Escrito por Álvaro Cabello G.
Hoy nos acercamos a eso que se ha venido en llamar la nueva comedia romántica indie, es el turno para la archiconocida (500) días juntos, con los cuasi perfectos (que dan rabia) Joseph Gordon-Levitt y la new girl Zooey Deschanel. Aunque, precisamente el título que hoy nos disponemos a comentar ha sido acusada de ser pretendidamente independiente.
El filme, dirigido por Marc Webb, cuenta la historia de amor entre Tom, un chico pagafantas, hipster, de sonrisa gris, que aún cree en la bondad de las personas y, ojo, se dedica a escribir tarjetas de esas que regalamos en los cumpleaños, y Summer, que vendría a ser todo lo contrario.
Dos personalidades opuestas, un clima de lo más moderno, y una atmósfera ocre y gris, que pasa por ser de lo mejor de la película. A pesar, de enclavarse en el género de la comedia romántica, nos transmite ese hastío que acompaña al pobre de Tom en su afán por enamorar a la alocada y divertida Summer, que se mueve, cual hoja movida por el viento.
A pesar, de las acusaciones de pretenciosa, lo cierto es que esta película pasa, por ser una de las pioneras del género y una de las primeras en llevar el gafapastismo al cine, habiendo sido fallidamente imitada en innumerables ocasiones.
Este tipo de títulos, que tanto representan a una generación millenials, que tan en boca de todos está últimamente, puede gustar o no, incluso resultar pedante y hasta vacía. Pero, lo cierto es que el cine romántico tomó un respiro gracias a cintas como esta, que le dieron una mano de pintura gris al tan manido rosa fucsia, al que nos tenían acostumbrado las comedias amorosas. Además, de su estructura narrativa, hasta cierto punto novedosa.
Lo mejor: Summer, los escenarios, la fotografía, el final de la película.
Lo peor: Vista con perspectiva puede parecer que la idea pierde cierta frescura en su reflejo generacional.
Nota: 7,5/10
