Enrique Bunbury y el «apocalipsis musical»

rtve.es

Por Rubén Pareja Ramírez

‘La hora musa’, este fantástico espacio con el que La 2 ha resucitado la música en televisión, trajo su segundo programa anoche. Y vaya programa. El mejor R&B de Jorja Smith, junto con varias pinceladas de flamenco de Miguel Poveda y, por supuesto, el plato fuerte del programa, el mítico Enrique Bunbury, hicieron que la hora transcurriera sin ningún aburrimiento. Un contenido lo suficientemente potente como para que, al menos en Málaga, el programa ocupase el tercer puesto de TTs.

Posturear está muy de moda hoy, sobre todo en Instagram. Y, como aquí no se suben fotos, yo no postureo. No soy fan de Bunbury. No escucho canciones suyas, porque, aunque hable de música, hay leyendas a las que no he echado el oído. Pero la calidad no tiene nada que ver con gustos o con frecuencia de consumo. Por eso, cuando este hombre actuó anoche en el plató de ‘La hora musa’, uno no podía evitar soltar el móvil y disfrutarlo.

Pero, si el ex-miembro de ‘Héroes del silencio’ deleitó al público, tanto en el plató como en las casas, su charla con Maika Makovski fue el broche de oro en la presencia del vocalista en el programa. El zaragozano, tanto al principio como al final de sus actuaciones, expresó su alegría por actuar en un programa de música en directo en televisión, algo que «parecía que nunca más iba a volver». Y, sobre esta opinión, continuó más tarde en el sofá con la mallorquina.

«Hubo una época en la que en España había música incluso en programas que no eran de música, como el ‘Un, dos, tres…’, o ‘3×4’. Pero, desde hace 15 años, dejó de tener presencia en televisión», lamentaba el zaragozano. «Entonces, la generación actual no ha mamado la música. No existe esa cultura musical, como pasa en Cuba, donde esta forma parte de la gente. Los jóvenes de hoy solo escuchan en la radio… ‘eso’ que parece música…».

Aquellas declaraciones de Enrique Bunbury supusieron para mis oídos una especie de poesía. Más que por lo que yo siento, es por la realidad del panorama musical actual. Y, es que el apocalipsis musical en realidad no tiene una sola fábrica. Más bien, son varias, repartidas por España y, por supuesto, por varios lugares del planeta. Pero esto se debe, en cierto modo, a la escasez de un escaparate en el que se dé visibilidad a varios géneros, e incluso a promesas de los mismos.

Y, en este caso, ‘La hora musa’ no es un escaparate, sino un fantástico almacén, en el que se nos está poniendo buena música durante una hora, a base de ritmo, buenos saltos, al estilo de un reportaje televisivo, que hacen del programa una auténtica revista. Innovación ante todo, por supuesto.

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