Mientras que Marvel siempre se atrevió más a innovar y a incorporar el humor, DC apostó solo y exclusivamente por la acción más seria y formal. Hasta ahora, puesto que la compañía se ha atrevido a adaptar uno de sus personajes menos conocidos de la mano de David F. Sandberg quien, acostumbrados a hacérnoslo pasar muy mal con Nunca apagues la luz y Anabelle Creation, saca su lado más gamberro con ¡Shazam!, una especie de Deadpool edulcorado y menos soez.
El film cuenta la historia de Billy Batson, un niño de acogida que, al gritar la palabra «¡Shazam!» se convierte en el superhéroe adulto Shazam. Dentro de un cuerpo musculoso y divino, el protagonista esconde un corazón de niño, poniendo a prueba los límites de sus habilidades con la inconsciencia propia de un chaval de 14 años. Sin embargo, necesitará dominar rápidamente esos poderes para luchar contra las letales fuerzas del mal que controla el Dr. Thaddeus Sivana.
¡Shazam! es el golpe de aire fresco que DC necesitaba. Es gamberra y sabe reírse de sí misma, contando con un dinamismo y eficacia admirables que funcionan de manera perfecta y que provoca que sea muy entretenida. Pese a no contar con mucha acción, tiene la necesaria, contrarrestándose muy bien con esas dosis de comedia, alejadas del humor algo repetitivo que últimamente estaba hundiendo Marvel.
Pese a que, a priori, puede tratarse de una película poco llamativa al contar la historia de un personaje que no es conocido, merece darle una oportunidad y disfrutar de un Sandberg que, al igual que DC, demuestra que sabe hacer más cosas que en lo que se le tiene encasillado.
Valoración: 3,5/5
Lo mejor: Su despreocupación y sus dosis de humor
Lo peor: Para ser un film de superhéroes, las escenas de acción no son muy espectaculares
