Desde los inicios de su adolescencia, Harlys Becerra (Cuba, 1984) decidió que quería ser actor. Se dio a conocer en la segunda temporada de B&B, de boca en boca, en Telecinco, pero el personaje con el que saltó a la fama fue interpretando a Valbuena en Vis a Vis. Desde Nostromo hemos tenido la oportunidad de hablar con él repasando sus orígenes, su trayectoria y lo que le espera en su futuro profesional.
Lo primero de todo, ¿Cómo estás llevando el confinamiento?
La verdad es que ha sido toda una experiencia. Te das cuenta de dar a valor a cosas como es la libertad, el viajar y la importancia de elementos básicos, siendo un poco más consciente de nosotros mismos. Caes en que tienes que disfrutar al máximo de tus días, entender cómo es este proceso. Hay que seguir cultivándose. Yo por ejemplo he seguido leyendo, he aprendido a tocar la guitarra, he estado leyendo libros de recetas porque me ha encantado siempre la cocina. Obviamente, hay días de agobio pero trato de ser un poco realista y pensar que todo esto va a pasar. Este tiempo nos ha venido bien porque es un momento de reflexión bastante fuerte en general.
¿En qué momento de tu vida nació tu pasión por el mundo de la interpretación?
Desde el subconsciente supongo. A mí desde pequeño me encantaban las películas, el teatro. De siempre ha sido muy vocacional. Cuando veía la tele o iba al teatro, siempre me quedaba alucinado. Desde pequeño he prestado siempre mucha atención al comportamiento de los animales, de las personas. Actuar es realmente eso, ser consciente del comportamiento del ser humano. Me sentí enamorado de eso, de la observación hacia otras personas. Eso fue desde niño pero cuando empecé a apostar por ello empezó en Londres. Me sentí un poco perdido porque cuando tienes preocupaciones que son bastante fuertes como la supervivencia, te aíslas y recapacitas sobre lo que quieres hacer de verdad; miras a un panorama bastante extenso como es el futuro y vi que quería dedicarme a ello. No hay nada más valioso que apostar por lo que uno ama. Hice en Londres algunos cursos y ya me vine a España, estudié en la Esad (Murcia) cuatro años interpretación textual cuatro años, no cámara ni nada. Son enseñanzas completamente distintas la académica a la de la vida, que son los castings, que aprendí cuando llegué a Madrid. Llevo ocho años con Elena Lázaro, mi representante, trabajando día tras día, ya que esto no es algo que se consiga en dos días. Requiere mucho trabajo.
Aunque ya habías aparecido en papeles secundarios, te conocimos principalmente gracias a Vis a Vis. ¿Cómo fue tu llegada a la serie?
Fue muy curioso, doloroso pero excitante. Es lo que siento en este recorrido. No ha sido nada fácil, cada centímetro que he recorrido me lo he ganado. Solamente un loco puede dedicarse a esta profesión, porque tiene sus altos y bajos. Cuando vine a Madrid hice mis primeros castings, y siendo cubano el problema es que muchas veces te ven solamente como cubano y muy pocas personas se abren a ver un poquito más. Tuve la oportunidad de conocer a muchos directores de castings y esa etapa fue bonita pero también dura, hasta que encontré el primer director de casting que creyó en mí, en mi persona, que es Luis San Narciso, Tonucha Vidal y Andrés Cuenca, de Globomedia, pero especialmente Luis San Narciso, que creyó mucho en mí. Hice un casting para una serie que nunca salió, y luego me llamó para un episodio de Aída, luego estuve en la segunda temporada de B&B que me hizo mucha ilusión porque yo ya era fan de la serie, y luego salté a Vis a Vis, que marcó un antes y después para mi carrera profesional y mi vida. No en todos los proyectos pasa, pero en Vis a Vis congenié con todos mis compañeros. Además, en Vis a Vis me hicieron un casting directamente para Valbuena, y estoy muy contento de que apostaran por mí, y creo que es el mejor casting que he hecho en mi vida. Además, como curiosidad, la serie se iba a llamar Mosquita muerta, y el proceso de casting fue maravilloso. Fue estupendo sentirse valorado, querido. Yo quería estar ahí porque estando allí era muy feliz en todo: los decorados eran maravillosos. Viví tantas experiencias y momentos allí que marcaron un momento tan importante en mi vida. También en Londres hice muchos castings.
¿Cómo hiciste para componer a Valbuena, una persona con un comportamiento tan odioso?
