La cuarta temporada de Élite es un soplo de aire fresco, hasta tal punto que en ocasiones hasta uno mismo se pregunta si está viendo la misma serie. Atrás quedó lo que pasó con Polo o Marina, en estos nuevos capítulos ya no se habla sobre nada que tenga que ver con sus muertes. Además de este hecho, la baja de algunos de los principales actores y la llegada de otros nuevos crea una nueva trama a seguir.
La nueva temporada, que podéis encontrar en Netflix, sigue recorriendo los pasillos del instituto de Las Encinas, pero desde otros ojos. Los nuevos protagonistas: Ari, Mencía, Patrick (hermanos) y Phillipe restarán importancia a algunos de los personajes ya consagrados en la serie. Aunque, como ya he dicho, algunos de los personajes son nuevos y por tanto las historias también, la temporada sigue apostando por un ritmo acelerado y cargado de acontecimientos.
En ciertos aspectos esta nueva temporada recuerda a la primera, y es que como podéis ver en el tráiler hay un nuevo suceso aparentemente criminal que envolverá a más de un personaje. De esta forma, en cada capítulo hay flashforwards en los que la policía interroga a los alumnos, para así acercarnos poco a poco a la verdad.
Todas las temporadas de Élite han estado cargaditas de líos amorosos y de encuentros sexuales, pero en esta cuarta hay más sexo y más explícito. El hecho de que los cuatro primeros capítulos concentren tal cantidad de escenas sexuales me hace preguntarme si han debido recurrir a ello por carecer la trama de hechos impactantes o novedosos.
Élite es una serie que engancha y en esta nueva temporada han conseguido mantener al espectador pegado a la pantalla conociendo sus nuevas historias y personajes. Aunque hay algún suceso que otro que a mi parecer chirria un poco, no cabe duda de que han sabido sacarle jugo a esta cuarta temporada, que dará lugar a más.