La sensación malagueña de Instagram, Spok Sponha, habla por primera vez a un medio para explicar cómo se ha forjado el éxito de este artista total.
Adrian Maldonado Ruiz (Málaga, 16/8/1989) probablemente naciera en el Hospital Clínico, al igual que miles de boquerones, pero si él tiene algo claro es que no es de este mundo. “Soy un marciano, como un dibujito animado andante”, así se define el conocido como Spok Sponha en la red social Instagram. De sus 2.000 seguidores en noviembre, este polifacético artista ha experimentado un ascenso meteórico hasta los 24.000 fieles que le siguen a día de hoy. Y no es para menos, ya que la fama de este joven malagueño proviene de una disciplina bastante original. “A mí me encantaba poner la tele en mute con los colegas y ponerme a doblar sobre lo que estaban echando”, explica Adrián, porque sus doblajes de vídeos virales en internet están dando la vuelta por todo el país.
“Tengo un conocimiento de mierda televisiva brutal, básicamente poseo una “pokedex” con todo ese contenido”, haciendo referencia a la capacidad que este reptiliano da a conocer en cada uno de sus trabajos. Desde la NBA, pasando por Anuel, y llegando a la serie infantil Lazy Town, la variedad que presenta Spok en sus shots parece absolutamente infinita y no deja de sorprender cada día. «He sido muy curioso desde chico y me he empapado muchísimo, es más hay mucha información que tengo almacenada y que aún no sé ni qué es”, dice nuestro el alter ego de Adrián Maldonado, que se sigue sorprendiendo de sí mismo todavía, pese a que sea consciente de su condición: «Nunca me he tomado nada en serio y sí me lo he tomado, un volcán de creatividad continuo que a veces cansa, pero me gusta”.
«Lo que pretendo es que más gente, poco a poco, vaya conociendo mi música»
Aunque el que ojalá se convierta en pregonero de la Feria de Málaga sabe cuáles son sus objetivos finales: “Lo que pretendo es que más gente, poco a poco, vaya conociendo mi música, mis doblajes son el apéndice”. Y advierte de que “la inspiración viene de serie”, una cualidad adyacente a su amor por la entonación:”Mis referencias principales están en el RnB de principios del 2000, siempre me ha gustado entonar, darle ese flow y llegar a muchos registros”, añadiendo que “hay gente que me escribe creyendo que somos muchos”. Por cierto, su rapero favorito en este momento, Kendrick Lamar.
Este joven de Martiricos trabaja en un almacén de una empresa farmacéutica, pero es algo momentáneo: “Quiero seguir ahorrando, porque mi verdadero reto es convertirme en tatuador”, explica Adrián en la línea de su amor por el dibujo desde bien chico, aunque afirme que “es algo muy vocacional”. También es cierto que el jefe del clan de los ‘Lil Risketos’, uno de sus personajes, bien podría compaginarlo con otro oficio como él mismo dice: “La gente me dice que a través de mis doblajes hago guías turísticas online”, y es que “al final te conocías los nombres de las calles porque ibas a firmar nuestras ilustraciones allí”.
Como esta misma revista pudo presenciar, este pasado fin de semana la sala París 15 vivió la puesta en escena de dos seres interplanetarios con una historia compartida. El “Pedro”; “Es una incógnita, es capaz de hacer lo que quiera y creo que escribirá un libro, porque el rap se le queda corto”, comenta convencido Spok sobre un de sus colegas que reventó el panorama del rap underground en España, hace unos años. “A Foyone lo conocí por medio del nuestro grupo de amigos cercanos. Sokez empezó a hablar por Facebook con Foyone y el tío tenía ganas de hacer música, como nosotros”, relata Adrián, quien admira a su brother: “En su época de grafitero lo conocíamos como uno de los míticos, él ha tenido constancia, ha currado como un bicho y dio con la tecla”.
«Mi verdadero reto es convertirme en tatuador»
La “nube” que estaba bebiendo se le acaba de terminar, el sol cae a cuentagotas y mientras nos deja su sello con un boli y un papel, el señor Spok Sponha accede a unos de los freestyles más intensos en la historia de los entrevistas en nuestro país. En medio de la plaza Enrique García-Herrera, nuestro protagonista movió la varita, hizo fluir su mente, como cuando curra por las mañanas con sus inseparables auriculares, como colofón a una tarde de otro planeta.
