‘Un lugar tranquilo 2’: Una secuela correcta que juega sobre seguro

En 'Un lugar tranquilo 2' John Krasinski vuelve a ponerse tras la dirección en una segunda parte que juega demasiado sobre seguro.
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Fotograma de 'Un lugar tranquilo 2' / FilmAffinity

En 2018, Un lugar tranquilo fue recibida con muchos aplausos al reescribir el género de terror y hacerlo desde una perspectiva muy vistosa que caló en el público. Tres años después llega a nuestras pantallas Un lugar tranquilo 2, una secuela que sabe muy bien los elementos que funcionaron en la anterior entrega y decide repetirlos sin introducir ningún elemento o concepto lo suficientemente innovador y rompedor.

La secuela sucede tras los fatales acontecimientos que tuvieron lugar en la primera parte. En esta ocasión, la familia Abbot seguirán enfrentándose a los peligros del mundo exterior mientras luchan en silencio por sobrevivir. Obligados a aventurarse en lo desconocido, pronto se darán cuenta de que las criaturas que cazan guiadas por el sonido no son la única amenaza a la que tienen que hacer frente.

Cartel ‘Un lugar tranquilo 2’ / FilmAffinity

Un lugar tranquilo 2 es una secuela correcta pero que repite el mismo esquema de la primera, con una primera parte introductoria y que sienta las bases para el espectáculo adrenalínico y tenso de la segunda parte del metraje. También cae en los mismos errores de la primera parte, como el hecho de que se den situaciones que no tienen ninguna lógica y que solo ocurren para que la tensión del filme incremente, y en los mismos aciertos, como su capacidad de lograr que los espectadores creen una relación emocional con los personajes y que les importe lo que les pueda llegar a pasar.

Como ya ocurría con la primera parte, gran parte del éxito de la secuela son las interpretaciones de Emily Blunt y de Millicent Simmonds. El miedo, la tristeza y las ganas de no rendirse pase lo que pase que transmiten solamente con su rostro logran hacer de Un lugar tranquilo 2 un filme con alma, emotivo y que demuestra la calidad que puede tener una película de terror comercial.

John Krasinski vuelve a demostrar sus habilidades en la dirección (no tanto en el guion) con una secuela que cumple y que da indicios más que evidentes de que no estamos ante la última entrega de lo que ya podríamos bautizar como una saga. No obstante, su falta de innovación respecto a su primera parte y algunas decisiones de guion cuestionables hacen que no estemos ante una revolución en el cine de género.

Valoración: 3/5

Lo mejor: Su capacidad para generar tensión y las brillantes actuaciones de Emily Blunt y Millicent Simmonds

Lo peor: Que no innova con respecto a la primera parte

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