenco, como el resto de géneros musicales, puede decirse que ha salido de su hermetismo más tradicional. Se puso en manos de jóvenes oyentes y aficionados en cuanto su experimentación,reinventación, y por supuesto, continuación. El panorama cultural actual tiene muy claro cómo hacerlo: plantean la exposición y valoración del mismo extrapolando sus códigos, figuras e iconologías propias al contexto presente, que se encarga de otorgar al flamenco de nuevos toques musicales, pero siempre considerando y partiendo de sus propias raíces, orígenes y estructura que han ido forjándose durante toda su historia. Estos artistas, entre otros, pretenden constatar, defender y asegurar la continuación del flamenco no únicamente como género musical, sino como un auténtico fenómeno culturaly vital que acoge, moldea y marca toda una influencia, modo de ver y perspectiva que va mucho más allá de una contemplación superficial en sonido y apariencia.