David Sainz: «Malviviendo tiene mucha más verdad de lo que a priori la comedia deja ver»

Se considera uno de los creadores audiovisuales más reconocidos y aclamados de nuestro país y ha obtenido una audiencia que sobrepasa más allá de nuestras fronteras. Hablamos de David Sainz, director y guionista canario caracterizado por un tratamiento humorístico tan particular rebosante de una riqueza de referencias multiculturales que lo distinguen dentro del panorama comediante español.

A raíz de Malviviendo, su primer proyecto en el que vuelca su autenticidad y originalidad a pesar de su bajo presupuesto, Sainz ha ido emergiéndose evolucionando su característico humor plasmado en numerosos medios y formatos. Hablamos con él de su trayectoria audiovisual desde sus orígenes y su consideración del ámbito en la actualidad de nuestro país.

A modo de introducción, cuéntame acerca de tus principios, el empezar desde 0, los medios que se te presentaron en un primer momento, tus expectativas y un poco la primera recepción por parte del público.

Nosotros terminamos de estudiar – los que posteriormente seríamos los cuatro protagonistas de Malviviendo – y pensábamos ponernos a trabajar desde un primer momento, pero no fue así. Creíamos que era un problema de currículum, porque no teníamos experiencia audiovisual, sino experiencia en otros trabajos. Así que decidimos hacer algo para demostrar un poco lo que podíamos hacer a nivel audiovisual e incluirlo en el currículum, y que de esa forma, nos pudieran contratar a nivel individual. Como no teníamos dinero, en vez de comprar CDs vírgenes y mandarlos con los currículum, lo subimos a Internet y abrimos el link.

Aquello lo hicimos con los recursos que teníamos en el momento, que evidentemente eran mínimos, de hecho, teníamos la suerte de tener una cámara relativamente buena, que era mucho peor que un Iphone 4, por ejemplo. No teníamos equipo de sonido, por lo que tuvimos que apañárnosla.

El primer capítulo de Malviviendo tiene un 85% de voz en off porque no teníamos sonido para poder grabarlo bien. Era un poco el ir solventando los problemas a lo largo del producto, que lo pensamos de manera sencilla para poder presentarlo a modo de práctica y experiencia. De hecho, no pensábamos en una serie real, ni buscamos actores, nos pusimos a nosotros mismos pensando que para lo que iba a servir estaba bien. Fue totalmente inesperado, no lo publicitamos, lo puse en el estado de mi Messenger, y fue pasando y pasando y empezó a salir de nuestro círculo a manos de páginas que nos dieron mucha visualización.

A partir de ahí ya vinieron los periódicos, las entrevistas de radio y fue creciendo más. Teniendo en cuenta que no nos llamaron de ningún sitio donde echamos el currículum, decidimos seguir adelante a pesar de que seguíamos exactamente igual a como empezamos. Quiero decir, no teníamos recursos, no teníamos dinero, y no teníamos más que las ganas de trabajar en esto que había gustado tanto y que nos podría dar una oportunidad.

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A raíz de tu primer proyecto, y a nivel un poco más estético e ideológico, se ve que te centras en el tema de los estereotipos, tratados de una manera más cómica y ensalzándolos como una señal de identidad. ¿Qué nos puedes decir sobre esto?

Sobre todo se va dando en las primeras series como Malviviendo, luego se va volviendo un poco más sutil. En aquel momento, era contar la historia en España de los “villanos” o los personajes que digamos podrías encontrarte por la noche. Se trataba de mostrar que más allá de sus problemas, vicios y las características de lo convirtieron en estereotipos, tenían una vida, unos sentimientos y un corazón. En definitiva, en esta serie hablábamos de los que son antihéroes, de los que en todas las series eran una mala influencia, y dejando claro que eran una mala influencia. En Malviviendo, se mostraba dónde podía llevarte la droga. Básicamente era la historia de gente que realmente, aunque parezca estereotipados, está sacados directamente de nuestra vida y colegas. Malviviendo tiene mucha más verdad de lo que a priori la comedia deja ver, se exagera hasta tal nivel de que sea cómico. Algunos personajes están basados en personas que antes o después, yo o mis compañeros habíamos conocido en la vida real, y eso realmente lo sigo haciendo.

Siguiendo el tema de los estereotipos, cuéntame acerca de la síntesis interesante que haces entre la cultura andaluza y la canaria, y más desde un enfoque partiendo de la cultura popular y los suburbios.

