El desorden que dejas es la última creación de Carlos Montero, uno de los artífices de la también serie de Netflix, Élite, y autor del libro que da forma a esta historia. La miniserie de Netflix, a pesar de desarrollarse también en un instituto, no se centra en el drama de sus adolescentes, sino en el de dos de sus profesoras, Raquel y Viruca.
Raquel tiene problemas en su relación de pareja y como un soplo de aire fresco decide mudarse al pueblo natal de su marido en Galicia. Un pueblo pequeño en el que todos se conocen. Raquel encuentra trabajo en un instituto como profesora de literatura para sustituir a la antigua docente, Viruca, que falleció recientemente. Unos dicen que se suicidó, otros que la mataron, y las ganas de saber qué le pasó realmente a la mujer que sustituye meterán en serios problemas a Raquel.
Se trata de una serie de la que cuanto menos sepas antes de verla mejor, así que no os contaré nada más acerca de los acontecimientos que se suceden. Lo que sí os voy a contar, o más bien destacar, es el suspense y la intriga que se genera perfectamente conforme avanza la trama. Quedaréis pegados a la pantalla del televisor casi sin quererlo esperando obtener respuestas a las múltiples incógnitas que se plantean.
La violencia se convierte en esta serie en un elemento habitual, y a mi parecer en algo muy desagradable en ciertos momentos, y no me refiero solo a la violencia física, también a la psicológica. Al ver ciertas escenas de manera tan explícita y pensar que son hechos que pueden ocurrir en la realidad resulta aún más molesto.
Los aproximadamente 50 minutos de duración que conforman cada uno de los ocho capítulos de esta miniserie son totalmente adictivos. Este thriller muestra una historia más adulta que la que pudimos ver en Élite, aun así hay partes de su historia a las que les falta cierta autenticidad.