El verano es siempre una época donde todos los blockbusters salen a relucir, tres meses donde el olor a palomitas es más intenso que nunca. Hay algunos que nos sorprenden y otros que han sido creados con una finalidad puramente comercial y que no tienen nada de calidad, pero este año la calidad está brillando por su ausencia.
Estamos ya a mediados de agosto y no ha habido ni un film mínimamente interesante. Ni siquiera se han estrenado tantos blockbusters como otros años y, la mayoría han fracasado. Un buen ejemplo de ello es Godzilla: Rey de los monstruos, que ha recaudado poco más de un millón de euros en España, o Muñeco diabólico, que ni siquiera ha podido llegar al millón de euros.
Ninguna película comercial que se ha estrenado ha tenido calidad, a excepción de Toy Story 4. ¿Era necesario el spin-off de Fast & Furious, la segunda parte de Mascotas o la tercera de Annabelle? Hemos salido del cine totalmente decepcionados, sin muchas ganas de volver, con la sensación de que se nos está contando siempre lo mismo. El único film que nos ha sorprendido este verano es Midsommar. Sí, que de todos los títulos que se han estrenado solo hay uno que nos haya sorprendido, es realmente preocupante. ¿Logrará otoño compensar un verano que está siendo terrible?