Pues escuchar al personaje fue lo que me hizo conectar con él. En la primera temporada se iba componiendo el personaje poco a poco. Era totalmente imprevisible. Entraba a secuencia y entraba el caos. Surgían cosas muy lindas de este personaje y la trama Rizos-Valbuena fue maravillosa porque se demostró que Valbuena tiene corazón y se enamoró de un conflicto bastante fuerte como es la violación. Todos los personajes tienen que tener un trasfondo, un ayer. Eso es lo que te condiciona al ahora. Me acuerdo cuando me hicieron jefe de seguridad y como yo estaba ya en personaje me sentí como si fuese la autoridad, estaba demasiado orgulloso de lo que Valbuena había logrado, y eso me dio un juego tremendo. Ver cómo se desarrollaba mi personaje era como ver crecer a mi hijo. Pude crear un antes y un después que marcó algo en mi carrera. Al final de cuenta se desvalora a los personajes de esta índole porque quien es malo se creen que es malo y ya, cuando no es así, sino que tiene muchas capas. La interpretación es como una cebolla, tiene muchas capas, es como una metamorfosis. Esa metamorfosis es maravillosa. Valbuena es un personaje muy característico de la serie, es imprescindible, es incertidumbre. Fueron dos años maravillosos. Me entristeció mucho saber que no estaría en la tercera temporada, básicamente porque no tuvo un final mi personaje.
Entonces, ¿Cómo fue que te comunicaran que tu personaje no seguía?
Nadie se esperaba que todo se quedara en suspenso, en el aire. Y eso me entristeció bastante porque pensaba que sí íbamos a estar una tercera temporada juntos. Si me llaman para interpretar otra vez a Valbuena, creo que sería sencillamente mágico porque es un personaje al que le he tomado tanto cariño y respeto. Es el que más me llegó y con el que más he conectado a lo largo de mi carrera. Estoy muy contento de que se siga haciendo temporadas de Vis a Vis y conocer a nuevos actores, además de la apuesta internacional que hacen. Tuve que colgar el uniforme de Valbuena, fue un poquito triste, pero estoy bastante contento del trabajo que hice. Creo que aporté bastante a la serie y hoy en día sigo recibiendo mensajes muy bonitos respecto a mi trabajo.
¿Sigues viendo actualmente Vis a Vis?
Sí claro. El Oasis no he podido verlo todavía en Londres pero me voy a poner al día. Tenemos un grupo de whatssap todos los del equipo de Vis a Vis y eso te mantiene conectado. Yo me alegro que se siga apostando por la ficción de este tipo en España.
También has aparecido en Servir y Proteger. ¿Cómo es el cambio de trabajar en una serie semanal que en una serie diaria?
Sí, es impactante. A mucha gente le pasa lo contrario, está en una serie diaria y luego pasa a una del tipo de Vis a Vis. Para mí, Vis a Vis es como si fuera cine. Servir y proteger también tiene calidad en la producción pero es distinto. En Servir y proteger es un personaje muy diferente y ahí hacía de un cubano bastante sentimental. Fue un paso muy bonito, muy diferente, muy emocional porque también conectó con muchas cosas de mi pasado, de mi Cuba. Pude jugar mucho con la improvisación.
¿Qué piensas que te queda por cumplir a nivel profesional?
Es un océano tan abierto. Si me preguntas, pues me encantaría seguir trabajando. Ahora mismo tengo una película que no se ha podido terminar de rodar con toda esta situación. Quiero seguir progresando como actor, como persona. Mi sueño siempre ha sido vivir en Nueva York una etapa muy pequeña. También me encantaría protagonizar un spin off como Valbuena y volverme a reconectar con mi personaje.
¿Hay algún director e intérprete con el que te gustaría trabajar o volver a trabajar?
Con muchos. Me gustaría volver a trabajar con Sandra Gallego, directora de Vis a Vis, Jesús Colmenar, Álex Pina… También me encantaría con Amenábar. También estuve a punto de entrar a un proyecto con Spielberg en Londres, la serie Amazing Stories. Me encantaría volver a trabajar con Natalia Millán, que estuve con ella en teatro, y también con cualquiera de mis compañeros en Vis a Vis. También tuve la suerte de trabajar con Edgar Ramírez y fue maravilloso. Me encantaría trabajar con Isabel Díaz, es una amiga y una madre para mí. Me encantaría estar con ella de nuevo en una serie. Sería muy bonito.
Como has trabajado tanto en cine y televisión como en el teatro, ¿cuál es el que te gusta más o en el que te sientas más cómodo?
Obviamente, el actor viene del teatro. Yo he estudiado teatro. Escogería los dos. En el teatro, estás estudiando y creando con el elenco y es un proceso de creación totalmente diferente al audiovisual porque vas tejiendo lentamente y vas descubriendo en los ensayos. Para mí es mucho más duro el trabajo teatral porque se le da mucha más caña a lo físico, al trabajo corporal. Te enamoras del proceso de trabajo que vas teniendo. El teatro es mágico, es la conexión brutal y la emoción que uno recibe. Por otro lado, en el cine/televisión te encuentras con muchos más entresijos, como pueden ser las marcas en el suelo que te ponen. Te transportas a un universo diferente. Para mí, lo más importante es el compañero, escucharle, no taparle, etcétera. Son tan diferentes que me costaría elegir uno.
Por último, algo que solemos preguntar siempre: ¿Cuál es tu película y serie favorita y por qué?
Hace poco, vi Ozark en Netflix y me encantó porque me pareció una serie inusual, mágica, porque tiene una psicología diferente, muy inteligente. También, he visto Estoy Vivo que me fascinó. De películas te diría Fences, porque me apasionan ese tipo de largometrajes y Legend, con Tom Hardy, también me apasionó porque es un actor que me apasiona.
