RuPaul está incombustible y es que, a sus 59 años, trabaja más que nunca. Con el exitoso RuPaul’s Drag Race, que arrasa temporada tras temporada, la drag queen más famosa a nivel mundial y la única que tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, aterrizó el pasado 10 de enero en Netflix con la serie AJ and the Queen, ficción muy disfrutable pero de la que hay que ser sinceros: va a lo fácil y no consigue sorprender.
Aj and the Queen relata la historia de Ruby Red, una drag queen que pasa por una muy mala racha. En su camino se topa con una niña huérfana de 10 años bastante borde y ambas recorrerán los Estados Unidos en autocaravana en busca de una oportunidad.
Aunque uno se lo pasa en grande viendo la serie, es cierto que se echa en falta un riesgo mínimo. Lo cierto es que RuPaul ha jugado sobreseguro, sabiendo qué es lo que le funciona, pero no innova en nada. En primer lugar, no le ha sido nada difícil meterse en la piel de Ruby Red, básicamente porque es ella misma pero con otro nombre. En segundo lugar, porque su trama es escasa. Hay muchas más tramas y más elaboración de guion en cualquier temporada de RuPaul’s Drag Race que en AJ and the Queen, que parece usar además aquel filtro horrible empleado en la primera temporada del reality.
Durante sus diez episodios demuestra que es una serie que satisfacerá a los fans de la drag queen, pero no atraerá a ningún público nuevo. La pobreza de su trama se pierde entre tanto cameo. Vale que nos encanta ver a Latrice Royale, Valentina o a Trinity The Tuck en la ficción de Rupaul, pero debería haber marcado más distancias con el real. AJ and the Queen podría haber sido un producto mucho más pulido que termina quedándose a medio gas y sin tener la intención de, tan siquiera, sorprender mínimamente.
Valoración: 3/5
Lo mejor: La serie se disfruta bastante si eres fan de RuPaul
Lo peor: No se ha esforzado en intentar sorprender. La trama directamente casi ni existe