En 2004 y 2008, Guillermo del Toro adaptó Hellboy, con un resultado bastante correcto, si bien es cierto que la primera parte es bastante superior a la segunda. Ahora, Neil Marshall, director de Centurión, vuelve a adaptar el cómic de Mike Mignola sin demasiado éxito.
En la cinta, la Agencia para la Investigación y Defensa Paranomal encomienda a Hellboy la tarea de derrotar a un espíritu ancestral: Nimue, conocida como «La Reina de la Sangre». Hace siglos consiguieron acabar con esta villana, enterrándola profundamente, pero ha vuelto de entre los muertos con la intención de destruir a la humanidad con su magia negra.
David Harbour sustituye a Ron Perlman como Hellboy. Si bien es cierto que no se echa de menos a Perlman, sí que se nota la ausencia de Guillermo del Toro. Se nota que esta vez no forma parte del proceso creativo y que Neil Marshall no ha sabido estar a la altura.
Pese a que cuenta con buenas escenas y es cañera en muchos momentos, le falta chispa y su guion no termina de enganchar, así como unos personajes vacíos y que no traspasan la pantalla. Muchas cosas habría que mejorar en la siguiente entrega (en caso de que la haya).
Valoración: 2/5
Lo mejor: David Harbour se adapta muy bien al personaje
Lo peor: No es tan cañera como debería