Desnortamiento total

Escrito por Rubén Pareja Ramírez

El título de este artículo suena al de un álbum musical, pero no es de eso de lo que vengo a hablar, sino de la mala situación que atraviesa la televisión pública. La programación de TVE en la actualidad es como la de una cuchilla de afeitar desechable: de usar y tirar. Pocos son los programas que consiguen mantenerse en parrilla, aunque, por suerte, sí lo hacen las series de producción española, como «El Ministerio del Tiempo» o el longevo «Cuéntame Cómo Pasó». Bueno, vamos a tocar todo esto un poco, que no se puede evitar que suene a risa.

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Foto: Elpais.com

Una cadena pública tiene que fomentar eso, la producción de series españolas y emitir unos contenidos diferentes a los que emiten las privadas. Esto es un tema que ahora no voy a explicar, pero su misión es la de dar un servicio público a los ciudadanos, que consiste en informarles de lo que ocurre en cada sitio y educarlos con contenidos como los que emiten: sobre salud, sobre medio ambiente y todo eso. Esto va por aquellos que dicen algo que es evidente: que lo que se emite aquí resulta poco atractivo…

El primer problema que nos encontramos es que TVE, desde que retiró su publicidad en el 2010, no tiene presupuesto suficiente para emitir programas como los que se permiten canales que tienen publi (sin embargo, ponen fútbol y otros deportes caros, que le perjudican bastante por eso mismo).

Otro problemilla es el perenne clima retro que hay. Y eso es triste, en comparación con los demás canales, ya que lo convierten en un canal «arcaico». Que si cumplen 60 años, que si son la tele de toda la vida… Pero eso importa a poca o a ninguna gente. Hay que emitir contenidos que encajen con el público actual, como lo fue el de aquellos años.

El ejemplo más claro es el de este verano. Para los sábados, emiten un programa llamado «No es un sábado cualquiera«, que trataba de imitar al «Saturday Night Live» americano, con el espíritu del antiguo Noche de Fiesta. Ya ha sido cancelado (se seguirán emitiendo los episodios ya grabados). ¿Qué sentido tiene hoy en día reunir a la familia ante la tele (y encima en sábado) con un par de cantantes cuando el Chromecast te permite poner lo que quieras (y sino la tablet, el móvil…) y cuando quieras? Pues quizás mas sentido que tener que ver, encima, marionetas de Julio Iglesias y Paquirrín y unos chascarrillos que lo hacen un programa desfasado. Resultan vomitivas las actuaciones en las que se nota que tratan de hacerte reír, pero de una forma poco conseguida, y numeritos pasados de moda. Un programa musical, a pesar de todo, sí es necesario en la televisión pública, pero sin esos aditivos caducados.

Cierto es que la sociedad actual ha perdido el sentido del humor. Pero más cierto es que, para tenerlo, no hay que hacer el tonto a toda costa. Hace dos años, la Alfombra Roja Palace fue un fracaso, al que CC.OO denunció por machista y todo. El regreso de Noche de fiesta casi 20 años después estuvo en el punto de mira en Twitter y demostró que estas cosas quedan mejor en el recuerdo. Y, aunque prescindieran de José Luis Moreno en esta ocasión, el asunto ha ido igual o peor.

En el caso de Javier Cárdenas, la cosa sí ha ido mejor, con «Hora Punta«, un popurrí de contenidos en el prime time. Ahora que el presentador se va de vacaciones, han puesto una serie llamada «La peluquería«, cuyas críticas dan muy mala imagen del producto. Dicen que trata de imitar al clásico «Camera Café«, pero en versión rancia. De hecho, al parecer, dicen que el proyecto llevaba desde el 2008 en mente y que lo han sacado ahora y que parece que haya sido de unos cuantos años más. Y miles de proyectos de programas de tarde, como el que presentaron los Morancos o el concurso aquel de Ramón García, que acabaron por la puerta de atrás. Esto ya me parece a mí fruto de la mala fama que ha cogido el canal, por el que la gente pasa menos que por un videoclub.

Y, volviendo a la función de servicio público, esta semana se ha criticado que, mientras que van a emitir los Sanfermines, una fiesta que, junto a las corridas que suelen emitir en verano, representa una triste y desfasada parte de nuestra cultura, al festival del Orgullo Gay Mundial no se le haya hecho apenas caso. Este es uno de los elementos que llevan a este canal a fracasar y a carecer de popularidad entre un público importante: el joven.

De este modo, para recuperar su prestigio, TVE sigue tratando de tirar de su glorioso pasado para tratar de mejorar su nefasto presente. Un presente en el que, según los estudios, su cuota de pantalla es de 16,5%, la más baja y, además, muy alejada de Atresmedia (25,7%) y Mediaset (30,1%). Por eso anuncian a bombo y platillo el regreso de Operación Triunfo, el programa que marcó un hito en la televisión en España en el 2001, o está negociando el regreso del mítico Grand Prix del verano, legendarios titanes que le daban un posicionamiento muy diferente al actual. Pero existen también nuevas ideas como Pura magia, un concurso en el que varios participantes competirán por ser magos, una apuesta que en verano puede ser bastante entretenida, como lo han sido siempre los trucos de magia. A ver qué tal les sale esta jugada…

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