Realmente salió de manera natural. Yo soy un canario que llegó a Sevilla que se juntó con gente andaluza de repente, y nos dimos cuenta de que realmente somos iguales y que, a pesar de tener cosas muy autóctonas, tenemos referencias muy parecidas. Cuando hacemos la serie, que estaba muy orientada a un público que pudiese tener un humor más canario o más andaluz, al final te das cuenta de que el barrio de Los Banderilleros se encuentra no solo en cualquier ciudad de España, sino del mundo. He llegado a recibir mensajes de Sudamérica e Italia que me decían que veían sus barrios reflejados en la serie. Al final te das cuenta de que por suerte o por desgracia, hay un submundo que se basa en ganarse la vida y sobrevivir de la mejor manera posible y son la gente que no ha tenido o no han buscado oportunidades. Andalucía y Canarias son muy parecidos porque fueron todos los conquistadores que fueron a Canarias fueron andaluces, además mi padre es andaluz. En el fondo, somos lo mismo.

Háblanos un poco de esta fusión entre la cultura baja popular y los homenajes y tributos televisivos de la cultura más cercana.

En el fondo, todo surge de una manera espontánea y necesaria. Nosotros hablábamos de lo que podíamos grabar, las opciones que teníamos eran las que teníamos alrededor, nuestra vida. En Malviviendo sobre todo, estaba todo lo que éramos. Dicen que cuando uno puede hacer su primer proyecto audiovisual, ya lo haga a los 18, a los 25 o los 30, de repente tienes un montón de cosas en la cabeza, lo que habías imaginado o soñado a lo largo de tu vida, y de repente las proyectas todas en este primer proyecto. Nuestra suerte fue que el nuestro no fue un cortometraje, sino una serie donde cabían plasmar todas estas cosas en 40 minutos.

Nosotros hicimos hacer todo lo que queríamos, por ejemplo, somos muy seriéfilos y cinéfilos, y a la hora de hacer esa historia nos gustaba este juego de la parodia y el humor de parodia, porque también en nuestra generación hemos crecido con películas de cabecera cómica, e hicimos una versión donde la historia estuviese sucediendo a nuestro alrededor. En este caso, era el barrio, personajes marginales, y dentro de eso se podía seguir jugando con un motivo divertido refiriendo una gran parodia. Cuando haces una parodia de algo tan grande como puede ser Pulp Fiction, es más gracioso contemplarlos dentro del universo de Malviviendo.

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Adentrándonos en cuestiones de plataforma, es verdad que Malviviendo y estos primeros proyectos se han circunscrito dentro de plataformas más independientes. ¿Te gustaría realmente expandir tus proyectos y medios a redes de televisiones más grandes o marcos de más renombre?

Es totalmente circunstancial. Nosotros lo pusimos en una plataforma como Youtube, son series independientes que aunque puedas tener la suerte de algún patrocinio, era una serie que no nos había encargado nadie, que a diferencia de las series de las plataformas, teníamos la libertad de hacer lo que queríamos y la censura de nosotros mismos. Nosotros hemos trabajado para la televisión andaluza, A3 Media, HBO… y ahora para televisión española. Son maneras diferentes de realizar las cosas; por una parte, te ofrecen el presupuesto que no te ofrece hacer algo independiente y lejano a los medios.

Ahora hemos crecido bastante, tenemos un equipo profesional y una oficina, gracias a pequeñas cosas que nos han ido llevando paulatinamente de plataforma en plataforma hasta tener la oportunidad de hacer las cosas bien. Para mí, la diferencia básica entre la plataforma independiente y la forma privada, es una ecuación, una te quita y la otra te da libertad. Todavía estas plataformas en las que estamos, como Flooxer, dentro de que forman parte de una cadena son bastante libres, digamos que son como los “chicos malos” de la cadena y que deja la puerta abierta a cosas que evidentemente en televisión seguramente no nos dejarían hacer. Está guay, porque todo está cambiando justo donde estamos nosotros.

Evidentemente, aparte de hacer todo esto a pesar de ser una empresa pequeña y que tenemos que trabajar continuamente para mantenernos en pie, aspiramos a pasos más grandes y trabajamos con plataformas más grandes de ahora, que por suerte están dando mucho trabajo. Este trabajo, lo bonito que tiene, aunque sea un poco tedioso, es que al final te lleva donde quiere. En el fondo, todo lo que tenemos en común más allá de nuestros propios intereses, es tener la posibilidad de dedicarnos a esto, que era el sueño de cuando pusimos aquel link de Malviviendo, y estamos cumpliendo nuestro objetivo desde hace nueve años, nos dedicamos y vivimos de esto y trabajos con el que realmente era nuestro hobbie.

