Igual que los ciudadanos de un régimen dictatorial deben decidir si resignarse y ser sumisos o bien rebelarse y acatar las consecuencias, así los hijos deben hacer con los padres hasta que logren su mayoría de edad e independencia. Retrato de una chica desconocida (Bunker Books, 2023, con traducción al castellano de Marta Sánchez-Nieves) narra una compleja historia de amor entre dos adolescentes en Bielorrusia durante la caída de la URSS. La historia comienza cuando Sasha, el protagonista, tiene 13 años y recorre su memoria hasta que cumple los 18. Durante esta etapa, conoció a Katia, se enamoró de ella y construyeron un vínculo amenazado, constantemente, por la autoridad del padre de ella.
Esta novela de Aleksandr Skorobogatov (Grodno, 1963) está dividida en cinco partes. Desde el principio, Sasha se da cuenta de que el mundo adulto, al que está entrando, es un infierno. Sin embargo, la vida parece pedirle esperanza cuando conoce a Katia y su amor es correspondido. Entonces, como en una montaña rusa emocional, ambos adolescentes viven un rápido descubrimiento de la vida, con la consecuente asimilación de responsabilidades. Todo ello, en medio de un régimen represivo que, sin embargo, no tiene protagonismo y de un ambiente familiar, el de Katia, que oprime y veta la relación de los jóvenes.
Sasha se queja de las reglas absurdas que le imponen desde el colegio, como el corte de pelo, y el martirio que supone la persecución de un amor y de un sueño bajo las estrictas normas del deber. Le duele pensar que puede dejar de ver a Katia o que ella puede dejar de quererlo. Habla sobre cómo el mundo infantil o adolescente puede ser simétrico y perfecto hasta que un suceso trágico lo rompe y te hace comprender que el mundo no es justo ni bello y que hay que lidiar con injusticias o, en su caso, con el padre de Katia, borracho y autoritario.
La pareja adolescente sufre la lluvia y la fiebre, no solo la provocada por una neumonía que se agrava, sino también por el amor, un amor bello pero que se enreda en el tiempo. Desde el principio se aman con una carnalidad y una pasión desenfrenadas y desmesuradas, casi irreales. Comparten el amor y algunas aventuras siempre que es posible, ya que en estas páginas las pasiones, para bien y para mal, se viven con mayor intensidad por la edad que tienen los protagonistas. Aquí, la represión gubernamental, apenas presente, se personifica en los padres de Katia, mientras que Sasha se erige como símbolo de la libertad, mostrando un rechazo total a que otros tomen decisiones por él y veten su voluntad.
Retrato de una chica desconocida es una novela escrita con sutileza y cuidando el lenguaje. Además, retrata un sentimiento, el del amor, de forma muy intensa. Sin embargo, por momentos la historia se vuelve repetitiva y parece no llegar a ninguna parte más que a la consecución del amor y de nuevo a obstáculos que deben superarse. Considero que Skorobogatov se sale de la línea que siguió con su novela Cocaína y, aunque esta me ha gustado más que aquella, siento que deja insatisfecho al lector por la falta de definición.
