Lluvia, humedad y calles vacías. Todo parecía una tarde de sábado otoñal cualquiera, a pesar de estar en primavera. Pero no. Ayer por la noche tenía lugar el concierto de uno de los grupos que tienen más conexión con el público granadino. Era el turno de Viva Suecia.
El concierto, que comenzó con retraso casi a las 11.00 horas de la noche, como suele ser habitual en el mundo musical, traía un aperitivo alucinante a la par que curioso. El grupo invitado, XEBI SF, cuando quería hablar se dirigió al público con una voz electrónica procedente de un ordenador, ofreciendo un show inusual repleto de originalidad.
Ahora sí. El público, impaciente, esperaban a los murcianos para que salieran sobre el escenario que tan buenos momentos les iba a dar. Eran casi las 11.00 horas y, tras un bucle, saltaron a la tarima cargados de energía y emoción.
La estrella de David, Nadie te devolverá el favor, El nudo y la esperanza, La novena vez, Casi todo o Palos y piedras fueron algunos de los temas que abrieron boca a los asistentes. Pero, no fue hasta la mitad del show cuando llegó una de las sorpresas de la noche. Juan Alberto, vocalista de Niños Mutantes, se subió al escenario para cantar junto a los suecos. Además, Rafa lanzó la anécdota que tienen en común con este emblemático grupo de Granada, y es que hace unos años Viva Suecia, teloneando un acústico de los Niños, fue cuando se dieron cuenta que querían y podían llegar más lejos.
Después de esto, a eso de las 00.00 horas, llegó uno de los momentos que no pueden faltar en cualquier directo de Viva Suecia: Hemos ganado tiempo. El tema es sinónimo de fiesta y es que cada vez que suena el público se deja el alma cantándola, aunque esto conlleve que canten tres veces el estribillo en vez de dos, como dice originalmente.
El tiempo se paró, Rafa Val bajó hacia el público para sumergirse en la marea de seguidores y recitar todos a la vez, como si de un padre nuestro se tratase: «Hemos ganado tiempo, hemos ganado tiempo, hemos aprendido a ser violentos». Pero aquí no quedó todo. Cuando parecía que volvía para reencontrarse con el resto de la banda se tiró sobre el público haciendo reinar la locura y poniendo un broche final inigualable e inolvidable.
Y es que la conexión entre la ciudad de la Alhambra y los murcianos solo se puede expresar de una sola manera para ser comprendida: sobre el escenario hacia el público.
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