¿Cuál es tu opinión acerca de la producción a nivel nacional de las webseries a día de hoy?

Pienso que las webseries ya no existen desde hace un tiempo, precisamente desde la aparición de las plataformas. Ya no tienen sentido, porque tal como la hemos consumido, Juego de Tronos sería una webserie, porque la consumes en la web. Lo que se hace ahora para diferenciar un producto de otro es llamarlas series simplemente, o bien series independientes sin el apoyo de un gigante atrás y sin mucho presupuesto. Ahora tenemos más posibilidades y puertas abiertas que antes para hacer las cosas mucho mejor, y la posibilidad de poder contar algo y ponerlo en un sitio que va a llegar a todo el mundo.

Dejando al margen tu producción, qué preferirías, ¿la labor de actor o de director?

De director, de hecho estoy lejos de ser actor. Yo dirijo lo que escribo y soy guionista y director, y hago otras cosas porque me divierte, actúo porque me divierte pero no soy actor, canto porque me divierte pero no soy cantante. Realmente ni labor y mi trabajo es escribir y dirigir.

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¿Podrías contarme un poco qué ha supuesto la producción desde Malviviendo hasta hoy a nivel personal y profesional?

Me ha convertido en la persona que soy, me siento muy afortunado por dedicarme a lo que me gusta cada día, soy una de esas pocas personas que se levanta contento los lunes y que se le hacen largos los domingos, pero creo que la suerte que hemos tenido surge en 2008 cuando surgió la gran crisis y muchos nos decían que si hubiésemos hecho esto en otro momento, hubiésemos ido más rápido y dar un pelotazo más grande. Pero con el tiempo, diez años más tarde y en el sitio en el que soñaba estar, que haya sido algo tan paulatino y que haya costado tanto trabajo, sobre todo en los primeros años, y que no nos haya aportado unas ganancias económicas al principio y tener una fama que no estás preparado pese a no tener dinero, creo que es lo que nos ha hecho ser lo que somos ahora dentro de que vamos creciendo y seguimos haciendo cosas.

Y todos somos los que levantamos el sueño de todos, somos una piña que lo hemos hecho todo junto. Esto nos ha llevado por un camino en el que hemos tenido que aprender un montón de cosas más allá de lo profesional. Te deja en una situación complicada, porque la gente cree que es una cosa de ti cuando es otra, o no puedes hacer pequeñas cosas que podrían darte muchas oportunidades, como la posibilidad de coger un tren para irnos a Madrid, porque no teníamos la capacidad económica de hacerlo, y cuando la tuvimos, nos dimos cuenta de que la clave, sobre todo la nuestra, era trabajar desde aquí, desde Sevilla o Canarias, más que Madrid o Barcelona. Otro tema es que en España, había un retraso enorme que era el de los acentos en las series y los productos de ficción.

Antes, hablando de estereotipos, cuando en la televisión aparecía un andaluz o una andaluza era un criado o personajes del estilo. Tengo amigas actrices que en castings madrileños, al ser andaluzas les han dicho “no nos quedan papeles de prostitutas o criadas”. Malviviendo, gracias a que no éramos actores y por otro lado yo que soy canario y vivo con andaluces, tenía una riqueza enorme que tenía que aprovecharse, y nosotros arriesgamos bastante en este aspecto. Gracias a esto y otras cosas, han puesto en valor los acentos a favor de la ficción.

¿Podrías darnos un consejo para personas que están empezando a aficionarse a la producción audiovisual?

La cosa es que realmente estamos viviendo un momento histórico en el que todo cambia muy deprisa. Hasta anteayer no había plataformas, y hasta el otro día no había móviles ni Internet. Pienso que al igual que nosotros, que aprovechamos el Youtube primerizo e Internet y las posibilidades que el avance tecnológico de ese momento nos ofrecía, el truco para esto es hacer, hacer y enseñar. Si nosotros hubiésemos esperado a que nos llamaran por nuestros currículums sin hacer nada audiovisual que demostrase lo que podíamos hacer, no habríamos llegado a donde hemos llegado.

Anteriormente a nosotros, cuando no se subían las cosas en Internet, tu trabajo dependía mucho de la gente para ser valorado y visto, como los que mandaban los cortometrajes a festivales y tenían que invertir en ellos el dinero de sus familias.  Hoy en día, en Internet te encuentras gente de todo tipo que consume lo que subes.


Imagen de portada extraída de la cuenta de Instagram de David Sainz @davidsainz13

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