Mnak llegó este año a la liga de freestyle española tras coronarse rey absoluto del ascenso, con un estilo hardcore y clásico trae la musicalidad de los 90 a las batallas de la actualidad, donde sus punchline se convierten en hirientes balas que atraviesan a su rival sobre los escenarios y consagran su nivel de improvisación.
Pero el gallo no es solo eso, seguro en su camino se decanta por profesionalizarse cada vez más en los estudios de grabación. Ayer, 8 de noviembre, presentaba en todas las plataformas de streaming su tema ‘Don Diablo’.
Lejos de venderse Mnak sigue firme a sus principios, sobre un boombap de Álvaro (Sore Beats) arranca como un disparo para hablar de respeto, talento e industria. Gente que colabora por la popularidad y no por el arte y gente que habla más de lo que debería, pero también se dirige los que respeta. Porque MNAK respeta a quienes respetan a los suyos. No quiere dinero ni mujeres, quiere a los suyos, siempre.
Ni el tabaco que consume ni el hardcore que fabrica acabarán con él, que lejos de hablar de más decide hacer lo suyo tranquilo:“Si abro la boca sube el pan, así que bajo a por el callaíto”. Cada vez abre más su hueco en el panorama, en el que está creando escuela, los chavales y chavalas necesitan referentes fieles a lo suyo que alcen la voz y se mantengan firmes, que no se dobleguen. Ignacio decide llevar el peso de estas piedras. Como lo llevaron algunos de los ídolos del rapero, cuyos discos muestra en el videoclip (obra de La Casa del Árbol), ‘Los mayores hits de Wu-Tang Clan’ y ‘Vivir para contarlo’ de Violadores del Verso.
El audiovisual lo muestra tranquilo, seguro y confiado. En la calle donde nace y evoluciona el hip hop, fumándose un cigarro mientras recita sus barras a cámara con actitud chulesca. MNAK no es solo un personaje sobre el escenario, es rapero en su día a día. Y esta es la primera prueba de algo mucho más grande que vendrá: ‘HOMEMADE’.
Fotografía de portada por @carlosvelafoto