‘The End of the F***ing World 2’: La locura y el ingenio están de vuelta, aunque no con la misma fuerza

La serie vuelve de manera correcta, pero su trama no es tan perfecta como la de la primera entrega.

A finales de 2017, la británica Channel 4 (responsable de títulos como Black Mirror) acogió la primera temporada de The End of the F***ing World, una serie alocada y totalmente impredecible que contaba con uno de los mejores episodios pilotos de la década. La ficción nos dio la oportunidad de conocer a Jessica Barden y a Alex Lawther, que bordan los papeles de Alyssa y James y cuya química es más que evidente. Después de un final de temporada que dejaba muchas preguntas y dudas acerca de si se podría mantener el nivel en la nueva tanda de capítulos, la respuesta es clara: no podría haber vuelto más en forma.

Cuando uno visiona el primer episodio de la segunda temporada, inmediatamente piensa que se ha equivocado de serie. En vez de centrarse justamente después de los acontecimientos de la primera entrega, que termina con un disparo mientras James corre por una playa escapando de la policía para mantener a Alyssa fuera de peligro, en el arranque de temporada, la única protagonista es Bonnie (Naomi Ackie), una chica que estaba muy enamorada de Clive Koch (sí, ese autor existencialista en cuya casa entraron Alyssa y James y que resultó ser un asesino en serie). Cuando se entera de que dos adolescentes rebeldes han matado a su amante, decide tomarse la revancha.

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Bajo esta premisa comienza la temporada, que en su segundo capítulo ya incorpora a Alyssa y a James y sabe mantenerse fiel al sello que nos cautivó en 2017, con capítulos de 20 minutos donde no dejan de suceder cosas. Y es que la eficacia y la concisión son claves en el éxito de The End of the F***ing World.

La segunda temporada es más que notable, pero no llega al nivel de la primera, y es que hay algunos pasos en falso. Mientras que la voz en off funcionó muy bien en los episodios anteriores, ahora es mucho menos efectiva. Además, el centrar parte de su trama en las dificultades de Alyssa para superar su trastorno de estrés postraumático. Además, la presencia de música resulta excesiva, ya que parece usarse como apoyo para que la ficción aparente fluidez, cuando realmente tiene herramientas para mantenerse sola.

The End of the F***ing World sigue siendo una comedia negra y ácida, triste y muy seria, aunque en este caso no hay tanto material como en la primera temporada. Por eso, sería un error que Netflix y Channel 4 decidieran seguir explotando una ficción que no da para más de sí y que nunca podrá superar lo que logró en la primera entrega. El final cerrado de esta temporada hace que pensemos que la historia acaba aquí, algo que esperamos, pues la serie ha demostrado que no está hecha para ser alargada en el tiempo.

Valoración: 3,5/5

Lo mejor: Una Jessica Barden aún más pletórica que en la primera temporada

Lo peor: Que su trama no tenga el mismo interés que generó la primera entrega

https://www.youtube.com/watch?v=NZw7Iw-p5yE

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